Política nacional

PARTIDO COLORADO (2)

Jorge Nelson Chagas

Un viejo amigo, votante del Partido Nacional de toda la vida,  me decía medio en serio y medio en broma que los blancos debían gobernar “uno o dos períodos, pero no más, después ¡a las cuchillas!, porque así nos vamos renovando y permanecemos vigentes” . En el fondo se trata de una reflexión  sobre los peligros que conlleva el ejercicio continuo del poder, aunque sea por medios democráticos. Es probable que ese haya sido uno de los problemas del Partido Colorado: haberse convertido en el “Partido del Estado” por excelencia. Acaso de haber permanecido más tiempo en el llano, le hubiese permitido la autocrítica y el replanteo de su programa.

Volvamos a la derrota de 1958. Hay quienes piensan que la ruptura entre el batllismo y la elite universitaria fue un plan urdido por la izquierda para apoderarse de la UDELAR.  Los datos históricos no avalan la teoría conspirativa. Recomiendo leer el libro “Crónicas de la derrota” del ex militante comunista José Jorge Martínez  donde señala que a la FEUU no estaba sinceramente interesada en la Ley Orgánica Universitaria. “Realmente la FEUU no estaba en el asunto. Su preocupación se orientaba hacia la guerra de Argelia y la visita de Malraux al Uruguay o el dominio del clan Giannattasio sobre la Facultad de Ingeniería”.  Y. más adelante, agrega que  se comenzó con algún acto callejero y se comprobó que “eran anémicos pues la masa estudiantil no comprendía la necesidad de una Ley Orgánica”. Lo que ocurrió fue que una noche, una manifestación  tenía permiso para llegar hasta Andes pero los estudiantes la rebasaron, dieron vuelta a la Plaza Independencia y se estacionaron a  Casa de Gobierno. Estaba cerrada, oscura y sin custodia, excepto un solitario varita en 18 de Julio y Andes. En realidad sabíamos que la Republicana estaba emboscada Liniers abajo. Comenzamos, con dedicación y esmero, a apedrear la Casa de Gobierno: cinco minutos, diez minutos y nada; desalentados, numerosos estudiantes regresaban a 18 cuando por Liniers aparecieron las vanguardias policiales: dos minutos más de nervio del (jefe de Policía) Cnel. Mussio y nada hubiera pasado (¿no hubiera habido Ley Orgánica?). El apaleamiento fue concienzudo. Al día siguiente las asambleas de las facultades hervían”. O sea que las movilizaciones estudiantiles que golpearon al gobierno de Luis Batlle tuvieron un origen casual. Recordemos que en ese momento  el Partido Comunista estaba sufriendo un proceso de renovación tras la caída de su secretario general Eugenio Gómez y la Revolución Cubana aún no se había producido. En las elecciones de 1958 el Partido Socialista conducido por Emilio Frugoni votó mejor (35,478 sufragios) que el Partido Comunista (27 080 sufragios)    

El relato de la izquierda es que en aquellas movilizaciones contra el gobierno de Luis Batlle surgió la consigna “¡Obreros y Estudiantes unidos y adelante!”. Sin embargo, el movimiento sindical en esos años aún estaba dividido. Faltaban varios años para la fundación de la CNT. No, no existió ninguna conspiración gramsciana. El divorcio entre el batllismo y la Universidad fue por motivos causales y casuales, donde la izquierda jugó un papel muy menor.    

Hay otro aspecto en la derrota de la 1958 que casi no ha sido estudiado por la academia: el pensamiento de la lista 14, de los Batlle Pacheco. Un estudio detenido de los editoriales de El Día de los años 1954-1958 cuando el conflicto entre la 14 y la 15 llegó a extremos impensados – devastando la interna colorada – se puede apreciar que su prédica es mucho más que diatriba conservadora. El Día no se negó a discutir el tema del Banco Central, se mostró partidario de eliminar las trabas burocráticas del Estado (el “papeleo”, como le llamó), consideró necesario revisar el régimen de subsidios a la industria y promovió la austeridad (“el país no está para fiestas”, proclamó). Muchos batllistas hoy en día, aun creen que los Batlle Pacheco le hicieron la vida imposible  a Luis Batlle por una cuestión de celos, por ser “el sobrino preferido” de José Batlle y Ordoñez.

Nuevamente los datos históricos muestran que los hechos no fueron así.  Las disputas entre los primos surgió en la años treinta porque Luis Batlle no compartió la estrategia de sus primos para enfrentar el gobierno de Gabriel Terra. Esto se agravó cuando, ya en los años cuarenta, Luis Batlle tuvo su propio proyecto político. Al llegar a la Presidencia de la República, en agosto de 1947, consolidó su liderazgo y es ahí donde comienza una espiral de enfrentamientos que, en buena medida, contribuyeron a la derrota de 1958. De la vieja 14 surgiría la Unión Colorada y Batllista que, transformada en la Unión Nacional Reeleccionista sería la fuerza mayoritaria del Partido Colorado desde 1966 a 1982.

Hay otra vuelta en este punto. Hacia 1957 Andrés Martínez Trueba fundó la agrupación “Volver a Batlle”.  La denominación es muy sugestiva. ¿Por qué quién fuera cercano colaborador de Luis Batlle, entendía en ese momento histórico que existía un apartamiento o un desvío de la doctrina de Batlle y Ordoñez?  En la respuesta a esta pregunta pueden estar las claves de una tensión interna en el Partido Colorado, en los años previos a su derrota, que no reducible al conflicto entre la 14 o la 15. 

También se ha sostenido que Luis Batlle no comprendió el agotamiento del modelo de sustitución de importaciones. En realidad, el reproche que se le podría hacer es que en 1954 no tenía estructurado un plan de gobierno coherente pero sí entendió el origen de la crisis. Lo entendió muy bien y razonó que una liberalización de la economía (algo que se intentó tímidamente en 1956 por medio de un decreto) implicaba el fin de muchas industrias nacionales y la consiguiente desocupación. La estructura burocrática creada en 1931 al amparo del régimen de sustitución de importaciones era una jaula cuya cerradura tenía varias llaves. Hubo que esperar recién a 1974, cuando asumió Vegh Villegas como ministro de Economía y Finanzas, para comenzar a abrirla.

Al margen de esto ¿la situación del Partido Colorado no tiene remedio?, ¿está en vías de extinción como creen algunos?-

Mi opinión personal: no necesariamente.

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