Política nacional

Allanamientos nocturnos

Marcelo Gioscia

Nuestro Constituyente consagró desde 1830 en nuestra Carta Magna, que “el hogar es un sagrado inviolable…de noche nadie podrá entrar en él sin el consentimiento de su jefe y de día, sólo de orden escrita de juez competente, por escrito y en los casos determinados por la ley”, esta disposición cuya vigencia se ha mantenido desde la Primer Constitución, de corte netamente garantista y defensora de los derechos de las personas frente a todo tipo de atropellos que pudiera socavar la arbitrariedad, hoy resulta ser un escudo o coartada para el narcotráfico y el narco menudeo. La realidad social que nos golpea cotidianamente, deja en evidencia que el flagelo de la droga y todo el gran negocio que lo acompaña, utiliza en su favor esta disposición, presentando como “hogares” a espacios destinados a esa actividad delictiva que se ha ido enquistando en nuestra sociedad.

Aquella protección al hogar como un “sagrado inviolable” y el profundo respeto al “jefe” de ese hogar, hoy en los hechos, resulta burlada por estos inescrupulosos, que lucran con esta actividad que hace tanto daño y se impone habilitar esos allanamientos nocturnos para erradicar de una vez esta suerte de “ventaja” que no debe mantenerse. Bueno es que la ciudadanía sepa y conozca quienes están a favor de una posición u otra, en este caso, por imperio del artículo 331 de nuestra Constitución, exige que las leyes interpretativas de la misma, deben contar con “dos tercios de votos del total de componentes de cada una de las cámaras dentro de una misma Legislatura” y el Frente Amplio se niega a acompañar esta solución, aduciendo que no se resuelve el problema de fondo del narcotráfico y que por otro lado la propuesta del entonces Senador Larrañaga “fracasó en la consulta popular” que fuera requerida en un plebiscito. Nuevamente quienes estuvieron tres lustros en el poder, con mayorías absolutas en ambas cámaras y nada hicieron en esta materia, se niegan a acompañar hoy esta ley interpretativa, que busca facilitar el accionar de las fuerzas policiales en esta desigual lucha contra la distribución y el comercio ilícito de drogas. Nuevamente, cuidan sus intereses y no acompañan disposiciones, las que tal vez, le puedan quitar voluntades en su desesperación por recuperar el poder. Y así han procedido desde que la ciudadanía los pusiera en el llano, cada instancia les ha servido para oponerse: desde cómo enfrentar la pandemia, a cómo buscar una solución al tema jubilatorio antes de que el sistema colapse, en la reforma educativa o en el crecimiento de la actividad portuaria. Se opusieron a la Ley de Urgente Consideración anunciando atropellos y arbitrariedades, la realidad ha demostrado sus inconsistencias. Ir en contra por ir en contra, parece ser que es la consigna, afirmando incluso alguno de ellos que votaban en contra, sin ni siquiera conocer el texto de la LUC, pero lo importante era presentarse como opositor. Hacen falta muchas cosas para llevar adelante un buen gobierno, pero por sobre todo, la ciudadanía merece que se actúe siempre en su beneficio. El interés público debiera predominar por sobre los mezquinos intereses políticos.   

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