Política Internacional

“Errores circunstanciales”

Lorenzo Aguirre

El Ministro de Asuntos Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina, Riad Malki, expresó ante nuestro Canciller, Francisco Bustillo, su “decepción por la actitud adoptada por Uruguay”, al votar en contra de investigar a Israel, en el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas, en relación a supuestos abusos en la escalada bélica contra Hamás. El diplomático palestino tuvo poca delicadeza de expresión – por no calificarlo de atrevimiento – al señalar: “Uruguay perdió la oportunidad de unirse a la comunidad internacional en este punto de inflexión crucial, y esperado desde hace mucho tiempo, en el camino hacia la rendición de cuentas, justicia, y paz”.

Para el representante palestino Riad Malki, la resolución aprobada por mayoría – veinticuatro, en cuarenta y siete miembros – es el resultado de “investigaciones exhaustivas, e informes sobre las graves violaciones de Israel”, estudios realizados por Estados, organizaciones de Derechos Humanos, y en particular, “expertos de Naciones Unidas”.

Sin embargo, vale señalar que, el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas, en absoluto es imparcial, sino contrario a Israel, dejando claro que, esa institución, no respetó los valores surgidos luego de la II Guerra Mundial, y en Ginebra, desde hace muchos años, sufre amnesia respeto a violaciones en otras partes del mundo.

En nuestro país, el Frente Amplio no perdió tiempo en acusar a Israel, y señalar: “es preocupante que, el gobierno uruguayo sea solidario solamente con una parte del conflicto.

La mesa del Frente Amplio, calificó: “escala de violencia por parte de Israel”, “usando desproporcionadamente la fuerza”.

Es bueno destacar que, esa fracción minoritaria del pueblo uruguayo, solidarizada con el Estado Palestino, guarda silencio sobre las atrocidades y violaciones a los Derechos Humanos cometidas por parte de “Hamás”, que demuestra claramente no ser diferente de “Al Qaeda”, ni del “Estado Islámico” de Irak.

Traducido al español: el Frente Amplio, hace vista gorda cuando se trata de organizaciones terroristas como, “Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia” (FARC), y “Sendero Luminoso”, reverencia fanáticamente lo escatológico proveniente de dictaduras chavistas – comunistas, defiende a Correa, Morales, Lula, Dilma, y por supuesto a Cristina Fernández, la cual bastante daño provocó a Uruguay, mientras el expresidente y terrorista José Mujica guardaba silencio, “esperando señales”.

Frente Amplio y las Resoluciones

 de Naciones Unidas

Durante los gobiernos “progresistas” en nuestro país, no faltó oportunidad en sostener resoluciones deplorables por parte de Naciones Unidas, y guardar silencio respecto al vil comportamiento de “Hamás”, y la “Jihad Islámica”.

También, es momento de recordar al Frente Amplio, y al diplomático palestino Riad Malki, que, durante los quince años de gobierno izquierdista, en las ruedas de Naciones Unidas, condenando a Israel, Uruguay votó diecisiete (17) veces apoyando las Resoluciones, once (11) veces se abstuvo, y en ninguna ocasión por la negativa, a los escritos de Naciones Unidas.

¿Está, claro?

A fines de marzo, Uruguay votó tres resoluciones contra Israel, una de ellas – “Situación de los Derechos Humanos en los Territorios Palestinos, ocupados, incluida Jerusalén Este, y la Obligación de aceptar rendición de cuentas y Justicia” – acusándola de cometer “posibles crímenes de guerra”, y “crímenes contra la humanidad”.

Gran parte de las Resoluciones puestas a votación, estaban “auspiciadas” por la “Organización para la Liberación de Palestina” (OLP), contando con el apoyo del régimen chavista venezolano.

 Nuestra Cancillería, resaltó: “el posicionamiento fue conforme a las órdenes impartidas por el gobierno”.

El 14 de setiembre de 2020, el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas – en la ciudad de Nueva York -, condenó a Israel por “violaciones sistemáticas a los Derechos Humanos, del pueblo palestino”.

Ante la posición asumida por Uruguay, se pidió informes a Cancillería, a efectos de conocer las razones por las cuales nuestro país, votó de esa manera.

El comportamiento uruguayo fue defendido por el Frente Amplio, mientras el actual Canciller, Francisco Bustillo, declaró: “el voto contra Israel, fue un error circunstancial”.

“Derechos Humanos”,

 y guerras mediáticas

Cuando se habla del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas, y entre sus integrantes se encuentra Venezuela, Afganistán, Pakistán, e Irán – entre otros -, en realidad, ¡suena patético!, más cuando la “Autoridad Palestina” incita a que, menores, sean parte del terrorismo, y se les adoctrina a “morir como mártires”, por una causa justa, hecho que les permitirá “vivir eternamente” al lado de Alá.

Sin lugar a dudas vivimos también una guerra mediática, con estrategias dialécticas para imponerse en el mundo de las comunicaciones, y esto, afecta, porque se hace difícil analizar acontecimientos, y ser objetivo, más allá que, la objetividad, en las ciencias sociales, no existe.

Más allá de esto, el “asunto israelí – palestino” lleva a fondo pasiones encontradas, y desde hace setenta años se hace difícil comprender esa problemática, la cual tiene demasiadas aristas, y donde se mueven aspectos éticos, morales, y valores de diferentes interpretaciones dentro de dos movimientos que llevan adelante su memoria, sus vivencias, pero se cruzan en el camino.

Acuerdo de Oslo

Cierta vez en un tiempo, el gobierno de Israel, y la OLP, se reunieron en Oslo – Noruega – para poner fin al conflicto.

La declaración contaba con un principio de acuerdo que preveía la creación de un autogobierno interno palestino, la Autoridad Nacional Palestina, transfiriéndole a estos, los poderes y responsabilidades en Cisjordania, y la Franja de Gaza, y dichas transferencias, en determinadas áreas de estas dos regiones consistían en materia educativa, cultura, salud, bienestar social, tributación directa, turismo, y el establecimiento de una policía palestina.

La posición de Israel con respecto a Jerusalén, no fue modificada. Cuando el acuerdo se firmó, el Primer Ministro Rabin, declaró: “Jerusalén es la antigua y eterna capital del pueblo judío, unida bajo soberanía israelí, y con libertad religiosa para todos”.

Esta negociación fue firmada – el 13 de setiembre de 1993, en Washington – por Mahmoud Abbas (OLP), y el Ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Shimon Peres, en presencia del representante palestino Yasser Arafat, el Ministro de Israel, Yitzhak Rabin, y el entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, dando testimonio, a dicho compromiso.

Shimón Peres – canciller de Rabin – y Yasser Arafat, recibieron el “Premio Nobel de la Paz”.

¡El conflicto bélico, parece no tener fin!

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