Política nacional

La trama: ¿cuál trama?

Ronald Pais

“Trama: Conjunto de hilos que, cruzados y enlazados con los de la urdimbre, forman una tela”. Lamentablemente, Uruguay ha desarrollado una legislación que permite a fiscales inescrupulosos “flechar” investigaciones y acusar con pruebas amañadas o sin ellas, acompañados por jueces sin jerarquía que los respaldan y pueden arruinarle la vida a cualquiera, sea o no culpable.

La Fiscal del “Caso Penadés”, Alicia Ghione, ha hablado hasta el cansancio de la existencia de una especie de complot contra las víctimas y testigos del caso y ha logrado la admisión de culpabilidad por parte de algunas personas involucradas en otros delitos no sexuales.

Lo de esas otras personas merecería un comentario particular, pero da toda la impresión que una investigación paralela, fuera del control de la fiscal, le molesta mucho. Ella quiere el monopolio de la investigación.

Se me dirá que, al admitir el delito por los afectados se está dando por cierto lo relatado por la fiscal. No es tan así.

Para quién no tiene antecedentes penales y enfrenta un trago como de éstos, no es nada fácil y no se lo deseo a nadie.

Llega el momento del “apriete” por parte de la fiscalía que amenaza con agregar imputaciones y pedir la prisión de alguien que no conoce lo que es estar preso. Las opciones son un largo juicio, porque la fiscalía puede manejar los tiempos como quiera o tratar de negociar y salir del trance cuanto antes.

De eso se trata, de una negociación y no de la verdad. Se trata de no estar sufriendo meses o años, con honorarios no menores de abogados y además preso, o admitir una culpabilidad inexistente, pero en la que se avizora, por lo menos, un final de la penuria.

Así de perverso es nuestro actual sistema.

A ello se agrega la pretensión de resarcimiento económico que, aunque sea infundada, también se pone como condición para llegar a un acuerdo.

En este caso, ocurrió con esas otras personas. Uno de sus abogados defensores – el Dr. Juan Fagúndez twitió: “Extorsión”. No aclaró por quién, pero…

La ex fiscal Gabriela Fosati fue más explícita al comentar ese twit: “Pienso lo mismo. La prisión preventiva como herramienta de presión es inadmisible”.

También el Dr. Enrique Möller expresó que se sintió extorsionado por la Fiscal y dijo que, si no aceptaba el resarcimiento económico del artículo 80 de la ley 19.580 que se le imponía a último momento y por delitos que no daban lugar a su aplicación, su cliente “iba en cana” (Todas las Voces, Canal 4, 10/05/24).

El problema de fondo es que, para que haya Justicia, se debe saber la verdad. Y es muy dudoso que se sepa toda la verdad cuando los fiscales tienen el monopolio de la investigación.

Olvídese el lector de esas películas donde el presunto culpable a quien busca la policía finalmente desenmascara la emboscada de la cual fue víctima y se apresa al o a los verdaderos responsables.

En Uruguay ese guion no se puede escribir.

Se investiga sólo lo que quiere el o la fiscal del caso. Cualquier otro intento de la propia policía, familiares o amigos del acusado hará que se juzgue y condene a todos éstos – bajo los más diversos delitos – atribuyéndoles la aviesa intención de amedrentar a las víctimas y testigos. Aquella verdad o parte de la verdad que la fiscalía no quiere se conozca, permanecerá en la oscuridad.

Ahora bien. ¿Cuál es la trama? ¿Será la que dice la fiscal en numerosas declaraciones a la prensa  o por filtraciones? ¿O podría ser otra, urdida por “Romina Celeste” (“Sebastián”) y otras personas como Jonhatan Mastropierro, con antecedentes y particulares principios éticos que han quedado claros en sus escandalosas declaraciones?

Tampoco se conoce la identidad de las “víctimas”, la que se ha ocultado para protegerlas.

En los juicios de la Inquisición, producto de la “Caza de brujas” en un período muy oscuro de la Historia, los testigos declaraban ante el inquisidor y ante un Secretario o Escribano. El Juez no estaba obligado a revelarle al acusado la identidad de tales testigos. Y, sobre todo el Santo Oficio español aplicó este criterio en forma muy extendida:

Esos juicios, que se vestían de garantistas pero no lo eran, llevaron a miles de personas a la hoguera.

