Editorial

Mis muchas razones para el “NO”

Enrique Tarigo;, “Opinar”, 27.11.1980, pág. 3

Cuando este ejemplar de OPINAR llegue a las manos de los lectores estarán faltando apenas setenta y dos horas para que se abran los comicios fijados para el domingo 30 de noviembre.

Como la misión de OPINAR es opinar, debo adelantar en setenta y dos horas algo así como una contabilización o un balance que viene creciendo en mi espíritu desde hace no menos de un mes y que, de no existir OPINAR bien podría haber postergado hasta la víspera
del plebiscito.

He de votar por “NO” el domingo venidero porque soy demócrata y esta Constitución que se nos propone es una Constitución antidemocrática, porque ha sido proyectada, elaborada y aprobada sin la participación de los representantes del pueblo soberano y porque contiene soluciones concretas que implicarían, para el futuro, el desconocimiento de la soberanía popular.

He de votar por “NO” el domingo venidero porque soy liberal, es decir porque creo en la libertad como valor superior del hombre civilizado, y aún sabiendo y admitiendo que que la libertad no puede ser ni irrestricta ni ilimitada y que la seguridad es el precio a pagar para gozar de la libertad, no puedo aceptar este proyecto de Constitución que sustituye la libertad por la seguridad, este proyecto para el que todo es “seguridad” y que todo lo sacrifica, incluso la libertad, en aras de la “seguridad”.

He de votar por “NO” el domingo venidero porque me siento consustanciado, desde siempre, desde mi cuarto abuelo don Santiago Vázquez; Constituyente de 1830 y Ministro de Rivera, con uno de los dos Partidos tradicionales del país, con el Partido Colorado, y este proyecto constitucional propicia la desintegración de los Partidos tradicionales, su fragmentación, su atomización, en la medida en que impide que coexistan dentro de cada uno de los dos grandes Partidos, corrientes, tendencias, alas o sectores, que siempre han existido y que siempre deberán existir en el seno de las grandes colectividades partidarias.

He de votar por “NO” el domingo venidero porque soy profundamente batllista, con lo que todo ello implica de definición ideológica en materia política y en materia social, y este proyecto de Constitución quiere suprimir de una plumada al Batllismo y a todos y cada uno de los sublemas de cada uno de los dos grandes Partidos históricos.

He de votar por “NO” el domingo venidero porque este proyecto, desmintiendo ciento cincuenta años de tradición civilista, propone la coparticipación en el Gobierno del poder civil y del poder militar, con predominio absoluto del poder militar sobre el poder civil.

He de votar por “NO” el domingo venidero porque este proyecto menoscaba la función del Parlamento, al que reduce en grado sensible sus facultades de iniciativa legislativa y de control sobre el Gobierno.

He de votar por “NO” el domingo venidero porque este proyecto menoscaba la independencia del Poder Judicial al sujetar la designación de los jueces por parte de la Alta Corte de Justicia al acuerdo previo e imprescindible del Poder Ejecutivo.

He de votar por “NO” el domingo venidero porque este proyecto contiene un concepto exagerado de la jurisdicción militar y autoriza a que la ley ordinaria disponga que los delitos comunes cometidos por militares en tiempo de paz puedan ser juzgados por tribunales militares.

He de votar por “NO” el domingo venidero porque este proyecto crea un Tribunal de Control Político mal integrado inicialmente ya que a sus miembros los designará el Consejo de la Nación antes de su disolución y mal integrado para el futuro ya que será el único órgano público de la historia uruguaya en que se aplicará el sistema de la cooptación; para cuyos miembros no se exigen las cualidades mínimas requeridas para los miembros de cualquier tribunal; y dotados de potestades amplísimas sobre la totalidad de los hombres públicos civiles, que lo convertirán en un verdadero tribunal tutorial.

He de votar por “NO” el domingo venidero porque este proyecto quita al Tribunal de lo Contencioso Administrativo, de eficaz funcionamiento anterior, jurisdicción para conocer y anular, si correspondiere, los actos administrativos de mayor trascendencia, como lo son “los actos políticos y de gobierno”, “los actos discrecionales”, “los actos fundados en razones de seguridad nacional” y “los actos de interés público” o así declarados por ley.

He de votar por “NO” el domingo venidero porque este proyecto, sin perjuicio de lo
anterior, menoscaba la independencia del Tribunal de lo Contencioso Administrativo al sujetar
la designación de los Jueces de la Justicia Administrativa al previo e Imprescindible acuerdo
del Poder Ejecutivo.

He de votar por “NO” el domingo venidero porque este proyecto de Constitución eliminaría de la Constitución la inamovilidad de los funcionarios públicos, los que ya no sólo podrán ser destituidos por “ineptitud, omisión o delito”, sino también por cualquier otra causa, y para cuya destitución ya no se requerirá la venia del Senado, sino que bastará con la sola voluntad del Poder Ejecutivo.

He de votar por “NO” el domingo venidero este proyecto porque él elimina de las
competencias del Tribunal de Cuentas la de “intervenir preventivamente en los gastos y los
pagos” de los órganos públicos, suprimiendo así una garantía de corrección en la gestión
financiera del Estado. 

He de votar por “NO” el domingo venidero porque, sin perjuicio de lo anterior, el Tribunal de Cuentas verá menoscababa su independencia dado que sus integrantes solo podrán serlo aquellas personas comprendidas en “una terna que, para cada cargo, proponga el Presidente de la República”.

He de votar por “NO” el domingo venidero porque este proyecto constitucional suprime, de un solo tajo, el concepto mismo de la autonomía de las empresas públicas y los servicios descentralizados, cuyos Directores “serán designados por el Presidente de la República, el que los podrá remover en cualquier momento y sin expresión de causa”.

He de votar por “NO” el domingo venidero porque este proyecto elimina en absoluto el concepto de la autonomía en la enseñanza, contradiciendo, por lo que respecta a la autonomía universitaria, la solución que rigiera a la Universidad desde 1849, con distintas formas, grados o matices, que aquí se ignoran por completo.

He de votar por “NO” el domingo venidero porque esta proyecto desconoce la autonomía municipal sujetando a las “Administraciones” –no ya, Gobiernos– “de los Departamentos” a “una planificación centralizada” que convertirá a los Intendentes en meros ejecutores de las ordenes recibidas desde Montevideo.

He de votar por “NO” el domingo venidero por mil razones más que ya no caben en esta página. Como último botón de muestra, y nada más que como botón de muestra, por ese absurdo del candidato único a la Presidencia de la República, absurdo que en la actualidad constitucionalmente solo conocen los regímenes sometidos al gobierno de un Partido único.

Y he de votar por “NO” el domingo venidero porque como, por fin, lo señaló el Ministro Tourreilles con palabras claras y meditadas y hablando, según así lo dijo, en nombre del Gobierno, el voto por “NO” será considerado como el voto de la ciudadanía “que entiende que esta fórmula que ofrecemos no es la más adecuada” y que espera que se diseñe o que se arbitre otra fórmula mejor. Por esa fórmula mejor, por una fórmula constitucional de transición con garantías para todos y que no traicione la vocación de libertad, de democracia representativa y de concordia nacional que conforma la esencia de la República, votaremos por “NO” el domingo venidero.

¡Arriba los corazones!

Compartir

Deja una respuesta