Salud y controles
Alvaro Vero
En los últimos años la medicina desarrolló increíbles adelantos técnicos, se produjeron cambios mayores en la forma de practicarla y habrán muchos más debidos a las nuevas necesidades y debilidades que genera la pandemia.
Hace rato que la práctica en consultorios privados dejó pasó a la medicina de los pagadores privados y/o públicos con imposiciones, controles y regulaciones. debiendo ceder poder a los economistas, administradores y políticos; la empatía dio paso al lucro de terceros pasando de la medicina hipocrática a la gerenciada.
La cantidad de recursos involucrados, el carácter complejo que los caracteriza y el costo relevante que generan hacen que la capacidad de medir y controlar su uso adecuado y eficacia, su eficiencia y utilidad permitan garantizar la calidad de la atención en forma prospectiva.
Una de las formas está contemplada en las leyes que regulan el sistema de salud y es la participación del usuario, soslayada y “evitada”, sin participación activa de la comunidad organizada, que podrían conocer y garantizar la mejor calidad. Además se trata de que los “especialistas” improvisados, hijos de la política, sean limitados por profesionales competentes, con formación, experiencia y destrezas adquiridas como es exigible en cualquier problema de salud.
Definimos un sistema de salud como la respuesta social organizada frente a las necesidades de salud de la población.
Conceptualmente no se puede mejorar lo que no se controla; no se puede controlar lo que no se mide; no se puede medir lo que no está definido; y no se puede definir lo que no se identifica. No debemos olvidar que el control previene el error y la evaluación permite mejorar los resultados.
Entonces pasemos a la auditoría que puede mediante la evaluación atenuar muchos de los errores del sistema.
¿Porqué es necesaria? Para estudiar la ruta de los recursos monetarios, porque los errores del sistema afecta a la vida de las personas, porque son lugares de trabajo especiales y singulares y porque es preciso organizar a personas, servicios, actividades, y responsabilidades. Constituye un control consistente en examinar la eficacia y adecuación de todos los demás controles. No es punitiva, es un instrumento invalorable para el alcance de la mejor calidad, el apego a las leyes, la corroboración de datos estadísticos, validez de normas y reglamentos generando recomendaciones y no son ejecutivas.
Otras formas de control han fracasado; las comisiones fiscales de las organizaciones mutuales en la mayoría de los casos no tienen intereses contrapuestos y se vuelven permisivas con los directivos (incluso con intereses conjuntos fuera de la organización), no respondiendo a asambleas cooperativas y escudándose en ausencias y omisiones. Triste realidad pero realidad al fin.-
Otros mecanismos de control dependen del Poder Ejecutivo; pero aceptemos que según palabras de ministros actuales y pasados el MSP no dispone de la capacidad numérica ni técnica ni de financiamiento para poder auditar, no digo todos los casos, sino al menos en forma aleatoria o por denuncias fundadas. La LUC estaría admitiendo la unidad de fiscalización de la Dirección General de Salud en la órbita del MSP y el posible financiamiento.
En tanto el usuario duda de posibles quejas escritas, retacea confianza a las organizaciones, y se encuentra realmente ignorado salvo, y sólo a veces, el pedido de “empatía” o las “ disculpas” ¿sinceras? del caso.
¿Es que no existe sanciones para la “mala praxis” de los gerentes, administradores y quienes toman resoluciones en contrario a los intereses del usuario y su mejor atención? Dado que han sido en su mayoría designaciones políticas o de amiguismos llamados “de confianza”, públicos y privados, deberían establecerse límites del órgano rector. La auditoría y el control del usuario sería de suma necesidad.-
¿Se podrá interpretar los comentarios desde las redes como una pérdida de la vergüenza, de la responsabilidad, de la ética y de la autocrítica de quienes integran el sistema sanitario?
Lo que parecería que es frecuente es una actitud indolente y contemplativa de los responsables finales de las organizaciones de salud. Parecería que las nueva situaciones han paralizado respuestas e innovaciones.
Demócrito –siglo V y VI- aC- “Los hombres esperan la salud de los Dioses; ellos no saben que son autores y dueños de su propia salud”.