Desborde criminal, fallas en control territorial
Zósimo Nogueira
Generalizado y desafiante comportamiento de los criminales con alto grado de violencia. Graves fallas y carencias en la prevención. Los cuatro muertos del barrio Maracaná son una prueba de conflictos internos, que se dirimen en su lenguaje, el de la violencia. Jóvenes, marginalidad y dinero fácil. Los cambios normativos no han dado resultados. Ni más justicia, ni mejora en seguridad. Se modificó el sistema procesal, las cárceles con más presos, nadie va a juicio, todos negocian caratulas y condenas. En los pocos juicios, una diferenciada justicia para el adinerado y el pobre. Para el rico abogados caros, pericias, investigadores privados y todo un escenario para enfrentar al fiscal y a la estructura estatal. Para el pobre; el abogado de oficio o algún vocacional en lucha desigual utilizando el “pienso” y nada más. ¿Mejoro la seguridad? No.
Ley de género, violencia doméstica. La violencia no disminuyó, los crímenes no descendieron, diría que aumentaron notoriamente.
La policía destina muchos recursos humanos a éste tema desatendiendo asuntos de interés general. Así está dispuesto, así se ha instrumentado.
Se crearon muchos cargos de fiscales; especializados en tal y cual tema y no dan abasto. En el anterior sistema procesal unos pocos jueces penales con el apoyo de la policía resolvían sobre todo.
El incriminado tenía la posibilidad de estar ante el Juez a las 24 o 48 horas.
¿Cuál sistema es más garantista? Y no hablemos de Constitucionalidad.
En las anteriores administraciones se vaciaron comisarias, se redujeron sus espacios locativos trasformando a esas unidades básicas, epicentro de pueblos y jurisdicciones en receptores de denuncia.
Sin capacidad de respuesta a las demandas ciudadanas, meros trasmisores de denuncias.
La respuesta, la acción, la investigación en las zonas operacionales. Geográfica y administrativamente distante del denunciante, damnificado, imputados y personas a ser indagados.
También los patrullajes pasaron a centralizarse en estas Jefaturas operacionales.
Ya hablamos del impacto de eliminar las direcciones de investigaciones, radio patrulla etc. y redistribuir cometidos.
Se transformó y lleno de responsabilidad a la Guardia Republicana, se le dio jurisdicción Nacional.
Hasta hacen de negociadores y tienen a cargo el plantel de perros.
Las administraciones del Frente Amplio trasformaron a la policía.
Su nueva policía, adecuada al actual sistema procesal penal, fue alejada de la comunidad, modificaron su sistema disciplinario, habilitaron su sindicalización.
Hicieron mucho, pero con resultados mayormente negativos. Estimo que no era lo esperado.
A sugerencia de organismos internacionales, en materia de seguridad se adoptaron formatos y criterios de otras latitudes, de otras realidades con la complacencia inicial de todo el espectro político.
Por entonces no hubo un buen análisis de conveniencia, de fortalezas, debilidades y capacidad de implementación.
Rebobinando, lamentamos las muertes del maracaná, el llanto, el dolor de las familias, impactante escenario. También habrá algunos festejando con la consigna del deber cumplido. Es horrible, pero es así.
Pero lo peor, lo inconcebible e inamisible es el grado de empoderamiento que ha logrado el criminal en determinados barrios y espacios de tiempo con una movilidad sin obstáculos.
El criminal piensa, se organiza y maneja tiempos y acciones a su antojo
Como aquel programa radial que decía tomándole el pulso a la República, diremos tomándole el pulso a la Policía.
Y Juan pueblo, el vecino; tiene miedo, se esconde. Cuando ve al criminal del barrio, o baja la vista y se aleja; o se sonríe tratando de serle simpático. Se conocen.
Ni que hablar si se trata del “capo”, con ese hay que estar bien, por lo general son solidarios y le tiran un mango al necesitado. Pero cobran con información y silencio.
