Las “infidencias” en la Seguridad Nacional
La fiscalía de Delitos Complejos fue quien tuvo a su cargo la investigación de la la filtración del Plan Nacional de Inteligencia desde que una sesión parlamentaria secreta tomó estado público en 2022. Los indicios de que el documento manejado por el director de Inteligencia, Álvaro Garcé, se había filtrado indebidamente, como si se tratara de una “infidencia”, transitó un periplo digno de “Netfix”: se sostuvo oficialmente que el documento que publicó el periodista Eduardo Preve, no era el mismo que el presentado en el Parlamento. Con menos trascendencia que un año atrás, el 26 de junio de 2023, volvió a comparecer ante el Parlamento Alvaro Garcé en la Comisión de control y supervisión del sistema nacional de inteligencia del Estado. Esta vez con menos publicidad y sin “dimes ni diretes”, se retomó –aunque de nuevo con reserva parlamentaria- un conflictivo asunto que al menos para la Justicia –por su affaire propagandístico- no mereció ningún reproche penal. Ahora diputados y senadores pretenden saber el resultado de una investigación administrativa interna para poder moldear una conclusión sobre las responsabilidades que unos y otros deberían asumir a estas alturas.
En 2022 el director de la Secretaría de Inteligencia, Álvaro Garcé, presentó en una sesión secreta de la Comisión Especial de Control y Supervisión del Sistema Nacional de Inteligencia el Plan Nacional 2022 y tras esa comparecencia el documento fue difundido por el canal municipal. Ante la filtración, Garcé presentó una denuncia en fiscalía mientras que el Parlamento inició una investigación administrativa.
Sin embargo, siempre existieron al menos tres diferencias entre el documento filtrado y el que el jerarca dijo ante fiscalía haber presentado al Parlamento.
Una de esas diferencias es que el texto publicado por Preve estaba foliado y tenía 14 páginas mientras que el que Garcé llevó a la fiscalía, diciendo que era el que llevó al Parlamento, estaba foliado pero tenía 15 hojas. También se denunciaron diferencias sobre a quién estaba dirigido cada uno de los documentos y en otros detalles se reveló diferencias documentales en el nombre de Garcé y su cargo (en uno de ellos aparece el nombre completo del titular de la Secretaría de Inteligencia).
De todos modos, el contenido del documento a grandes rasgos siempre fue el mismo.
Preve declaró en su momento en fiscalía como testigo y el fiscal Gilberto Rodríguez fue hasta el Parlamento para tomarle declaración al entonces presidente de la comisión, el senador cabildante Raúl Lozano, hoy ministro de Vivienda.
Tras ese encuentro, el fiscal planteó que podía haber “otras agencias” comprometidas a pesar de que la investigación que él está llevando adelante es en el ámbito parlamentario. «Ni se concluye ni se descarta que no puedan haber otras agencias comprometidas», dijo en rueda de prensa.
El representante del ministerio público afirmó que su intención es continuar investigando el caso dentro del ámbito parlamentario, por lo que intentará tomar declaración a los otros nueve legisladores que integraron la reunión, que tuvo lugar el pasado 24 de octubre. Por otra parte, agregó que «no está planteado» analizar el contenido de los celulares de quiénes estuvieron en la sesión pero que tampoco es algo que esté «descartado».
Hace una semana Alvaro Garcé retornó al Parlamento por este mismo asunto. Las siguientes son pasajes de su intervención parlamentaria “abierta”; la secreta, la otra, la reservada o limitada para la opinión pública, volvió a rotularse de “prohibida”, aunque su contenido, como se apreciará, vuelve a quedar revelado. Lo que sigue son intervenciones el 26 de junio de 2023, en el Parlamento, del Dr. Alvaro Garcé y de los legisladores del Frente Amplio Mariano Tucci y Mario Bergara.
