Policía, periodista
Colorado y batllista
ENTREVISTA al Comisario Zósimo Nogueira
SEGUNDA PARTE.
Zósimo Nogueira revista en el cargo de Comisario General ®. Sus vivencias, experiencias y destinos policiales, podrían ser por sí mismos un insumo literario. Pero conocerlo desde la intimidad –como periodista en el semanario Opinar- nos permite mirarlo desde una perspectiva que revela su notable humildad intelectual, su conocimiento de los entretelones de las causas judiciales que muchas veces recrea en una columna de opinión, las que parecen relatar algo tan sencillo como la vida misma, que al analizarlas en contexto constituyen hechos ligados a la rareza sólo posible con un interlocutor tan trashumante del relato.
¿Contános cómo fue tu vida en los años sesenta y setenta?
Por Rivera y en relativa calma. Entre las movidas estudiantiles por la caída del dictador Batista y la toma del poder de Castro en Cuba. Con apoyo de la URSS, se incentiva la lucha de clases. La guerra fría. EEUU junto a gobiernos y dictaduras anti-comunistas empezaban su cúmulo de estrategias. Mientras tanto Vietnan (11/1955-04/1975) y la derrota norteamericana.
En Uruguay estaban los gobiernos colegiados de mayoría blanca: primero en 1958 el Herrerismo, y luego en 1962 La Unión Blanca y Democrática de Gianastasio.
Luego de las mayores inundaciones de la historia en 1959. Dos cosas positivas: el Aguinaldo a los trabajadores; y en educación el plan piloto de 1963. Más carga horaria, nuevas materias, se diversificaron orientaciones. Artístico, Humanístico y Científico. Era algo parecido a los liceos de tiempo completo. Sin almuerzo ni planes sociales. Se entraba a las 13 horas y salía sobre las 19 hs. De mañana manualidades, talleres de dibujo, música y gimnasia. Se podía exonerar, repetir o reparar materias con otro mes de clase. Lo negativo, en lo económico fue el fracaso de la reforma cambiaria y monetaria del economista Juan Eduardo Azzini de 1959 y el comienzo de la revolución urbana.
¿Y qué puede decirse de la etapa pre tupamara?
El 31/07/1963 robaron las armas del club de tiro de nueva Helvecia; movilización y marcha de cañeros de Artigas. A fines de la década Montevideo era una caldera en ebullición. Asonadas, universidades ocupadas, Copaban Radios para proclamas. Cines y teatros para volanteadas. El delito made-in insurgencia.
La policía con Ford Maverick, chanchitas Chevy Van, camionetas Dodge, Combi y camionetitas Opel. Escarabajos Volswagen. El ejercito con sus camellos verde (Camionetas con cúpula) y la armada con vehículos camuflados tono azul. Como feria de discontinuados. La guardia metropolitana con pesados Roperos y carros lanza agua con cadenas en los paragolpes para arrastrar miguelitos; utilizaban granadas de humo y gas lacrimógeno. La policía avanzaba en formación. La republicana con unas pocas camionetas; intervenían a caballo sable en mano. Las armas otra feria de discontinuados; revolver Colt, Smith y wesson; pistolas Eibar, Astra, Colt; metralletas Pam y una importante partida de sub ametralladoras Star.
También surgieron las Tatuceras, Berretines, Explosivos, Caza-bobos. El Clínicas era una madriguera, con pisos exclusivos de la guerrilla. Las facultades, clases un día y otro no. En Ingeniería y Química hubo accidentes por explosión de bombas caseras. Los tupamaros estaban compartimentados en células, su armamento también era irregular, fabricaban obuses y molotov.
Los tupamaros casi que eran Montevideo en acción: ¿cómo podés describir ese tiempo?
En 1971-1972 viví en el Centro. De esa época hay muchos relatos testimoniales: la Universidad grafíteada; pancartas, afiches, rostros del Che y Fidel. Fui muchas veces a Humanidades, en la Aduana sobre Lindolfo Cuestas, a esperar la salida de clases. Tenebroso, escasa iluminación.
Los policías y militares eran casi todos del interior; los guerrilleros de Montevideo y áreas urbanas. Muy pocos del medio rural, mayoritariamente universitarios. La Jefatura distribuía entre policías, libritos con fotos de los sediciosos requeridos. Era el whatsapp de hoy. La población no quería involucrarse, pero colaboraba.
