cronicas parlamentarias

Investigando la ruta del dinero

La Comisión Especial con fines legislativos de transparencia, lucha contra el lavado de activos y el crimen organizado, recibió el 18 de mayo de la Secretaría Nacional para la lucha contra el lavado de activos y el financiamiento del terrorismo (SENACLAFT), cuyo mandato recae en su Secretario General el Dr. Jorge Chediak. Un intercambio entre el diputado Lust y Chediak deja entrever las acciones contra un delito que “no se puede tocar”, como el lavado de activos. El ex magistrado judicial en una de sus intervenciones, sentenció: “… lo que es peor, muchas veces no se ve que sea demasiado deletéreo para el país. Si vienen US$ 500.000.000 o de euros, son US$ 500.000.000. Si son de origen lícito, bárbaro; si no, bárbaro también porque vienen, invierten y se quedan acá”.

SEÑOR REPRESENTANTE LUST HITTA (Eduardo).- Quisiera hacer un comentario Nosotros iniciamos esta actividad acá casi en simultáneo. Para mí, lo de ustedes es una de las tareas más difíciles que tiene el Estado, por no decir la más difícil. En el lavado de activos nosotros vemos que hay procesamientos como accesorios. Hay un delito principal y se accede al lavado de activos como algo secundario, que es lo que se ha hecho en Uruguay, pero que la figura delictual sea el lavado de activos es muy difícil. Cada vez que vengo a esta Comisión siempre hago referencia al esfuerzo que hacen. No lo digo por quedar bien, sino porque escucho que dicen: «Hacemos esto; ahora vamos a hacer esto otro; ahora formamos parte de». Tienen nuevos programas y nuevas aspiraciones, nuevas ambiciones. El lavado de activos es invisible, no es algo que uno pueda tocar; es distinto a muchas otras actividades. Entonces, simplemente, quiero agradecer la presencia de ustedes que a nosotros siempre nos enriquece. Además, quiero reconocer el esfuerzo que hacen porque la creación de la Fiscalía fue un esfuerzo, y se ha logrado llegar a ciertas personas que están en el crimen organizado y que, como una figura secundaria, caen en el lavado de activos, pero no por el lavado; caen por otra actividad principal. Yo creo que el objetivo, para no entrar en esas listas, es que sea por la actividad principal, pero reconozco que poniendo toda la voluntad que ustedes le ponen y nosotros también dando el respaldo legislativo y el Poder Ejecutivo dando el respaldo administrativo, es muy difícil. No digo que sea imposible; es posible, pero es una tarea heroica, diría yo. Entonces, quiero mencionar mi reconocimiento a algo tan difícil de hacer. Para mí, por lo menos. Yo no sería capaz de estar ahí en esa Secretaría.

SEÑOR CHEDIAK (Jorge).- Extrañábamos la participación del diputado que siempre nos despierta a todos y a veces nos alegra también la tarde. Lo que el diputado señala es absolutamente cierto. Este no es un delito que se pueda visibilizar en una cámara de alta resolución; no se ve. Y lo que es peor, muchas veces no se ve que sea demasiado deletéreo para el país. Si vienen US$ 500.000.000 o de euros, son US$ 500.000.000. Si son de origen lícito, bárbaro; si no, bárbaro también porque vienen, invierten y se quedan acá. Quizás sea más difícil ver que sí tiene efectos deletéreos en la actividad. Además, la manzana va pudriendo el cajón y va permitiendo que haya más delitos precedentes. La cruz que tenemos todos los países es que, en general, al narcotráfico, por ejemplo en la región, se lo persigue -como usted señala- y todos tenemos buenos números de persecución del narcotráfico. También, en muchos casos de corrupción, de gran contrabando y de grandes rapiñas hechas por organizaciones. El drama es que a GAFI eso no le importa. Usted viene y trae ochocientas sentencias de persecuciones exitosas por narcotráfico y ¿cuántas por lavado de activos? Seis. Ni siquiera es neutro. No es que se diga: «Qué bien que persiguieron el narcotráfico». Se dice: «Pero ¿cómo? De ochocientas persecuciones del narcotráfico ¿solo seis persiguieron el lavado? Ustedes no persiguen el lavado. Nota pésima». Ese es el drama: los países tratan de hacer valer los centenares de persecuciones de los delitos precedentes y les juega en contra. Dicen: «No, no; con todo esto deberían tener el 10 %. ¿Y qué tienen? ¿Seis?». Ese es el problema; no se lo ve. Además, es muy difícil de perseguir con éxito. Ese es el otro tema. No es una cuestión de hacer algo light. En general, hubo mucho dinero, hubo mucha estructura, muchos profesionales que ayudaron a ocultar el origen de ese dinero durante mucho tiempo, mucha diversificación, muchos pasos, muchas capas de la cebolla para ocultar el delito original, y eso hay que desmontarlo. Lo peor es que la confesión y el abreviado -todos nosotros sabemos que aquí es en más del 90 % de los procesos- tampoco le gusta mucho a GAFI. Dicen: «Algo acordaron». Seguramente, acordaron una pena menor de la que quizás formalmente hubiera correspondido y un decomiso menor que si se hubiera ido hasta las últimas consecuencias. «Decomisamos US$ 5.000.000». «Pero ¿cuánto tenían? ¿Cuánto le dejaron? ¿A cuánto no llegaron?». La base de un acuerdo es que nadie obtiene el 100 %. Entonces, a GAFI tampoco le gusta y dice: «Debieron ir hasta las últimas consecuencias». Sí, bárbaro, pero eso se puede lograr en muy pocos casos. Esa es la realidad. Esto es bastante ingrato. En lo personal, quiero mencionar una observación que le hice a una colega centroamericana. Le dije: «Vos no te preocupes porque si algo sale mal, el que salta enseguida es el coordinador nacional». (Hilaridad) ——Es el fusible. Todos tenemos problemas y, en nuestro caso no son para nada insuperables. Además, como está recomendado, a mitad del período hicimos la nueva autoevaluación nacional de riesgo, tal como seguramente lo hubieran hecho otros en nuestro lugar si hubiera sido otro el gobierno. Nos quedan cinco años, por lo menos por delante, para corregir todo aquello que sea necesario.

Seguramente, en Uruguay la inversión necesaria sea menor que en algún otro país, porque ya tenemos una cantidad de camino avanzado. Reitero, de acuerdo con nuestra visión, esta es una política nacional que trasciende gobiernos.

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