Política Internacional

Desde Río de Janeiro; sin flexibilidad para avanzar

Lorenzo Aguirre

Tuvo lugar en Río de Janeiro la sexagésima tercera Cumbre del bloque comercial “Mercosur”, la cual comenzara con la reunión de Ministros de Relaciones Exteriores y Economía, y cuyo centro temático fue la negociación con la Unión Europea. Con la participación de Uruguay, a través de Azucena Arbeleche, Ministra de Economía, y Omar Paganini, Ministro de Relaciones Exteriores, se llevó a cabo a puertas cerradas en el “Museo do Amanha” – a modo de prólogo a la “Cumbre de Presidentes” – el encuentro en el cual, Brasil, traspasó la presidencia pro témpore, a Paraguay. El mandatario Lula da Silva “esperaba” culminar su gestión al frente del bloque, sellando el acuerdo comercial con la Unión Europea, pero, Francia y Argentina, se opusieron, provocando el fracaso del convenio.

Luego de veintitrés años de intentos majaderos, nuevamente no se llegó a buen puerto para rubricar el tratado comercial entre el Mercosur y la Unión Europea.

Si bien Lula da Silva manifiesta, “simplemente se aplazó debido a algunas controversias”, dicho mandatario dejó correr el tiempo sabiendo que, el presidente paraguayo Santiago Peña no tiene suficiente fuerza dentro del bloque sudamericano, en varias ocasiones fue ambivalente, y su palabra no es protagónica frente a la Unión Europea.

La demora de Lula da Silva fue parte de una estrategia, pues el próximo año en el viejo continente se instala nueva Comisión Europea, habrá renovación en el Parlamento, y por más edulcoradas palabras diciendo poseer serio interés en concretar acuerdos, Francia, Austria, y Países Bajos sufren compulsiva alergia en relación al “Mercosur”, mientras el resto de la Unión Europea busca mantener un balance interno, pero al mismo tiempo permitiendo endurecer las exigencias.

El rostro principal de resistencia es el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien señaló: “el programa de acuerdo es anticuado e incoherente, además de estar mal remendado no considera la biodiversidad ni el clima, y desmantela aranceles”, para finalmente acotar, “el tratado, no es bueno para ninguno”.

Ahora, la presidencia semestral del Consejo de Europa corresponde a Bélgica, las siguientes, a Hungría, Polonia, y Dinamarca, pero ninguna tiene interés en negociar con nuestro bloque.

Transcurrió casi un cuarto de siglo entre majaderías, charlatanerías, y no sirvieron las pautas de exención, o reducción de impuestos a importación de bienes y servicios entre el “Mercosur” y la Unión Europea, donde estarían como protagonistas 27 países, y más de 700 millones de personas moviendo una economía mundial por encima del 20%. 

Los líderes europeos redactaron un anexo al documento firmado en 2019, imponiendo nuevas pautas, como también una serie de sanciones a los países que no lograran los objetivos delineados en 2015 – “Acuerdo de París” -, en cuanto a los temas medioambientales. Hace un mes, Bruselas dejó en parte su acartonamiento para conceder ciertas ventajas a empresas brasileñas, pero Lula da Silva – con doble rostro – exigió ceder más, mientras, por otro lado, los más importantes sindicatos no pararon de presionar y aplaudieron el ingenio de su presidente, para que Brasil no suscribiera el tratado.

Ahora, el mandatario paraguayo Santiago Peña – quien asumió la presidencia del “Mercosur” – expresó abiertamente su falta de interés al acuerdo, no dar prioridad al diálogo con la Unión Europea, y resaltó estar mirando hacia otro lado, apostando a nuevos mercados como, Japón, Corea del Sur, y Emiratos Árabes Unidos.

Lacalle Pou – Paganini

La reiteración por parte de nuestro presidente Lacalle Pou, respecto a que Uruguay continuará caminando hacia la posibilidad de lograr un Tratado de Libre Comercio (“TLC”) con China, ha sido urticante y provocó una vez más sostenidas tensiones.

