La derecha vuelve al Palazzo Chigi
Lorenzo Aguirre
Una izquierda quebrada y la compulsiva abstención (36%) de concurrir a las urnas, facilitaron aún más el triunfo de ultraderecha, coalición integrada por Giorgia Meloni, “Hermanos de Italia”, Silvio Berlusconi, “Forza Italia”, y Matteo Salvini, “La Liga”. Después de diez años, regresan al Palazzo Chigi – esta vez a través de Giorgia Meloni, abanderada del sector político más duro -, tirando abajo los tiempos de la república antifascista luego de la II Guerra Mundial. Si bien el resultado electoral pauta los diputados y senadores que ingresarán a las correspondientes cámaras, los partidos tendrán que negociar la presidencia de ambas asambleas, y posteriormente, el mandatario Sergio Mattarella, luego de consultar a todos, designará la persona con mayor posibilidad para formar el Ejecutivo. Por lo expresado, nos vamos a fines de este mes, por no decir a comienzos de noviembre. Supuestamente, la elección recaerá en Giorgia Meloni, pero es potestad de Mattarella, el derecho a vetar Ministros.
Otrora, para los “Hermanos de Italia”, las proyecciones de derechas poco tenían que ver con estos “tiempos modernos”, pues Berlusconi se imponía frente a todos, Salvini no hacía sombra, y la chica Giorgia Meloni apenas contaba con un 2% de apoyo.
Pero, las cosas cambiaron, la gente de Salvini dejó de mirar a don Silvio, y junto al “Movimiento 5 Estrellas” – traicionando a la derecha – estimularon en buena medida la caída del gobierno de Draghi, provocando que derechistas comenzaran a inclinarse hacia Meloni, que, no siendo parte de un partido tradicional, convencional, todavía no tenía “los pecados del mundo”, aunque se tratara de una postura más allá de radical.
Ahora, la etnonacionalista Giorgia Meloni, que declarara su admiración por el dirigente fascista Benito Musssolini – también, hace un par de meses estaba deslumbrada por Putin, aunque ya, no lo respalda, y apoya a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) -, moderó su incendiaria retórica antiinmigrante – “los italianos étnicos están en peligro de ser reemplazados” (una “emoción antisemita”) – y su pensamiento de dividir la Unión Europea.
Durante la campaña electoral, “Hermanos de Italia” utilizó el lema, “Dios, Patria, y Familia”, impuesto a comienzos de los años treinta del siglo pasado por el “Partido Nacional Fascista”, “frase emblemática” que Meloni define como “el más hermoso manifiesto de amor”, y que embelesara al Primer Ministro de Hungría, Viktor Orbán – quien juega a favor del Kremlin, y presiona para no realizar embargos a las importaciones de petróleo ruso -, como asimismo al español Santiago Abascal, quien Meloni apoyara junto a “Vox”, en las elecciones de Andalucía.
Programa de gobierno
de Giorgia Meloni
Entre los aspectos estructurales programáticos, se destacan, combatir el fundamentalismo islámico, un profundo cambio político para luchar contra la inmigración ilegal – “amenaza la seguridad y calidad de vida de ciudadanos” -, y “bloquear los accesos a puertos italianos, de barcos propiciando el tráfico de seres humanos”.
Giorgia Meloni, desaprueba totalmente la comunidad “LGBTQ”, y ha manifestado su posición: “pro familiar, prohibir adopciones, y la gestación subrogada en parejas del mismo sexo”.
Asimismo, pone sobre la mesa la relación con la Unión Europea: “Italia, debe reorganizar la defensa de sus intereses nacionales frente a Europa”.
Meloni, también exige “una política exterior enfocada en la protección de la patria, las raíces clásicas y judeocristianas de Europa, y restaurar la centralidad del Mediterráneo”, más allá de mantener internamente su agresiva protesta para incentivar a un amplio sector que no quiere ser paternalista, ni muy civilizado.
Coqueteos, y piezas
de ajedrez
Giorgia Meloni, se moverá entre Matteo Salvini (“La Liga”) – se opone a sanciones a Moscú – , y Silvio Berlusconi (“Forza Italia”) – apologista de Putin -, hecho que, los “guapos y galanes” de Unión Europea como de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, deberán tener cuidado, ser sutiles con Meloni – a efectos que la posible futura Primera Ministro sostenga una línea equilibrada sobre el perfil actual de Italia, respecto al conflicto Rusia – Ucrania -, y no dejarse hechizar ni ponerse tontitos cuando en medio de conversaciones tensas, la “bocatto di Cardinale” (con los respetos a doña Claudia) incline su cuerpo dejando aflorar de manera inenarrable, sus bondades contenidas en el antipático escote vencido.
Así, están las cosas, y ahora los tanos transitarán entre una izquierda – considera que llegó la derecha fascista para vengarse contra los “políticamente correctos”, y señala: “se avecinan tiempos en los cuales la gente vota mal, y guarda silencio” …. ¿si? ….¡incluso las feministas que no salieron a festejar porque una mujer llegó al Palazzo Chigi!, pero, obvio, los derechos de la mujer funcionan solo cuando la líder, es de izquierda – queriendo continuar siendo hegemónica, y una mujer cuya derramada cháchara en la campaña electoral, llegado el momento, cambiará su estilo, manteniendo negociaciones con los “dueños del mundo”, y teniendo consideraciones hacia un desvalorizado tendencioso jefe espiritual con lujosas fortificaciones terrenas.
La guapa de Giorgia, indudablemente no perderá tiempo, hará lo que pueda -¡le permitan! -, y “convenga”, e intentará disfrutar sus 15 minutos de pasarela antes que, como es de “forma” en los últimos casi 80 años italianos, todo se venga abajo y el show continúe con su jadeante campaña hacia nuevos comicios, para, de manera majadera seguir “dando brillo” y sumar, a los inmolados 69 gobiernos desde la II Segunda Guerra Mundial, hasta nuestros días.
Pues, bien, entre fascismo, comunismo, anarquismo, separatismo, una sistemática postura inconformista, divisiones polarizadas, y atropellos de uno y otro bando en un aquelarre inigualable, la Europa del pensamiento, del arte, la cultura, y la bonanza, se ha deteriorado, mostrando una comunidad presionada, marcando nuevas estructuras e intereses, en medio de euroescépticos, antieuropeos, antiinmigrantes, derechistas, ultraderechistas, izquierdistas acomodados, y un sentido nacionalista esperando nuevas oportunidades, todo metido a fuego en un callejón sufrido, con gente devastada, soportando intolerantes y terroristas asesinos.
Indudablemente, hay un gran sector de la humanidad, sin comprender – ¡ni le interesa! – que por estos lares tumultuoso en los cuales nos ha tocado vivir, en algún momento de nuestra existencia deberíamos pensar que, la vida, no es una carrera – en realidad, no seduce el destino -, no triunfamos, ni fracasamos, sino transitamos para crecer…. ¡pero, bueno, los alienígenas remasterizados tienen otro huso horario!