Política nacional

PIQUE Y REPIQUE

Políticas discriminatorias contra-cíclicas

Zósimo Nogueira

Cómo era previsible, las nuevas normas legales que regulan la forma de impartir justicia favoreciendo a determinados colectivos e ideologías, en detrimento de otros, trajo como resultado la exacerbación de posturas contrarias. El resultado; actores políticos surgidos fuera del sistema con apoyo de las nuevas tecnologías expresan rechazo captando la atención ciudadana. Haciendo causa común logran el despertar de las masas más silenciosas y sumisas empujando con discursos llenos de violencia retórica y agresividad gestual. Esos nuevos líderes irradiando aborrecimientos prometen cambios trasformadores, pateando estructuras enraizadas que identifican como quistes malignos. El asistencialismo desmedido, las políticas de preferencia racial, género, lenguaje inclusivo, aborto, leyes de cuotas.

Todo eso, considerado por sus promotores como avances en políticas sociales tiene su contra partida en quienes se sienten perjudicados, desplazados o ninguneados y lo rechazan por entenderlos perjudiciales y discriminatorios.

Ese cambio de moralidad, de niveles de cultura universal y desapego a las  normas ha motivado apoyos a una u otra posición.

El criterio predominante y de exitosa predica en la reciente contienda eleccionaria argentina lo tomo Javier Milei de Alberto Benegas Linch.

Dice del respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo bajo el principio de no agresión, defendiendo el derecho a la vida, libertad y propiedad.    

El caso Milei, es un nuevo fenómeno de extravagancia como ya ocurriera en la Argentina de Menen, con sus largas patillas tipo héroe de la Independencia, su vida de deporte y farándula; y la incursión en su entorno político de los destacados deportistas Reuteman y Scioli, y del cantante y productor musical Palito Ortega.

Offsiders como sus contemporáneos Berlusconi y Fujimori.

Milei claro contrasentido, ingresa al sistema con una prédica anti sistema.

Es un marketinero inteligente que combina verdades con medias verdades y seguramente se verá en dificultades para interactuar con el sistema que desacredita.

Dice que no guía corderos, que despierta leones y eso es así; y muy peligroso.

Cuando se ensalza el descredito en los partidos políticos y se exagera en la manipulación del término libertad se hace difícil contener desbordes.

La violencia de los mansos es mucho más violenta, es la suelta de sentimientos contenidos.

En ocasión de desencantos y descreimiento la libertad de acción puede convertirse en un emblema incontenible y en el caso argentino va de la mano con propuestas que exacerban.

Promueve la libertad de armarse, no está de acuerdo con el aborto pero promueve la libertad de comprar y vender órganos. 

Dice que la justicia social es un robo, su programa de gobierno impulsa la dolarización y eliminar una gran cantidad de ministerios e instituciones como el Banco Central.

La teoría económica pura es su programa de gobierno.

Su meta es el achique radical del Estado, liberalismo económico a ultranza

Quiere abrir la economía al mundo, recortar el gasto del estado y privatizar.

Se siente indignado y frustrado por el relato hegemónico de la izquierda

Lo cierto es que dice cosas que muchos quieren oír pero que nadie se anima a decir.

Este fenómeno de cambios y radicalismos se viene reiterando en todo el planeta, en occidente hemos tenido y tenemos varios ejemplos, en algunos lados se han gestado cambios y en otros se vive en estado de tensión y ebullición permanentes.

Como dice Fantino, refiriéndose a Milei “la inquietante atracción de la ira”.

Estos choques ideológicos los tenemos muy presentes en el pasado reciente y en el presente con los movimientos político pendulares que se posicionan en liberalismo y/o en estatismo.

El esfuerzo individual y el asistencialismo.

La cuotificación de espacios aleja al mérito y al esfuerzo estímulo para lograr un beneficio, alcanzar una meta.

