Una grey del manicomio
y sus letargos mentales
Lorenzo Aguirre
El dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, y su vicepresidente y esposa, la asesina Rosario Murillo, imponen un reglamento obligando a “ONGs” a “colaborar” con el Estado, pagando “algún” impuesto. Desde hace 6 años, y hasta la fecha, Ortega y su gobierno sandinista cerró cerca de 6.000 asociaciones sin fines de lucro, además de 80 organizaciones de iglesias evangélicas – sin contar las innumerables católicas -, declarándolas ilegales. Ahora, Ortega, lleva adelante una “Reforma” “ajustada a los tiempos que corren”, relacionada al “Código Procesal Penal”, donde la Policía Nacional – dirigida por Francisco Díaz, consuegro de Ortega – podrá allanar, y sustraer, equipos electrónicos e informáticos, como también exigir a las telefónicas toda comunicación digital (llamadas, mensajes de voz, y textos), sin necesidad de orden judicial. Ortega, y Murillo, tiranos capaces de voltear el planeta, son parte de esa grey del manicomio que, para “salvar el pueblo”, los aniquila, pero por supuesto a modo de “restauración social”, aunque tengan que zamparse a bocados la democracia mientras esperan impacientes poder conocer hasta los pensamientos, para entonces, si, estar todos los cerebros conectados generando “conciencia social”, y de esa forma gozar de tranquilidad dentro de un intervencionismo moral, rodeado de sepulcros, al tiempo que revuelven el hielo naufragando en los desbordados aguardientes.
El régimen ha implantado dos leyes, las cuales obligan a las “ONGs” (organizaciones no gubernamentales) a formar “alianzas con el Estado”, pues, de lo contrario, no podrán concretar sus proyectos y programas.
Como si fuera poco hay un articulado especial cuya finalidad pauta que, tanto la “alianza de asociación”, como de “agentes extranjeros”, será un “acuerdo de colaboración conforme a los objetivos y fines necesarios”, todo bajo la “observación” de la “Dirección General de Registro y Control de Organismos”.
Las nuevas disposiciones exigen descripción de proyectos y programas, además, por supuesto, el origen de fondos y montos a recibir. “Posteriormente – señala el informe -, se deberá realizar los pasos establecidos por el nuevo reglamento”, más allá que, Ortega y Murillo, ya ordenaron traspasar al Estado los bienes de casi 6.000 “ONGs”.
En las últimas elecciones nacionales, Ortega fue “reelegido” teniendo en las cárceles a candidatos opositores, a otros quitándoles los derechos políticos y acusarlos de “golpistas”, “traición a la patria”, “en busca de poder dictatorial”, y finalmente a un grupo, expulsándolo del país.
Más allá de lo expresado, Daniel Ortega, declaró: “el gobierno de Managua podrá condenar “en ausencia de la persona”, a todo “ex ciudadano de Nicaragua” que critique nuestra gestión”.
De acuerdo a eso, la “Asamblea Nacional” (Parlamento) aprobó – 88 diputados en 91 – una reestructura del “Código Penal”, a efectos de llevar adelante los juicios por “delitos contra la administración pública, y el Estado, como también a quienes cometieron terrorismo”.
¡Hablando de terrorismo!… Daniel Ortega, exguerrillero, Secretario General del “Frente Sandinista de Liberación Nacional” (“FSLN”) – fundado como organización militar (para comunistas, léase ¡“milicos”!), de posición ultraizquierda, revolucionaria, de ideología marxismo, leninismo (imitando al “Frente de Liberación de Argelia”) -, impulsado por la “Revolución Cubana”, asaltó bancos, intimidó con armas, extorsionó, trató de “hermanas” a las “Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia” (“FARC”), y con el apoyo de Hugo Chávez, y el narcotráfico, financió su campaña electoral.
¿Quedó, claro?
Ortega, también manifiesta su apoyo incondicional a Rusia en cuanto a la invasión a Ucrania, y por supuesto se abstiene de condenar a Putin en la “Resolución” de la “Organización de las Naciones Unidas” (“ONU”), como asimismo respecto a la anexión de Donetsk, Jersón, y Zaporitya.
El año pasado, el Ministro de Asuntos Exteriores de Nicaragua cerró la embajada en el Vaticano, y la Nunciatura en Managua, movimiento previo al quiebre de relaciones diplomáticas, pues, el Papa Francisco I, cuestionó abusos de autoridad y represión.
Asimismo, en 2023, el dictador quitó la personalidad jurídica a la “Compañía de Jesús”, expropió sus bienes, la Universidad, dos colegios, congeló las cuentas bancarias, y más tarde se adueñó de la “Universidad Centroamericana de los Jesuitas”, a quienes los tipificó “terroristas”.
Las “Reformas”
Los diputados sandinistas, declararon: “las Reformas, fortalecen el ordenamiento jurídico, porque, además, con dicha transformación se decomisa bienes ilícitos”.
En adelante, cualquier persona acusada de delito puede ser sentenciada a cadena perpetua, como también, ser desterrada. A modo de ejemplo vale mencionar que, Ortega y Murillo, lo hicieron con el doctor Jaime Incer Barquero – primer biólogo de Nicaragua, hoy con 90 años de edad -, quien en silla de ruedas llegó al aeropuerto de Miami, y en el mostrador de la aerolínea le informaron que no podía embarcarse pues tenía prohibido por el gobierno de Nicaragua, ingresar al país.
Ortega, había decidido realizar la obra del “Gran Canal Oceánico”, pero el mencionado científico votó en contra advirtiendo los graves daños medioambientales que causaría la extensa zanja en el Lago de Nicaragua. Luego, agregó: “cualquier ecólogo conoce el tipo de impacto, el daño irreversible, totalmente dañino para el ecosistema acuático, además de la toxicidad al agua, la cual es fuente potencial de abastecimiento a la población”.
Las “Reformas”, presentan también 8 artículos del “Código Procesal Penal” facultando a la “Policía Nacional”, allanar y sustraer equipos electrónicos e informáticos, incautar, inmovilizar activos, títulos, valores, y cuentas bancarias a instituciones financieras, como también a sus clientes.
Como si fuera poco, el “Instituto de Seguridad Social” dejó de pagar pensiones a la vejez a todos los opositores “desnacionalizados” por “traición a la patria”, y a sus familiares que gozaban de poder para retirar pagos, quienes tampoco recibirán dinero, según la “ejecución” del “Tribunal de Apelaciones”.
Rosario Murillo, recientemente declaró: “para seguir con la “Reforma” también tenemos que construir un “Nuevo Frente Sandinista”. Son otros tiempos, y en realidad las mujeres feministas son retrógradas, fundamentalistas, deforman el feminismo y han manipulado sus banderas y postulados. Es un acto de traición, alevoso y cruel”.
Los comunistas y “progresistas” uruguayos, siendo “liberales”, inquisidores, “celosos defensores de la igualdad de género” … ¿no dicen nada al respecto?
La chica “menos 10” está sobrada de apetitos oscuros, convertida en repartidora de balas a granel para “alivianar” el fatigoso ejercicio de gobernar, tomar scotch, esparcir veneno, desbaratar todo a su paso, de forma enfermiza expandir un cementerio para llenarlo de cadáveres opositores, y a modo de guarnición, “fumigar” a gays, y lesbianas.