Política

Escribano Eduardo Malaquina.

Leonardo Vinci

La lista 1 vivió la gloria de lograr 6 mandatos municipales gracias al voto popular y a la estupenda gestión de sus candidatos.

Barbieri, Vinci y Malaquina escribieron páginas imborrables en la historia de Salto. Todos ellos resultaron electos más de una vez. La fisonomía del Departamento durante años, fue el fruto de su personalidad y trabajo.

En los 60, Malaquina representó a la Comuna en las negociaciones para que las Termas del Daymán pasaran a nombre de la Intendencia.

Presidió la Junta Departamental.

Durante su gestión, el legislativo comunal adquirió su casa propia.

Nunca trascendió, pero la totalidad de los gastos de representación los donó para Casa de Salto.

Después llegaron los años oscuros, actuando en sintonía con la tesis doctoral de Prudencio Vázquez y Vega: “no prestó su concurso a los gobiernos usurpadores”.

En 1980 formó parte de un pequeño y selecto grupo de hombres dignos que condujeron al pueblo a la resonante victoria del NO en el Plebiscito.

En los comicios de 1984, en un final cabeza a cabeza, resultó proclamado Intendente de Salto.

El perfil de su accionar quedó demostrado desde el inicio, atendiendo la emergencia social poniendo en funcionamiento comedores populares.

En tan solo una semana se puso en marcha el primer Hogar Estudiantil liceal para los jóvenes del medio rural, lo que significó una extraordinaria conquista social.

Preocupado por los más humildes, inauguró en Salto el primer CAIF del Uruguay.

Con visión futurista abordó la recuperación del pozo del Daymán, lo que permitió que las Termas tuvieran un formidable desarrollo.

Recibió en un remozado aeropuerto internacional al Papa Juan pablo II.

En 1994, el pueblo volvió a ungirlo Intendente, resultando reelecto 5 años después, destacándose entre sus obras, la entrega de numerosas soluciones habitacionales para “los inundados”.

En ese tiempo, oscuros nubarrones cubrieron la República debido fundamentalmente al irresponsable manejo financiero del país hermano.

Esa fue su mejor hora, que lo mostró como un gran realizador destacándose en el concierto nacional como el Intendente más popular. Su temple le permitió comandar el barco en plena tormenta y llevarlo a buen puerto.

A pesar de la crisis económica terrible que enfrentamos, se inauguraron 3 Hoteles 5 estrellas: Los Naranjos, Horacio Quiroga y Barceló, y 2 Parques Acuáticos, posicionando a Salto en un primerísimo plano internacional y creando nuevas y diversas fuentes genuinas de trabajo.

Se afianzó definitivamente la cultura del departamento, abriendo las puertas de nuevos liceos, inaugurando el moderno edificio de la Universidad de la República- haciendo realidad el sueño de Barbieri- y poniendo en funcionamiento la Escuela de Administración y Servicios y el CERP, para que los jóvenes pudieran continuar estudiando en Salto.

Los primeros proyectos PIAI también se cuentan entre sus logros en ese turbulento tiempo. Y como si fuera poco lo narrado, se logró la reapertura del frigorífico “La Caballada” donde volvieron a trabajar centenares de operarios.

El centro de la ciudad fue renovado, las fuentes de aguas danzantes embellecieron las plazas, se construyó el Shopping Center y se inauguró la Terminal de Ómnibus.

Parece algo imposible que se hayan hecho todas estas obras y muchas más en el peor momento económico del país. ¡Pero se hicieron!

Naturalmente que sus realizaciones no pueden resumirse en pocas líneas, pero este resumen ilustra a las nuevas generaciones el trabajo realizado.

Con enorme pesar, el pueblo de Salto despide a un gran militante batllista, extraordinario gobernante, buen hombre y mejor persona.

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