Ojos en alerta
Guzmán A. Ifrán
En el marco de la línea de trabajo “Territorios Inteligentes”, que introdujéramos al asumir nuestras responsabilidades en la OPP a comienzos del presente período, y en nuestro ánimo e impronta de formación continua en buenas prácticas de gestión pública subnacional, los días 10 y 11 de julio del presente tuve la oportunidad de conocer -entre otras cosas- una iniciativa del Municipio de San Miguel (Provincia de Buenos Aires, Argentina) denominada “Ojos en Alerta”. Ojos en Alerta es un sistema de prevención en materia de seguridad, que permite a los vecinos de cualquier Municipio adherido al mismo dar aviso de forma rápida, eficaz y confiable de toda situación que estipulen requiere la asistencia inmediata de las fuerzas públicas ya sea en materia de seguridad, emergencias médicas, de bomberos o agentes de tránsito. Cabe destacar, asimismo, que Ojos en Alerta no está concebido únicamente para dar aviso de hechos accidentales o ilegales ya consumados, sino además, de aquellos con la potencialidad de convertirse en los mismos. De modo que la obtención de datos en tiempo real es lo que permite a las fuerzas públicas prever e identificar factores de riesgo antes que los insucesos ocurran.
Es así como el proyecto ideado, diseñado y finalmente ejecutado con extraordinario éxito por el Municipio de San Miguel a partir del año 2018 representó, en suma a tanto más, un verdadero cambio de paradigma en la concepción de las competencias institucionales de los gobiernos subnacionales de la Argentina. En tanto -a priori- la seguridad no es responsabilidad estrictamente de los municipios argentinos, tal como tampoco lo es de las intendencias uruguayas. Sin embargo en San Miguel, la administración oportunamente encabezada por Joaquín de la Torre, advirtió que los municipios en general y el suyo en particular, por ser el nivel de gobierno más cercano al territorio, contaba con un enorme potencial para hacerse cargo de una competencia que la normativa vigente si bien no le delega ni encomienda explícitamente a los municipios argentinos, tampoco los inhibe de ejercerla: la prevención.
Sería entonces como en ese marco de actuación el otrora Intendente y su equipo idearon “Ojos en Alerta”, con el objetivo de cambiar el comportamiento de los vecinos y su relación respecto de la seguridad en dos sentidos: lograr que estén más atentos a lo que sucede en la calle y conseguir a la postre un mayor nivel de participación y colaboración en la prevención de los infortunios que día a día aquejan a los habitantes de casi toda comunidad latinoamericana. De ese modo lograron centralizar la información de todas las situaciones que suceden en un territorio determinado para poder analizarlas y actuar en consecuencia, mejorando la presencia y distribución de los recursos humanos y tecnológicos del sistema de seguridad. También identificar geográficamente lugares de alta conflictividad en tiempo real, detectando las llamadas “zonas calientes” y realizando tareas preventivas de manera focalizada. Adicionalmente, gracias a Ojos en Alerta pudieron mejorar el trabajo mancomunado entre los distintos actores de la seguridad pública, realizando “mapas del delito” y obteniendo datos estadísticos fidedignos con el propósito de realizar planes estratégicos de seguridad y prevención del delito. En consecuencia, el Municipio de San Miguel fue capaz de mejorar sustancialmente la calidad en la toma de decisiones y optimizar el uso de los recursos públicos.
Ahora bien, ¿en qué consiste operativamente Ojos en Alerta? Pues su éxito radica mayoritariamente en su simplicidad de funcionamiento, en tanto no es una línea telefónica, una página web o una compleja aplicación difícil de utilizar. Ojos en Alerta trabaja sobre la plataforma de mensajería instantánea Whatsapp, lo que la convierte en una herramienta masiva que casi todos utilizamos a diario. Adicionalmente, es un sistema adaptable a la gran mayoría de sistemas y subsistemas de seguridad que ya existen en los distintos municipios, convirtiendo su costo operativo en un factor en absoluto prohibitivo para los gobiernos subnacionales. Continuando, las alertas son recibidas desde el centro de operaciones del municipio o desde los centros de monitoreo de cámaras -según el caso-, que a su vez funcionan los 365 días del año las 24 horas del día y, por tanto, se encuentran disponibles para recibir los mensajes de los vecinos en cualquier momento. Luego el operador que recibe la alerta decide si el incidente puede ser resuelto con los elementos disponibles en el municipio o si debe involucrar algún otro recurso (bomberos, policía, inspectores de tránsito o quien corresponda).
Las conversaciones son exclusivamente entre el usuario y el operador del sistema, por lo que ningún otro usuario sabe qué tipo de alertas llegan a este ni quién las realiza. Esto, claro está, robustece y de forma significativa la confianza de los usuarios en el mismo. A modo de ejemplo, en la práctica, si se trata de un accidente, el vecino que lo constata se comunica vía Whatsapp con Ojos en Alerta y le proporciona al operador que lo atiende la mayor cantidad de información que le sea posible respecto del particular, como ser la ubicación del mismo, quiénes son los actores involucrados, si a simple vista considera que existe riesgo de vida y demás. De ese modo el operador puede evaluar integralmente la circunstancia, y así derivarla a quien mejor puede resolverla o asistirla. En el caso de estar dando aviso de una persona sospechosa -lógicamente no por su apariencia, sino por su actitud-, los vecinos tienden a especificar el lugar donde se encuentra, hacia donde se dirige la persona y una breve descripción de la misma; y en el caso que el operador necesite de más información continuará la conversación mediante preguntas puntuales. En definitiva, Ojos en Alerta es un sistema colaborativo, cuyo objetivo es que la mayor parte de los vecinos lo conozca y utilice para el beneficio de toda la comunidad.
El éxito alcanzado en San Miguel por esta simple idea de fácil implementación ha sido realmente superlativo. Ello derivó en su expansión territorial en clave de replicabilidad institucional, abarcando al día de hoy -y tras 6 años de implementación- a 49 municipios de la Argentina en 5 provincias distintas. Teniendo sólo en el Municipio de San Miguel a más de 140.000 vecinos adheridos (prácticamente la mitad de su totalidad).
De modo que ha sido una experiencia harto enriquecedora en lo personal en términos de seguir acumulando ideas, insumos y también valiosos contactos para continuar promoviendo con el ímpetu y entusiasmo de siempre iniciativas eficientes y probadas de mejora en la gestión pública subnacional. En la convicción que en ella estriba en gran medida la mejora en la calidad de vida de nuestro pueblo, vocación sino obsesión histórica de nosotros, los batllistas.