Julio
Ronald Pais
Había juntado coraje y me fui a Radio Sarandí con una cinta de grabación de una actuación mía en el Programa “Aperitivo Musical” de Canal 5. Pedí para hablar con el señor Ruben Castillo aunque no abrigaba esperanzas de que me atendiera sino de que me dieran instrucciones para dejar la cinta. No había considerado que Ruben era un SEÑOR. Apareció a los pocos minutos y me preguntó fríamente qué deseaba. “Me gustaría cantar en Discodromo Show”. Se sonrió y me dijo “Hace años que no entra un solista masculino al elenco de Discodromo Show. ¿Por que crees que podrías hacerlo vos?” “Porque soy bueno y tengo un perfil que hoy falta en Discodromo” le contesté con mi inconsciencia de juventud. Volvió a sonreír. “Veo que trajiste material. Vamos a escucharlo” Fuimos a un control de la radio, escuchó y me dijo: “Anda el miércoles al Estudio de Sondor y habla con el maestro Julio Frade para grabar este tema que me trajiste y después hablamos”.
Allí estuve y me presenté con el Gran Maestro. Yo no tenía partitura por lo que me llevo junto a un piano, donde se sentó. “Cantame un poco la canción” Lo hice y empecé a notar que él me seguía con el piano sin ninguna dificultad. Me ayudó a identificar el tono que me quedaba más cómodo y escribió unos cifrados en unas hojas de partitura para el resto de la orquesta. No necesité mucha percepción para darme cuenta de que estaba en presencia de un grande.
Se grabó la “base” orquestal. El clima entre los músicos era de bromas permanentes y antes de que yo empezara a cantar vino el turno de agarrarme de “punto”. Que la “pinta”, que el “galán”, etc.
Daniel “Bachicha” Lencina – excepcional músico y uno de los mejores trompetistas de América del Sur – se dio cuenta que yo estaba algo perturbado por las bromas, se acercó, me pasó un brazo por encima de los hombros y, alzando la voz, dijo: “Atención muchachos, a partir de este momento yo soy el padrino artístico de Ronald. Así que se terminaron las cargadas y se respeta” A partir de ese momento todo cambió y Daniel Lencina no solo fue mi padrino artístico sino el hermano mayor que por familia no tuve. Pero eso es otra historia.
El asunto fue que pasé a formar parte de Discodromo Show en forma estable y mi vida cambió.
En ese largo ciclo, Julio Frade y su orquesta fueron interlocutores y compañeros permanentes. Lo que me había quedado claro desde el primer día siguió reafirmándose con el paso del tiempo. Era un músico excepcional, con una ductilidad y talento sorprendentes. Pero no solo eso. En diversas facetas demostró grandes cualidades para la actuación y el humor. Delante y detrás de cámaras.
En ese tiempo las grabaciones en tape eran muy prolongadas y cansadoras. Cuando el cansancio se acercaba al fastidio, una salida humorística de Julio diluía la tensión y se retomaba el buen clima.
Conmigo no escatimó consejos por los que le estaré siempre agradecido.
Pasaron los años y nuevamente trabajamos juntos para un niño intérprete con notables condiciones: José Maria Carisi. Yo como productor y compositor y Julio como arreglista. Era sencillo transmitirle ideas porque las captaba en el aire. Lo que con otro músico podría haber resultado desgastante con él bastaban unos pocos encuentros en su apartamento de Nueva York y Agraciada junto a su piano.
Como público disfruté de toda su etapa con los monstruos del humor nacional donde afianzó su fama también en la otra orilla del Rio de la Plata.
Pero hay recuerdos especiales que atesoro.
Un Cena-Show con Daniel Lencina en el Hotel del Prado. Ambos paseándose por el Jazz con solvencia y carisma.
Dos conciertos de “Desafío de pianos” con Panchito Nolé (otro gigante de la música nacional y gran ser humano) en Sala Zitarrosa enormemente disfrutables.
En la parte final de su vida mostró un nuevo talento como conductor de programas de radio. Allí desplegó un estilo muy propio acumulando una audiencia que lo seguía aunque cambiara de emisora.
En este nuevo rol tuve el honor que me entrevistara varias veces durante mi actuación en la vida pública.
Julio está ya en la galería de Inolvidables y allí lo mantendremos quienes lo hemos admirado desde siempre.