Somos partido
Acuerdos, internas y competencia
Zósimo Nogueira
¿O ya nos consideramos perdidosos? Si abrazamos con fuerza la impronta e imagen de Ojeda y el retorno de Bordaberry es para competir. Para disputar el liderazgo de una nueva concertación. No me parece bien acordar antes de saber el resultado electoral de octubre. El partido colorado siempre tuvo voz propia, voz de liderazgo. Propuestas propias. Si toca acompañar, sabremos hacerlo, pero debemos buscar liderar.
Pedro, Andrés, y la dirigencia toda deben hacer retrospectiva cercana.
El gran tema sigue siendo la inseguridad, el partido como tal no participo de la gestión, no tuvo a nadie ocupando cargos de particular confianza.
Quién lo hizo en el Ministerio del Interior como Sub Secretario fue Guillermo Maciel. Lo hizo a título personal, por acuerdo directo con el Presidente Lacalle.
A los mandos policiales promovidos para ocupar cargos de confianza se les ofreció el cargo y lo aceptaron, condicionado a las reglas de juego y subordinándose políticamente al Partido Nacional, a los blancos que manejaron a su real saber y entender el Ministerio del Interior.
Nuestra dirigencia partidaria no participo de las designaciones. No hubo cuota partidaria.
No asumamos responsabilidades que no tenemos y no me parece bien salir a acompañar propuestas lanzadas de manera inconsulta.
Antes de dar por válida su propuesta debería realizarse un análisis, y darle participación a los entendidos. Me refiero al tema allanamientos nocturnos.
¿Qué dicen los Jueces, los fiscales, el colegio de abogados, los policías y también los militares?
Los políticos oyen al pueblo y en base a ello legislan, pero no son ellos quienes aplican la ley e interactúan con la sociedad en los temas de seguridad.
Cuanto se ha hablado de poner a militares en funciones policiales; patrullaje y combate al delito flagrante. Los policías no lo quieren, los militares tampoco. Cuando se inician estas acciones no se sabe como terminan.
La seguridad es algo que no se soluciona por un acto de voluntarismo, involucrar a nuevos actores, a nuevas fuerzas, con dependencia y organización diferente significa nuevas erogaciones por nuevas demandas de los convocados, siempre a más.
Una nueva muestra de mala administración de los recursos económicos del Estado.
Ahí tenemos al Senador Guido Manini Ríos, Teniente General retirado, fue comandante en Jefe. Antes de salir con esos temas lo consultaría, fuera de mi sector o no. Fuera de mi agrado o no. “Algo más ha de saber “
No para que le sigan la corriente, pero escucharlo debería ser prioritario.
Está claro que dentro de las fuerzas armadas habrán variados posicionamientos,
Lo mismo ocurre en la policía.
Estaría bueno que en estos temas se hable de experiencias personales. Las verdades de la experiencia y la práctica y no de la teoría y el experimento.
Esas experiencias solo las da el destino que haya ocupado a lo largo de su carrera.
Hay quienes saben de tecnología y pericia, otros de investigación (que no es lo mismo), Otros de control de disturbios civiles o sistemas de patrullaje. Etc. etc. ………………..
Hay quienes están capacitados y saben mandar y otros están más limitados, por su rango y por destinos ocupados. ¨
La mejora la seguridad es muy tibia, a pesar del reconocido involucramiento de las jerarquías ministeriales. Estrategia inadecuada, falta de acciones complementarias.
Se ataca a lo visible, hay poca actividad de control. Eso es y ha sido así porque lo quiso el Frente Amplio y su administración.
Un gran protagonismo en materia de seguridad tuvieron el ex Fiscal de Corte Dr Diaz y su código de proceso; sus amplios poderes poco cuestionados y apoyos visibles de todos los partidos.
Su impronta en la implementación, su libertad y poder de decisión sustentados en su innegable capacidad.
Pero la responsabilidad ha sido de todo el espectro político que sin mucho análisis de las consecuencias validó la trasformación procesal penal con las premisas de la demora de las resoluciones de condena y de que quien investiga no puede dictar órdenes de procesamiento.