En ese tiempo hubo civiles, amenazados, baleados y asesinados por la guerrilla. Buscaban amedrentar, aterrorizar. Estando los cabecillas tupamaros presos se intentó usar pentotal para interrogarlos sobre el paradero de los secuestrados y no fue autorizado. Cuando la guerrilla parecía derrotada, las fugas de Cárcel de Mujeres y Punta Carretas. Se declaró el estado de guerra y se asignó a las Fuerzas Armadas el comando de la lucha anti subversiva.
Así comenzó el adiestramiento de los Oficiales militares en Inteligencia. La policía colaboraba; como no hacerlo. Los jefes de Policía eran militares.
Y sobrevino el Golpe de Estado.
Los Militares pasaron a administrar todo. Ministerios, Intendencias, (menos Montevideo) Entes autónomos, Servicios descentralizados y digitaron los nombres del creado Consejo de Estado que funciono en el Palacio Legislativo.
La propia policía fue investigada por abusos. Cualquier desobediencia daba lugar a sometimiento a la Justicia militar. Pero al igual que el General Seregni no comparto lo de “Terrorismo de Estado”. Los actos individuales generan responsabilidad individual.
Pero la caratula “Terrorismo de Estado” da dividendos que no se quieren perder.
Sobre la teoría de dos demonios, mucho “Perogrullo” de ideologías desdibujadas, priman resentimientos y afinidades. El relato “alterado” está instalado. Sobre desaparecidos, dicen que las instituciones no dan respuesta. Empecinados delirantes.
Las instituciones son organismos abstractos, eso es cuestión de individuos.
¿Quién va a querer aportar datos sobre la violación de los derechos humanos si sabe que de hacerlo los acusarán y terminarán en la cárcel? Delitos que no prescriben y arrastra entornos laborales y familiares. Lamentable. A muchos les supera el odio.
Yendo a lo anecdótico de tu vida: ¿en qué unidades policiales estuviste y que actividades te dejaron más apego por lo hecho?
Mi primer destino luego de juramentado Oficial fue Orden Público que investigaba y reprimía los delitos contra la moral y buenas costumbres, menor víctima, prostitución, proxenetismo, juegos de azar y apuestas clandestinas de quiniela y carreras.
Allí estuve hasta Sub Comisario, luego pase por todos los Departamentos de Investigaciones. Cada uno especializado en una modalidad criminal y grupo de delitos.
Estuve más de cinco años en la entonces DNCPCR.
Fuí Jefe de la Guardia Interna del COMCAR, a cargo de la seguridad interna; además integraba equipos de diagnóstico y evaluación de los reclusos junto a abogados, sicólogos, médicos, asistentes sociales, maestros del área denominada técnica. Primaba el criterio de vulnerabilidad sobre la peligrosidad.
Contábamos con profesores de gimnasia, maestros de oficios como zapatería, carpintería, mosaicos y bloquera.
Tenía contacto directo con familiares, visita y los profesionales que asistían a esa población carcelaria.
Hubo de revistas de cárceles, participaron todos los Ministros de la Suprema Corte de Justicia y se organizaron jornadas de criminología de alto nivel, con invitados extranjeros.
Volví a Jefatura de Montevideo, y estuve en Inteligencia.
Por último fui trasladado a la Jefatura de Canelones y fui designado Director de Investigaciones. Forme equipo. Hicimos obra. Duplicamos el espacio físico de la Dirección, ocupando parte de la vieja cárcel departamental. Organizamos una Dirección moderna y actualizada similar a la de Montevideo Dividida en Departamentos, asignamos tareas teniendo como guía la clasificación de delitos que realiza el código penal. Siempre estuvimos a la vanguardia en la investigación de los delitos graves. Todo homicidio o asalto de notoriedad era aclarado. Muchas veces autoridades ministeriales y órganos de prensa nos señalaban con alegría. 0 HOMICIDIO
De esa pléyade de Comisarios y Sub Comisarios, mis lugartenientes; salieron varios jerarcas de la administración anterior y de la actual. Para nuestro orgullo, en la actualidad un Director Nacional del más alto nivel y cuatro jefes de Policía. Jefatura de Canelones conserva un mural con el escudo que ideamos. Contiene un Martín pescador, el Sol, la escarapela policial, y franjas de nuestra bandera. Para hacer esto posible contamos con el apoyo y libertad de acción que nos dieron los Jefes de Policía de Canelones Celso Rodríguez y José Luis Pereyra Roldan. A la inauguración del final de obra, ampliación y remodelación de Investigaciones, concurrió el ministro del Interior Guillermo Stirling. Siempre estaré agradecido por ese destino, por el apoyo que recibí, y por los amigos que conocí y conservo.