A contracorriente de la violencia
Fátima Barrutta
Hace 180 años, en 1843, Bernardina Fragoso, la compañera de vida de Fructuoso Rivera, funda una organización filantrópica que bautiza como Damas Orientales. Para ese fin convoca a 16 mujeres, conformando así la asociación femenina solidaria más antigua del país.
Eran tiempos de la Guerra Grande y mujeres coloradas se unían no para acentuar los conflictos sino al contrario, para aliviar sus efectos.
Resueltamente comprometieron ideas, bienes y recursos propios para proteger a los heridos, enfermos, mutilados, viudas y huérfanos de ambos bandos, en una conflagración que llevó tanto dolor a las familias orientales.
Los mismos partidos que se enfrentaron en el siglo XIX, hoy gobiernan en coalición detrás de ideales que los unen: republicanismo liberal y justicia social para todos, para nuestros hijos y los hijos de nuestros adversarios.
Es en 2021, al impulso de las terribles secuelas sociales y sanitarias que deja la pandemia, que Virginia Rial refunda Damas Orientales Siglo XXI para reeditar ese espíritu de amparo y encuentro, y promover la memoria y reivindicación de las acciones de estas pioneras.
Una organización de ayuda social que tengo el inmenso honor de integrar, y con la que días pasados inauguramos un espacio libre así denominado, en la intersección de Avenida Italia y Avenida Gral. José Garibaldi.
En esa emotiva oportunidad dije que “las hijas de la República Oriental del Uruguay salimos de nuestros lugares de confort no con fines nostálgicos, sino para mantener vivos los ideales y valores de un pueblo que debe mirarse a los ojos y saber reconocerse hermano”.
También pedí a quienes pasan por el lugar “que se detengan unos segundos y reflexionen que tanto en el marco de la Guerra Grande, como hoy en el de las atrocidades bélicas que vive el mundo, quien pierde siempre es la humanidad”.
Es tan doloroso como paradójico que al mismo tiempo que esta avanza con la tecnología a facilidades impensadas, se sigue sumergiendo en indignidades como la invasión rusa a Ucrania o el terrorismo de Hamás.
Hay una crisis del humanismo que pone en jaque a Occidente y vulnera gravemente sus bases éticas y espirituales.
Por eso la reinstalación de la filantropía organizada es tan necesaria en momentos puntuales; se trata de un contrapeso explícito a la deshumanización, el individualismo egoísta y el relativismo cultural que todo lo destruyen.
Mujeres de diversas extracciones políticas y filosóficas trabajamos estos años juntas por el logro de objetivos concretos, que se centraron en el apoyo al más vulnerable y en la puesta en vigencia del liderazgo que ejerció Bernardina.
Un apoyo que excede los límites de lo caritativo y apunta a restablecer lazos de solidaridad que ningún divisionismo podrá cortar.
Como ayer lo fueron Bernardina y tantas insignes mujeres orientales, hoy junto a su presidente Virginia Rial y a la exquisita escritora Sylvia Puentes de Oyenard, tuve el privilegio de haber sido una de las oradoras en el acto inaugural del espacio libre Damas Orientales
Hay mucho por hacer y lo haremos con empatía y esfuerzo conjunto, para hacer posible lo imposible, desandando siempre la infame lógica de la violencia y la desigualdad.