SEÑOR GARCÉ.- este no es un acto meramente formal. Agradezco tener la posibilidad de venir con ánimo constructivo para contribuir a superar un episodio. Considero que todos debemos construir para que podamos reanudar cuanto antes y en los mejores términos un vínculo institucional que es muy importante y que refiere a la interacción entre esta Comisión Especial de Seguimiento y Supervisión del Sistema Nacional de Inteligencia, como órgano controlante, y el Sistema Nacional de Inteligencia del Estado representado por la Secretaría de Inteligencia Estratégica de Estado como un conjunto de órganos controlados. Soy parte activa de este episodio, por lo que corresponde hacer una autocrítica y primero voy a comenzar con una reflexión de carácter formal.
Yo no denuncié a la comisión. Eso surge en el tenor de la comunicación que fue presentada ante la justicia. No denuncié a ningún integrante de esta comisión. No denuncié al periodista que divulgó la información. Lo que hice fue poner en conocimiento de la justicia un hecho que, a mi juicio, tenía apariencia delictiva. Yo no hablé de delito porque no me corresponde hacerlo; los únicos que determinan si lo hay o no son los magistrados del Poder Judicial. Sin embargo, frente a la existencia de un hecho que para mí tenía apariencia delictiva, me consideré obligado, por lo que establece el inciso segundo del artículo 177 el Código Penal, que es deber de cualquier funcionario público de poner en conocimiento de la justicia un hecho que considere de apariencia delictiva. Fue únicamente ese el ánimo que tuve.
Eso es lo que quiero decir desde el punto de vista formal. Es decir que mi actuación fue un acto en función de mi cargo. La autocrítica que quiero realizar aquí refiere, en todo caso, a alguno de los términos empleados.
Si tuviera el poder, que evidentemente no tengo, de reescribir la comunicación, la haría de otra forma, pero en derecho penal, según la teoría del dominio contra el relato, después que uno tira la piedra pierde el control de determinados acontecimientos. Por lo tanto, no me queda otra –lo hago porque viene desde mi fuero íntimo– que decir claramente a la comisión que no he querido agraviar a nadie y que, si tuviera la oportunidad, escribiría o me dirigiría a la justicia de otro modo. Esa es la contribución que, como parte activa en este problema, quiero dejar planteada ante esta comisión. Creo que aquí hay una lección aprendida, evidentemente. Esa lección aprendida –voy a tomar prestada una expresión del lenguaje de gestión de la calidad– debe derivar en acciones correctivas. Es decir, cuando ocurre algún incidente en una cadena de producción se produce un desvío o un acontecimiento indeseado, se tiene que reexaminar todo el proceso y tomar las medidas de fondo para que no se repita. No solo como director de la Secretaría de Inteligencia Estratégica de Estado sino como ciudadano de este país, quiero que no se repita un episodio como el que nos tocó vivir. Por lo tanto, asumo mi responsabilidad en lo que me toque, pero lo importante es que a partir de ahora retomemos con confianza el vínculo institucional. Creo que la mejor manera de hacerlo es comenzando a trabajar. Tengo claro, por el tenor de la citación, que esta convocatoria tiene dos partes: una, que refiere a los hechos de octubre del año pasado, y otra, al acto de mirar hacia adelante. Entonces, he traído un informe completo de 2022. Asumo que la comisión me lo va a pedir, por lo que, antes que me lo pida, motu proprio lo traje. Tienen aquí un listado completo de todas las actividades, un relacionado en cada una de las partes en cuanto a la información. Me consta que esa es una inquietud que ha sido planteada por integrantes de esta comisión. En la medida en que lo entienda oportuno, con mucho gusto estaría en condiciones de presentar ese informe y pasar a comentarlo en la otra etapa de la sesión.
Esto es cuanto quería decir en esta intervención.
SEÑOR TUCCI.- En primer lugar, el objetivo de esta instancia es retomar el tradicional funcionamiento y dinámica de contralor del sistema de inteligencia. En segundo término, y a título personal, a mí no me asombra la actitud del doctor Garcé porque uno en esta actividad tiene que saber diferenciar al ciudadano Álvaro Garcé del director Álvaro Garcé. Creo que el ciudadano Álvaro Garcé es un hombre honrado, al que conozco hace muchísimos años. Lo conocí en el ejercicio de su responsabilidad como comisionado parlamentario penitenciario y si algo distinguió su gestión, aparte de la eficiencia, fue la apertura al resto de los partidos políticos; a todos los partidos. Otra cosa es la gestión del director Garcé, con la cual tengo diferencias profundas y, sobre todo, a partir de esos hechos que el país ha vivido, pero en esto me quiero extender algunos minutos.
