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Ciclovías vs. Bicisendas

Montevideo progresista sin grandes cambios de formato en 80 años

César García Acosta

“La forma de las ciudades cambia más aprisa que el corazón de los hombres”, decía Charles Baudelaire. Sin embargo, lo que puede ser común para el resto del mundo, no resultará igual en Uruguay y más particularmente en Montevideo. En este rincón del sur de latinoamérica, la ciudad se mantiene fisonómicamente intacta por más que haya pasado el tiempo: las fotos antiguas muestran que apenas varía la vestimenta de sus transeúntes y el parque automotor. Lo demás, estructuralmente, permanece casi quieto a no ser por algunos edificios, pero su comportamiento social es casi similar. Dos de las tres imágenes que acompañan esta columna (fotos), son evidencia incontrastable de que durante 80 años, y aunque el mundo cambió más vertiginosamente, la ciudad de Montevideo -con o sin ciclovías-, recreada por los tranvías cuyo tráfico también ocurría por el centro de la calzada, deja ver que su estructura vial sigue casi idéntica a la ahora concebida con un lugar fijo para los ciclistas. ¿Es bueno o malo que sea así? ¿80 años sin cambios sustanciales nos hace más conservadores que progresistas?

Más allá de que en el mundo las ciudades y capitales más importantes van extendiendo el uso de las Ciclovías y Bicisendas, Uruguay parece ir metiéndose en la necesidad por protocolizar una gestión que, los urguayos y particularmente los montevideanos van necesitando para acompasarse a la modernidad, aunque a su vez sientan la necesidad de mantener y hasta incorporar medios más dinámicos y ágiles en el tráfico -como lo es el caso de los viejos tranvías eléctricos- desde alguna versión más moderna, que paso a paso vayan articulando nuestras las nuevas formas a lo más arraigado de nuestra cultura.

Quizá es por eso que el uso combinado de bicisends y ciclovías puedan ser el inicio para el cambio de los hábitos cotidianos: se podrá ir en bici al colegio, a la facultad, al trabajo, a ver a los amigos y muchas cosas más. Ya no se gastará en transporte público, ni en tiempos de espera, y la bicicleta podría ser un medio de transporte que siempre estará caso sin costos asociados por ser uno mismo su fuente de energía.

Las definiciones de ciclovía y bicisenda pueden variar ligeramente, pero en el mundo admiten caso un mismo formato. Generalmente cuando uno se refiere a una ciclovía habla de un área de la calzada o de la calle destinada a las bicicletas. Están delimitadas por pintura, y algunas veces tienen una separación física.

Las bicisendas, por el contrario, se encuentran sobre la vereda y no tienen una separación física. Generalmente se recorren áreas verdes, en muchos casos plantea un trayecto más recreativo.

En este contexto las Ciclovías proveen una infraestructura donde el ciclista puede desplazarse de forma rápida y segura, sin invadir el espacio de los peatones. En una bicisenda se molesta a los transeúntes y la velocidad de desplazamiento debe ser mucho menor para no poner en riesgo su seguridad.

Las Ciclovías mejoran el ordenamiento del tránsito, ya que los automovilistas no tienen que estar tan pendientes de los movimientos realizados por los ciclistas, ni pasarlos mediante cambios de carril.

El desafío por venir será convivencia de estas formas que va adoptando un tráfico que conjuga vehículos, mercancías y personas. Quizá ahora sí hayan empezado a variar nuestros comportamientos sociales, y aunque no lo percibamos, casi seguro, el cambio está a vuelta de una esquina.

Mientras tanto, el proyecto tren de la costa desde el Mtop seguirá tomando forma y ganando también espacios cuturales imposibles de desconocer.

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