¿Volvimos a aquella época?

Denominador común

“¿Cuál es el denominador común de la denuncia contra Yamandú Orsi y la denuncia contra Gustavo Penadés?” – se preguntaba el periodista Ignacio Alvarez (Santo y Seña – Canal 4 -05/05/24). “Obviamente estamos hablando de políticos de mucho peso, obviamente estamos hablando de denuncias vinculadas a lo sexual y ¿cuál es el tercer punto en común? Obviamente: Romina Celeste. ¿Casualidades? ¿Causalidades?” (Ignacio Alvarez, programa citado).

El mismo programa televisivo desnudó la falsedad de la denuncia contra Yamandú Orsi con la propia confesión en cámaras de “Paula Díaz” la denunciante. No sólo admitió la falsedad, sino que relató pormenorizadamente como “Romina Celeste” la había impulsado y aleccionado para que la hiciera, en busca de “fama” y “cámaras”.

Se escuchó la voz de la propia “Romina Celeste” indicándole a Díaz lo que tenía que decir, incluyendo “inventá todo lo que vos quieras y cuanto peor, peor”.

Lo ocurrido después con estas dos personas, la intervención de la fiscalía y el poder judicial, ya es suficientemente conocido.

¿Y qué declaró Paula Díaz con respecto al “caso Penadés”?

“Ella  (Romina) nunca estuvo con Penadés” “Ella inventó todo lo de Penadés, era todo mentira”

“Ella era la maestra del “jardín de infantes”. “Son todos amigos de ella los menores que mandaron a declarar”.

“Ella los llevó a la casa un día y los puso a todos juntos y les dijo: “Bueno chiquilines, ustedes tienen que decir esto, esto y esto”

  • Y por qué esos menores le iban a hacer caso?, preguntó Suarez.
  • “Por la plata”, respondió Paula Díaz.

Habló también de que “Romina Celeste” le había confesado que las famosas fotos de Penadés eran truchas, al igual que un chat de Mauvezin cuya falsedad también descubrió el periodista.

El tema es de una enorme gravedad y, los que teníamos dudas ahora tenemos muchas más.

Lo que más alarma es que todo esto sale a la luz por una investigación periodística y no de la fiscalía.

¿No sería lo mejor que todo se supiera y se investigara lo que aún no se ha investigado?

Estos menores acusadores ¿eran chicos inocentes que cayeron en manos de un corruptor? O, a pesar de su edad ¿eran profesionales del sexo o integran el “jardín de infantes” sobre el que ejerce influencia “Romina Celeste? ¿Alguna de las víctimas, testigos o acusadores tiene antecedentes penales?

Mastropierro declaró: “Al dejar las estafas y buscar algo que me pudiera sustentar y que no conllevara riesgo de ir a la cárcel, opté por esta actividad así como varias personas más de mi entorno que estaban en lo mismo y yo veía que al mes sacaban mucho más que un buen sueldo”

¿Dónde estaban los padres de estos menores en aquel tiempo de los hechos? ¿Podrían tener responsabilidad penal si sabían y consentían que sus hijos practicaran la prostitución?

¿Alguien puede considerar creíbles a personajes como los citados?

Si son tan abrumadoras las prueba contra Penadés, ¿por qué no ha sido condenado cuando ya ha transcurrido más de un año?

Todo muy turbio, todo muy raro. Demasiadas preguntas sin respuesta.

De lo que estoy seguro es que se necesita una reforma urgente del Código Procesal Penal.

También estoy seguro que se necesita derogar o modificar radicalmente la ley 19.580, cuyos nefastos resultados ya adelantemos desde estas páginas (Opinar N° 682 – “Patentes de Corso”).

Cabildo Abierto y el Diputado Gustavo Zubía han presentado iniciativas que no han contado con apoyo parlamentario, ni siquiera para discutirlas.

También se necesita una reforma urgente de la Fiscalía. Se necesita darle al juez facultades para decretar medidas para mejor proveer y ampliar las investigaciones o el diligenciamiento de prueba cuando estas sean insuficientes o se perciban sesgadas.

Se necesita más transparencia.

Se necesita más Verdad y más Justicia.

Compartir

Deja una respuesta