Queremos reiterar, si me permite, señor presidente, dirigiéndome a nuestro invitado con el mayor de los respetos, lo que dijimos públicamente. Para el Frente Amplio cualquier tipo de filtración de información calificada como secreta o reservada es repudiable, sin ningún tipo de dudas. No hay dos opiniones al respecto. Por supuesto que no objetamos, bajo ningún punto de vista, que el director haya hecho la denuncia, porque es lo que tiene que hacer como funcionario público, como él bien decía al inicio. En lo que nosotros discrepamos frontalmente con el director, es en que fue parcializada, selectiva, arbitraria, porque señaló exclusivamente a quienes integramos y participamos ese día de esa comisión que lo recibió, con el mejor de los ánimos para trabajar y se olvidó del resto de los componentes de lo que se denomina comunidad de inteligencia, que fueron los que procesaron y sintetizaron el documento que llegó a nuestras manos. Ese es el reclamo que le hace el Frente Amplio al director de la Secretaría de Inteligencia Estratégica de Estado y es por esa razón que pedimos oportunamente la renuncia del doctor Garcé. La actuación fiscal determinó que no había pruebas contundentes para sostener la acusación, la denuncia del director de inteligencia. No lo decimos nosotros porque se nos antoja. Eso desató un montón de cosas. Acá quiero exonerar al presidente de la república y al ministro de Defensa Nacional, porque decía con mucha razón el doctor Garcé que nunca habló de delito. Él no, pero el presidente de la república habló de sabotaje a la seguridad nacional.
SEÑOR BERGARA.- Exonerar no. No lo exonera.
SEÑOR TUCCI.- Digo que exonero al presidente de la república y al ministro de Defensa Nacional porque hablaron de sabotaje de la seguridad pública nacional y de traición a la patria. Eso sí es delito, y lo hicieron, seguramente, de buena fe, asesorados por el director de inteligencia, es decir, por lo que imagino, supongo, él les trasladó. En ese sentido es que exonero lo que los jerarcas del Poder Ejecutivo trasladaron públicamente. No es para desatar polémica, pero la última vez que recuerdo –aquí hay legisladores mucho más entrados en años que yo– que alguien habló de traición a la patria, fue el expresidente golpista Juan María Bordaberry que en una carta, luego del entierro del Toba Gutiérrez Ruiz, saludaba a los funcionarios policiales porque impidieron que se colocara el pabellón nacional encima del féretro de un hombre al que el proceso acusó de traición a la patria. Después, el año pasado, como corolario de las repercusiones públicas de las filtraciones, escuché a un ministro del Poder Ejecutivo señalar a legisladores nacionales por la comisión de un presunto delito de similares características. Entonces, no fue un hecho más. Por supuesto que hubo un «coro», con el que nada tienen que ver el doctor Garcé ni el Poder Ejecutivo, de legisladores que se pronunciaron señalando a algunas de las bancadas que integran esta comisión como responsables de esa filtración. Entonces, lo valoro tremendamente porque para el Frente Amplio es absolutamente imprescindible retomar el trabajo de la comisión, y así lo vamos a hacer con buena voluntad, con responsabilidad y con el mismo compromiso de siempre. Por supuesto que queremos trasladar al director algunas preguntas que tienen que ver con el episodio.
La primera pregunta que queremos hacer es si, archivada esta causa en la fiscalía, el director inició alguna investigación administrativa de urgencia en la oficina que coordina, y si dispuso lo mismo en la mesa nacional que integran el resto de los ministerios, así como otras agencias que han sido convocadas para la confección del documento, la Junta Nacional de Drogas y un etcétera que no sé si es largo o corto, lo sabrá decir el doctor Garcé, porque no sabemos en su plenitud quiénes son la totalidad de los actores que participaron de esa actividad.