Municipalismo

Dar la cara. Y cumplir.

Fátima Barrutta

A los filósofos, científicos y artistas, compete pensar y soñar, imaginar mundos distintos a este, diseñar utopías. A los políticos, nos toca convertir las mejores ideas y los sueños más justos, en próspera realidad.

El comentario viene a cuento porque quienes dedicamos nuestra vida al servicio público, tenemos la obligación de mirar atrás y confrontar nuestras promesas de ayer con los logros del presente.

En octubre de 2018, organizamos un acto en el Parque Rodó donde nos comprometimos a dar la cara, en un “barrio a barrio” que llevara la prédica batllista a cada rincón de Montevideo. También nos comprometimos a que gracias a ese esfuerzo, como al de cada dirigente y militante de la coalición republicana, en 2019 habría balotaje.

Y así fue. Hubo balotaje y hubo rotación en el poder, para iniciar un nuevo tiempo de corrección de errores pasados y construcción de nuevas esperanzas colectivas.

La buena política se hace visible en esos resultados, y no en las ansias de figurar o tener diez minutos de fama, con declaraciones altisonantes o adicción a los micrófonos y las cámaras de televisión.

Tengo para mí la satisfacción de haber impulsado la idea; y que la actual bancada de Ediles del Partido Colorado terminan de concretar; de que la querida doctora Adela Reta integrara el nomenclátor montevideano, además de la denominación del Auditorio Nacional del Sodre, que ya la homenajea con toda justicia.

Es otra promesa cumplida: ayer, 2 de diciembre, la Junta Departamental de Montevideo oficializó nuestro petitorio y uno de los tramos de la ex Circunvalación Plaza Cagancha pasa a tener el nombre de la entrañable abogada y ministra de Educación y Cultura, una verdadera referente del batllismo, de infinita sabiduría e indomable capacidad de gestión.

Me importa mucho profundizar en el significado de esta modificación del nomenclátor urbano. Porque se produce apenas a dos días de la celebración del 41 aniversario del histórico Plebiscito del No, de aquel 30 de noviembre de 1980 en que los uruguayos empezamos a echar a los usurpadores del poder con la maravillosa fuerza de las urnas.

¡Y vaya si Adela supo ser protagonista de esa contienda, aportando su conocimiento jurídico y valentía personal a un equipo que, con los doctores Sanguinetti y Tarigo a la cabeza, le dio al país aquel glorioso cambio en paz! No es casual que el tramo sur de la misma Circunvalación ya lleve el nombre del Dr. Enrique Tarigo: en ese abrazo de dos batllistas legendarios, está protegida la Libertad a la que el monumento central de la plaza rinde tributo.

Un abrazo que incluye asimismo a uno de los fundadores del Frente Amplio Arturo Baliñas, con cuyo nombre fue bautizado el tramo opuesto de la circunvalación norte.

De algún modo, esta noticia de nuevas denominaciones para vías montevideanas tiene un valor simbólico que importa señalar: es una confluencia de tradiciones partidarias disímiles, unidas en una misma vocación de libertad y republicanismo.

Acá ya no importa quién tuvo “la idea” o quien la terminó de ejecutar: lo más valioso es la decisión unánime de recuperar la memoria política del país, una construcción colectiva que va más allá de los desencuentros del presente.

Es como dice el presidente Sanguinetti: “los retratos importan; no son solo cuadros colgados”. Homenajear a los pioneros es mucho más que una tarea evocativa: es comprometerse con la gestión de un presente y futuro a la altura de su legado. Dando la cara y cumpliendo.

Hace tres años fue el compromiso por un balotaje. Hace dos, fue realidad.

Ahora es el compromiso de que al año 2030, el sistema político uruguayo será cien por ciento paritario. Y entre todos, también lo vamos a lograr.

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