Por el simple hecho de pertenecer a determinado colectivo les asigna porcentajes laborales, espacios de poder, o privilegios de predominio sobre iguales y todo con recursos del Estado.   

Siguen vigentes figuras como la Abogada Marión Anne Perrini  “Marine Le Pen”, el empresario ex Presidente de EEUU Donald Trump, el militar retirado ex Presidente de Brasil Jair Messias Bolsonaro, los políticos conservadores del Partido Popular en España con sus aliados radicales de VOX  y la mediática y exultante Giorgia Meloni líder de Hermanos de Italia actual Presidente del Consejo de Ministros.

Todos ellos en una lucha constante contra los movimientos socialistas que han impulsado o apoyado a movimientos migratorios, leyes de género, de aborto, de resarcimiento económicos y reivindicaciones a guerrilleros, minorías supuestamente desplazadas por cuestiones raciales, de inclinación o preferencia sexual, procurando la paridad de género sin evaluaciones de capacidades y méritos.    

A las leyes que han instaurado estos privilegios con argumentos de reparación, aduciendo perjuicios y exonerando culpas.

Eso se ha ido repitiendo y globalizándose y lo tenemos inserto en nuestro sistema legal.   

Tratos preferenciales en juicios y otros por aplicación de la ley de género en donde los dichos y demandas femeninas no requieren de las mismas probanzas que cuando parten del lado masculino. 

Lanzamientos y prohibiciones sumarias, aplicación de tobilleras, distanciamientos y aún pérdida de derechos como la patria potestad.  

Valoración diferente de la vida de las personas, dándole mayor valor a la vida femenina que a la vida masculina con una graduación de castigo mayor y la creación de la figura penal de femicidio.

Vulnerabilidades y debilidades ya consagradas como agravantes en la legislación preexistente. 

El rechazo a estas políticas de manera radical cada vez cobra más fuerza en la generalidad de Estados occidentales y en especial en América; Milei es un ejemplo reciente.

Entre el dilema de extremismos mal denominados de izquierda o derecha, debemos encontrar los mecanismos para fortalecer a los partidos políticos y con ellos la Democracia y el republicanismo.

Bastaría con retroceder pequeños pasos, dar vigencia plena a nuestra bien lograda Constitución, y luego reemprender con entusiasmo el anhelado camino del progreso.

Conjugando la valoración del esfuerzo individual, la plena satisfacción de necesidades básicas e incentivando el desarrollo al más alto nivel de las capacidades de nuestra población.

Que este resultado sorpresivo en la política de nuestros vecinos actué cómo un revulsivo general para recuperar buenas políticas.

Que prime la cordura en los hermanos argentinos, especialmente en los ansiosos reformistas para encaminar a su país hacia el progreso en democracia y paz social duradera.

América hermanada en naciones libres, soberanas, seguras e  independientes.

Todo en su justa medida, los aires de libertad siempre son bienvenidos y más en estos momentos de cultura masificada  en que el individuo sufre una devaluación sustituido por embates permanentes de la inteligencia artificial manejada por las grandes corporaciones y poderes económicos con el patrocinio de los Estados más poderosos.

En lo atinente a nuestro país, pido y espero que nuestros legisladores sean meticulosos a la hora de proyectar y aprobar nuevas normas.

Para evitar estos desencuentros basta con  respectar y cumplir con el artículo 8vo de nuestra Constitución que establece la igualdad entre todas las personas no reconociéndose otra distinción entre ellas sino la de los talentos y las virtudes. Evitemos divisiones injustificadas.

Las valoraciones humanas no pueden estar en el color de piel, la inclinación sexual, el poder económico, la disgregación social, la ideología, creencias religiosas, el género humano etc.

Para evitar estas inequidades deben revalorizarse los términos virtud y talento. De ser necesario reglamentarlos.

Por otro lado es imperioso controlar que las resoluciones de organismos internacionales a los que el país ha adherido no excedan a la normativa nacional retaceando potestades de nación libre y soberana.           

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