1960 Cómo llegan a caer las instituciones
Miguel Lagrotta
La propia democracia puede ser la causa de la decadencia. Samuel Huntington utilizó el término «decadencia política» para explicar la inestabilidad política en países diferentes luego de la Segunda Guerra Mundial y fundamentaba este concepto que los diferentes modelos de desarrollo social y económico los llevaron a esta situación. Y por lo tanto las causas de esta decadencia fueron la incapacidad de las diferentes instituciones de adaptarse a las circunstancias cambiantes y los grupos y colectivos sociales emergentes con diferentes reivindicaciones políticas. Los Tupamaros nunca pusieron en duda la necesidad de la revolución armada como herramienta para imponer en el Uruguay la sociedad socialista. La guerrilla fue el mayor exponente para poner a prueba los instrumentos democráticos para enfrentar esta situación Su marco teórico es que era posible comenzar de inmediato la lucha armada incluso en la pacífica sociedad uruguaya de la década del sesenta. Una comunidad donde, fuera de la interrupción del golpe herrero- terrista, teníamos desde principios del siglo XX una democracia liberal estable y con capacidad para integrar la corriente inmigratoria europea que nos convirtieron en una suerte de excepcionalidad latinoamericana. El debate, muy inteligente llevado adelante por la izquierda, se circunscribe al año 1968 cuando el Estado se enfrentó duramente a los desbordes generalizados de grupos sociales, sindicales y el terrorismo de la guerrilla que había comenzado a comienzos de la década del 60, incluso con el modelo cubano triunfante que aconsejaba cuidar nuestra democracia. El pueblo uruguayo, normalmente definido como conservador, buscaba cambios. Había cambiado después de 93 años la dirección política hacia la mayoría nacionalista en el modelo colegiado de 1959. Cambió nuevamente la perspectiva nacionalista en último periodo colegiado y va a optar finalmente por una reforma constitucional con eje el Poder Ejecutivo y con un candidato, posteriormente electo de origen militar en 1967. Todo tiene antecedentes, una crisis económica creciente, desocupación y recientes levantamientos de estudiantes por la búsqueda de la reforma universitaria. En las elecciones de 1962 los partidos tradicionales se presentaron con tres sub lemas cada uno. O sea grandes divisiones internas. En los partidos menores también había divisiones y surgieron tres nuevos lemas, la Unión Popular, el Frente Izquierda de Liberación (FIDEL) ye l Partido Demócrata Cristiano que había sustituido a la Unión Cívica. Dentro del Partido Colorado, perdedor, la mayoría correspondía al batllismo. El Partido Nacional gana la elección, sin embargo, antes de conformarse el Colegiado gobernante ya tenían problemas muy serios en su interna. Para completar más la situación por razones biológicas fallecen en en estos años Luis Alberto de Herrera, Luis Batlle Berres, Benito Nardone y Daniel Fernández Crespo. Para cada una de las colectividades que integraban fueron golpes muy duros. Gobernar necesitaba de acuerdos políticos muy trabajosos en el marco de inestabilidad social con desocupación, crisis económica y el accionar de grupos que veía la opción violenta como mecanismo de hacerse con el poder. En 1964 hubo gran inestabilidad, especulación, devaluación, inflación, caída del salario real, cierre de importaciones. En este momento se llega a la unidad del movimiento obrero con la creación de la Convención Nacional de Trabajadores (CNT). El año 1965, además, comienza con una gran sequía que repercute en el agro y en la energía hidroeléctrica. Se produce la crisis bancaria con el crack del Banco Trasatlántico y ya se decretan medidas prontas de seguridad. Se impone una reforma constitucional cosa que va a llevar a la presidencia al Gral. Oscar Gestido. El clima de optimismo por el retorno del Partido Colorado al gobierno, la reforma de la Constitución que daba un gran margen de acción al poder ejecutivo no era acompañado por el propio Presidente de la República recientemente electo y en su discurso inicial marcó con claridad la gran crisis que tenía en Uruguay, la necesidad de sacrificios para superar esa situación y su duda al sostener: «Si el pueblo uruguayo quiere suicidarse, no habrá gobierno que pueda impedirlo» tenía herramientas que la nueva Constitución le proporcionaba. Fallece y asume Jorge Pacheco Areco. Por lo tanto este proceso no comienza en 1968, tiene raíces que vienen desde el gobierno de Terra, a la pérdida de valores democráticos y polarización política, debemos agregarle el protagonismo militar y el sueño de una revolución a la cubana por diferente grupos activos desde 1962.
Ver: Demasi, Carlos. El 68 uruguayo. El año que vivimos en peligro. EBO. 2019