No, en la “Cumbre”…
solo a mitad del repecho
Lorenzo Aguirre
Como es de conocimiento, tuvo lugar la “61º Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur”, a menos de una semana que nuestro país elevara el documento de adhesión al “Tratado Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico” – anteriormente “Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica -, plataforma Asia – Pacífico que establece estándares de trabajo y bajada de barreras comerciales dentro de una equilibrada sólida relación. El presidente Lacalle Pou mantuvo su postura de continuar con una flexibilización y modernización respecto al bloque, señalando además con firmeza, la necesidad por parte de Uruguay, de abrirse al mundo.
Por supuesto los socios comerciales en el “Mercosur”, Argentina, Brasil, y Paraguay, recordaron una vez más la obligación de caminar en conjunto, sin posiciones unilaterales, quedando en el camino la memoria por parte del mencionado último país, cuando de forma majadera el gobierno argentino los quitó del bloque, para hacer ingresar a Venezuela.
Es oportuno manifestar que, en aras de la “integración”, e ir “todos juntos como verdaderos hermanos”, durante la presidencia de la Sra. Cristina Fernández, en tan solo tres meses el Puerto de Montevideo perdió casi el cincuenta por ciento de trasbordos marítimos, gracias a la medida argentina de prohibir a sus barcos, realizar esa gestión en puertos que no tuvieran con ellos, acuerdos de reserva de cargas.
A todo eso debemos agregar trabas a las importaciones, afectando nuestros intereses, y que, la Sra. Fernández, resolvió una “pauta” de Licencia no Automática de Importación, creando de forma inmediata demoras en nuestras exportaciones – cuyas cifras oscilaban en seis millones de dólares -, y para terminar el “festejo” no autorizó los ingresos de mercaderías uruguayas.
Para finalizar con el “hermano argentino”, el ex canciller Felipe Solá – expulsado del Gabinete de Ministros -, manifestó: “somos acreedores en la relación bilateral, pues Uruguay nos debe más cosas a nosotros, que nosotros a Uruguay”.
El engreído y tonto desde el desayuno hasta el mediodía, y después del almuerzo por el resto del día, se “olvidó” que, Uruguay, exportó a “su progresista hermano mayor”, por un valor de cuatrocientos cincuenta millones de dólares, pero, importó por tres veces más, llegando a mil quinientos millones en moneda norteamericana, haciendo un déficit en bienes, de mil millones.
También, traigamos a nuestra memoria que, mientras empresarios británicos expresaban intensión de importar productos frescos uruguayos – abaratando costos -, la administración Mujica – deslumbrada por el “virreinato”, afinidad ideológica, o vaya a saber que vírgula – se solidarizaba con doña Cris, prohibiendo a todo barco pesquero con bandera de Gran Bretaña, registrado en Las Malvinas, operar en nuestro Puerto de Montevideo – el “atracadero uruguayo”, como le llama el fastidioso gobierno “progresista izquierdista” argentino -, a la vez que, la intendencia capitalina le entregaba la “Llave de la Ciudad” a la inmoral mandataria, la cual, hoy, el Tribunal Penal en Argentina la condena a seis años de prisión por el delito de administración fraudulenta durante los doce años de su gobierno, como asimismo inhabilitación de por vida, para ocupar cargos públicos.
Por supuesto, el “hermano garoto” tampoco se quedó atrás; el Ministro de Agricultura de Brasil, Blairo Maggi, dijo: “a Corea del Sur le convendría más comprarle carne a Brasil, que a Uruguay. Si le compran a ese país lo están haciendo a tres millones y medio de habitantes, en cambio Brasil tiene más de doscientos millones…pregunto: ¿dónde van a vender más autos Hyundai, Kia, Smartphone, etc?”
Nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores, guardó silencio.
En ese entonces, el gobierno uruguayo – Frente Amplio – comenzó a hacer mimitos a la “compañera” Dilma, pero los “camaradas” brasileños empezaron a sufrir de tortícolis, y la “anticapitalista” terrorista presidente de Brasil – no quería la intromisión yanqui -, en las relaciones comerciales buscó en forma unilateral, prioridades con el imperialismo norteamericano, no con el “cooperativismo compañero” Mercosur.
En apenas trece días, Luiz Inácio Lula da Silva asume como nuevo inquilino del Palacio de Planalto, y su postura marca integración social – política, potenciando el “corte progresista ultraizquierdista” y por supuesto estando más cerca de los presidentes Alberto Fernández, y Mario Abdo – quien manifestara: “el gobierno uruguayo desnaturaliza la esencia del Mercosur -, que de Lacalle Pou, aunque tampoco dejó de tentar una internalización económica.
Indudablemente, Brasil, empezará a tener otras prioridades, y Lula da Silva querrá relanzar la “Unión de Naciones Suramericanas” (“UNASUR”) – en 2018, Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Paraguay, y Perú, decidieron suspender por tiempo indefinido su participación en el organismo, “debido a la falta de resultados concretos”, y en 2020, lo hizo Uruguay -, nacida buscando en cierta medida una convergencia con el “Mercosur”, pero, como era de esperar, se transfiguró en un centro político, tirando por tierra todo lo que decía la “Organización de los Estados Americanos” (“OEA”), y por supuesto negando a Washington.
Volviendo a la última edición de la “Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur”; se caracterizó por un marco donde prevaleció el patotero y grosero Alberto Fernández, con su cháchara fatigosa: “la solución no es que cada uno haga la propia. Cuando en una sociedad las reglas se incumplen, alguien está rompiendo”.
Más allá de la comedia, el gobierno kirchnerista no tiene interés en una apertura y proyección de corte liberal; quiere también impulsar la “Unión de Naciones Suramericanas”, y Alberto Fernández ambiciona ser en forma simultánea presidente del “Mercosur”, y de la “Celac” (“Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños”), cuya “Cumbre de Jefes de Estado” tendrá lugar el 24 de enero en la ciudad de Buenos Aires.
Para finalizar el “famoso” y alérgico tema del “Mercosur”, sus charlatanerías bizantinas, y el narcisismo protagónico rodeado de una hambruna por el poder, sería bueno hacer memoria y tener presente que, el “Mercosur” goza únicamente de once acuerdos vigentes, solo cuatro tratados extra regionales, el último comercio fue con Egipto, en 2011, y jamás se logró un vínculo con ninguna de las diez principales potencias económicas del mundo, mientras una corporación cerca nuestro, como la “Alianza del Pacífico”, en la cuarta parte de tiempo recorrió un camino fructífero, convirtiéndose en un trampolín de lanzamiento internacional.
En esta 61º edición del “Mercosur”, Argentina, Brasil, y Paraguay emitieron una declaración final, sin Uruguay, pues nuestro país no acompañó las posturas, y de esta manera es la quinta vez que un comunicado no es firmado por todas las partes.