Educación

Educación personalizada e inteligencia artificial

Claudio Rama

La construcción de una educación personalizada que responda y se ajuste a las características de los estudiantes, tanto en sus formas de aprendizaje como en sus ritmos y necesidades, constituye uno de los objetivos pedagógicos centrales de las políticas educativas.

Parte de la ausencia de una educación de calidad deriva del desfasaje estructural entre una enseñanza de tipo masiva y un aprendizaje individual, lo cual crea múltiples asimetrías entre el enseñar y el aprender. Las políticas, tecnologías y pedagogías están en el centro de estos desequilibrios entre enseñar y aprender. Ello se ha ampliado con el aceleramiento de la expansión del conocimiento y de las transformaciones de los mercados de trabajo. La respuesta se ha propuesto a través de la actualización periódica de los programas, una mayor formación docente, la flexibilización curricular, así como un enfoque por competencias y la acreditación de los programas.

Sin embargo, se ha aceptado que la personalización y diferenciación de la enseñanza constituye el mecanismo más idóneo para responder a este problema estructural y profundo. Para ello, el uso educativo y pedagógico de la inteligencia artificial es la herramienta pertinente para articular lo que se enseña con los ritmos, formas y dinámicas de lo que efectivamente se aprende, a través de la retroalimentación y el seguimiento y análisis de las trayectorias escolares.

La inteligencia artificial permite identificar además los distintos niveles de riesgo de la deserción estudiantil en función de sus resultados, origen social, geográfico, cultural y de dinámicas de vida, y con ello poder tener una atención más individual con acciones pedagógicas de compensación tanto de docencia tutorial como de recursos de aprendizaje personalizados. La IA será una herramienta fundamental de apoyo a los docentes para identificar debilidades en el aprendizaje en forma preventiva y para dar respuestas personalizadas.

La lógica de la IA es dar respuestas anticipatorias a partir del manejo de mucha información que ni los docentes ni las instituciones están en posibilidad. Hoy, mucha de la información histórica de los resultados de los estudiantes y de sus características está en las instituciones educativas guardadas en papeles y registros y no están para su uso como componentes de la política académica. La educación masiva y no personalizada sino en grupos cada vez más diversos es parte de este problema.

La educación nació como una formación para elites bajo una actividad entre un estudiante y su maestro, que brindaba un servicio educativo individual con una atención y reforzamientos pedagógicos en función de las dificultades que identificaba el docente en su evaluación continua y personal. Posteriormente se democratizo la educación con un modelo de masas en las escuelas y se pasó a una dinámica entre un docente que enseñaba a muchos estudiantes en unos tiempos dados y sobre un currículo normalizado. Ello limito la capacidad de una interacción individualizada en estos actos educativos crecientemente estandarizados. El apoyo del libro que reforzó este carácter masivo, conformó la llamada fábrica educativa y la educación de masas se conformó como el paradigma educativo dominante pero que implicó una muy escasa atención particular del docente a sus estudiantes.

La realidad ha sido que muchos estudiantes tuvieron que buscar profesores particulares de apoyo para poder mantener el ritmo y no desertar o quedar muy relegados. A medida que estos sistemas se masificaron con el acceso de estudiantes de muy diferentes grupos sociales y capitales culturales, la dinámica de una enseñanza colectiva presencial de grandes grupos evidenció las enormes diferencias, especialmente sociales, en los aprendizajes de los estudiantes. La falta de una respuesta personalizada en grupos grandes y con nulas posibilidades y capacidades de los docentes para una atención particular, incentivó el retraso, la deserción y el abandono escolar.

Con la disrupción de una educación digital y la creación de aulas virtuales la búsqueda de dinámicas educativas personalizadas y flexibles se ha constituido en uno de los ejes de la reflexión pedagógica y académica. Como los estudiantes aprenden a su propio ritmo y con las limitaciones de sus propias actividades y tiempo libres, la educación digital permitió concebir una atención e interacción educativa programada, continua y más focalizada a través de sistemas informáticos.

Con la Inteligencia Artificial, es hoy posible conectar las bases de datos y las interacciones de los estudiantes, para desarrollar una educación personalizada. La educación apoyada en sistemas informáticos permite tanto mantener y expandir una educación de masas y a la vez desarrollar una educación personalizada con una atención automática e individual, tanto administrativas como académicas. Falta saber si tenemos inteligencia humana para entender las nuevas realidades y apoyarnos en la ciencia. (Made by IH (inteligencia Humana).

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