Sería oportuno también hacer memoria cuando Lacalle Pou sostuvo que, el “Mercosur” no podía ser un “lastre” impidiendo el avance comercial, y el presidente argentino Alberto Fernández, con soberbia y vulgaridad, respondió: “si a la Argentina la consideran un lastre, que se bajen y tomen otro barco”. Más allá que las expresiones no condicen con la forma y estilo apropiado para un mandatario – debemos ser tolerantes… “lo que natura non da…”  -, quien se bajó del barco fue el propio Fernández, confirmando – además de ser tonto a tiempo completo – su bizantina cháchara fatigosa y narcisismo protagónico rodeado de una hambruna de poder, para una burda comedia. El kirchnerismo nunca tuvo interés en aperturas de corte liberal, y jamás le faltó ese perfil imperialista para imponer un liderazgo colonialista, “virtud” de cierto sector porteño que, desde el virreinato del Río de la Plata, servilmente viene reptando en busca de aire monárquico, aunque tan solo sea un pálido reflejo del absolutismo de Fernando VII.

Ahora, el pibe Albertico reconoció públicamente conversar con el Presidente de la República Popular de China, Xi Jimping, pidiéndole se opusiera a avanzar en las negociaciones con Uruguay.

¡En fin! …  a lo largo de la historia uruguaya, al parecer no hubo autoridad para mandarlos a freír pasteles, y lo suficientemente lejos para que se entusiasmaran y no volvieran.

En cuanto a nuestro Ministro de Relaciones Exteriores – ¡no me gusta llamarlo Canciller, es muy prusiano! -, Omar Paganini, expresó: “la posición de abrirse al mundo es la convicción de todo sistema político, por tanto, una política exterior de Estado”. Posteriormente, Paganini, complementó: “es el mismo fundamento que se encuentra atrás del compromiso de Uruguay con el proceso de la Unión Europea, marcando desde el principio una línea coherente desde hace 23 años. Hemos apostado por este acuerdo, sin fisuras ni contramarchas”.

Incorporación de Bolivia

Bolivia, recibió la aprobación de los Parlamentos para comenzar el proceso de integración al “Mercosur”, como asimismo la promulgación del “Protocolo de Adhesión” como Miembro Pleno.

Dicho país, era Estado Asociado desde 1998, y ahora cuenta con cuatro años para llevar a cabo los trámites de incorporación, como adopción de la nomenclatura común del “Mercosur”, Arancel Externo Común, Reglas de Orden, y cancelación de compromisos bilaterales con países del bloque.

Fracaso del Mercosur

Treinta años de “Mercosur” demostraron el fracaso, pues las asociaciones comerciales son positivas si concretan el objetivo de elevar los aspectos de cada miembro, y por supuesto tomando relevancia en la economía internacional, pero, no siendo así, se continúa en el subdesarrollo.

A veces, pienso, ¿qué cosa podría ocurrir si dejáramos el bloque?

Uno de los inconvenientes sería sostener un arancel regional más alto al quedar aislados debido a que, la interrelación con Argentina, marcaría un mercado fluctuante, desarrollándose de manera intermitente, pero si pusiéramos énfasis en acercarnos y firmar tratados de libre comercio por ejemplo con Estados Unidos, China, y más adelante, en “otro tiempo”, con la Unión Europea, sería probable lograr resultados medianamente favorables.

Tal vez… deberíamos ser prudentes, y tomar el camino del medio en relación a Estados Unidos, y China… continuar fortaleciendo una diplomacia presidencial que, en cierta forma ha dado resultado, y tener presente que, el “Mercosur”, gozaba únicamente de once acuerdos vigentes – recién, en la presente edición de Río de Janeiro se firmó una resolución de conformidad con Singapur (el primero, desde hace 12 años) -, solo cuatro tratados extra regionales, el último comercio fue con Egipto, en 2011, y jamás se logró un vínculo con ninguna de las diez principales potencias económicas del mundo.

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