Muy lirico y justiciero pero no hubo mejoras, reiteradamente se desconoce el principio de inocencia y se realizan acuerdos en juicios abreviados, que poco tienen de juicio y mucho tienen de mercantilismo. Tipo remate. ¿Quién da más?
Trasformación de alto costo económico que ni resulta ni se justifica. Nuestra realidad social y delictiva es diferente. Gran responsabilidad de todos los partidos; no supieron ponerle límites.
Desoyeron reproches y análisis de connotados juristas, integrantes de la cátedra de derecho penal, colegio de abogados. Un recordatorio para el ex Fiscal Dr. Viana, que hasta su muerte una y otra vez señalaba los errores e injusticias que promovía este actual sistema procesal.
Todo esto ya forma parte del pasado reciente y ahora se reemprende con la propuesta de allanamientos nocturnos como una solución mágica de reducir el delito del narcotráfico.
Las drogas vienen del exterior, para interceptar cargamentos no es necesario promover allanamientos ni diurnos ni nocturnos, para inspeccionar un lugar de acopio de droga ya ingresada no es necesario ni favorece en nada practicar una inspección domiciliaria nocturna.
Está claro que amplía el margen de acción de las autoridades, pero a los Oficiales de policía y fuerzas armadas se nos instruye en la obligación de velar por el bienestar y la seguridad de los subordinados, reducir y evitar riesgos innecesarios.
No es cuestión de más o menos agallas, es cuestión de ser profesional.
Es una reducción de derechos y no me gusta que me retaceen derechos.
Tampoco la insistencia en reeditar una propuesta que hace poco fue rechazada por el voto popular. Se habla de que es una herramienta para combatir al narcotráfico, pero debe aclararse que su espacio de aplicación es mucho más amplio, es total.
Para esa lucha hay medidas más eficaces.
Control de fronteras, ubicación de expendios de drogas, identificación y detención de consumidores, obtención de pruebas de consumo ilegal, incautación de sustancias, allanamientos de bocas, detenciones de distribuidores, pasaje a la esfera fiscal y judicial de infractores, romper vínculos criminales de los traficantes con sus socios, compañeros o patrones presos. Desmontando redes del narcotráfico y narcomenudeo.
Cada uno haciendo lo suyo, verificando movimientos financieros y obligando a tratamientos de desprogramación de adicciones. Lucha contra la corrupción, declaraciones juradas y controles que eviten enriquecimiento ilícito de los actores públicos. Desde policías, aduaneros, hasta fiscales, defensores, jueces y políticos.
Hablando con una adolescente sobre los allanamientos nocturnos me decía.
Modificar la constitución en este tema es dar luz verde para innumerables situaciones ajenas al fenómeno del narcotráfico. La tiene clara.
Luz verde para reprimir delitos, pero también luz verde para el abuso de poder.
Veamos a Maduro enseñando su librito. “La Constitución me ampara”.
Mi posición sobre este tema no es nueva, ni oportunista.
Lo he escrito reiteradamente; desde mi rechazo a toda la propuesta preelectoral de Larrañaga en su “Vivir sin Miedo” de 2019. La situación no ha cambiado y considero ofensivo que se diga que quien no está de acuerdo con ello está del lado del narcotráfico.
En esto coincido con el Dr Jorge Diaz, hijo de policía, Juez, Fiscal y ahora abogado defensor. Ideológicamente antagonista pero de reconocida capacidad intelectual.
No comparto lo del Estado involucrado en el consumo de marihuana, promoviendo mejorar variedades de cannabis para un mayor pegue.
Rechazo todo estimulo al tráfico, distribución y consumo de drogas, deteriora la salud mental de nuestra juventud; convirtiéndolos en inadaptados, sin capacidad de construirse un proyecto de vida que arrastran en su agonía a sus vínculos afectivos y todo su ámbito familiar.
Mis reflexiones en materia de seguridad de 10 años están en Opinar. Sin condicionamientos. Una luz verde que valoro.