Hay una mescla de roles y modalidades, narco, chorro, rapiñero, reducidor
Con un denominador generalizado, no total; “consumidores” y con vínculos carcelarios. Eso los hace más peligrosos.
Todo este crecimiento delictivo fue advertido, en particular en nuestro partido.
Las estadísticas de FUNDAPRO fueron muy aprovechadas por todos en la campaña anterior. El Dr. Guillermo Maciel pasó a trabajar al lado del entonces presidenciable Dr. Luis Lacalle Pou.
El programa por un “Pequeño Gran País” hacía hincapié en recuperar territorio, reorganizar a la policía, empoderar a las Comisarias, etc.
Al Ballotage fuimos luego de concertar, con esa consigna; la seguridad fue la principal causa del cambio de rumbo político y ahora puede volver a serlo.
Empezó bien, motivando policías, empoderando los cambios introducidos en la LUC.
El partido mayoritario de la coalición equivocadamente lo quiso capitalizar en exclusiva.
Hay muchos errores de gestión por no cumplir con el cronograma establecido.
No hubo la necesaria comunión inter-partidaria, ni asignación de cuotas de gestión. Hegemonía blanco-herrerista.
El partido ha colaborado y apoyado en lo normativo, pero no ha sido correspondido en espacios de gestión.
Allí apareció en el Ministerito del Interior la figura de Sanjurjo, pero lo hizo como personal de confianza del Ministro Heber y dista mucho de representar el pensamiento de toda nuestra colectividad partidaria.
Ha elaborado planes y estrategias con el beneplácito del Ministro de turno, de su sector Ciudadanos y de policías que ocupan cargos de particular confianza. Policías partidarios.
Seguimos con planes y estrategias aplicados en otras realidades sociales y políticas. De resultado incierto y muy distante en el tiempo.
La inseguridad golpea ahora, y para ahora han de ser las soluciones.
Gran cantidad de hechos de impacto y trascendencia han sido aclarados, la policía en tareas de investigación ha demostrado ser exitosa, pero en la prevención hacemos agua a raudales.
Esa otra cara de la moneda. Un amigo quería comunicarse con una seccional periférica para saber sobre un familiar detenido.
Se cansó de llamar sin éxito, intente lo propio e igual resultado.
OTRO. Calle cortada, desvío. Una persona en su vehículo en horas tempranas de la tarde, próximo al medio día concurre a trabajar.
Un hombre armado se le pone enfrente, la rodean otros cuatro o cinco malvivientes, golpean al vehículo, hacen un disparo, con amenazas de matarla le hacen abrir las puertas del auto.
Le quitan todo, bolso con ropas de trabajo, celular, reloj, cadenas con medallas religiosas, caravanas, documentos, billetera, dinero, tarjetas, todo. Le piden la campera que viste y huyen hacia un asentamiento próximo. Son cuatro o cinco manzanas de viviendas irregulares. Malvín Norte.
Con tremendo susto y agradeciendo estar viva reemprende la marcha y a poco más de una cuadra un vehículo policial con dos policías femeninas. Les cuenta lo ocurrido, le toman los datos y ninguna reacción. Vaya vigilancia.
Por la noche a la seccional a ampliar denuncia y obtener comprobante para gestionar documentos, obtener otro teléfono. Antes también, infinidad de llamadas sin ser atendidas, correo de voz, casilla llena.
Allí le comentan que ese día hubo otras 4 o 5 rapiñas en el mismo lugar, y que la policía no ingresa pues les apedrean y rompen el vehículo, lo que no quieren los mandos.
Injustificable proceder, falso posicionamiento territorial.
Solo en Montevideo y área metropolitana. ¿Cuántas situaciones similares se estarán dando?
Nunca me gustaron los allanamientos masivos como los realizara Leal, pero esta realidad creo se justifican.
Hay que cambiar mucho, pero lo urgente es rapidez y firmeza en el combate al delito.