Buena salud
Fátima Barrutta
«Los muertos que vos matáis, gozan de buena salud», es una frase generalmente atribuida a José Zorrilla, el autor del Don Juan Tenorio, pero que en realidad pertenece al francés Pierre Corneille.
Esa graciosa paradoja fue escrita hace 400 años y, significativamente, aún hoy se cita para mofarse de quien critica a alguien, pretendiendo con ello demoler su imagen pública, pero logrando con ello el efecto contrario.
La «buena salud» de quien es acusado o injuriado falsamente, es la que surge de la evidencia de que cuanto más te critiquen y defenestren, mejor será la valoración pública sobre tu persona, por contraste.
La renuncia del dirigente colorado Germán Cardoso y la designación posterior de Tabaré Viera, resueltas en forma rápida y eficiente, dieron pie a que más de un despistado saliera a hablar de una supuesta crisis del Partido Colorado.
Lo dijeron muchos frentistas, justo ellos, que para no relevar a ministros de actuación lastimosa como Bonomi, Muñoz o Pintado, dejaron hacer la plancha a pésimas gestiones que mucho daño hicieron a la calidad política nacional. Sin hablar de todo el tiempo que tardaron en pedir la renuncia al bochornoso vicepresidente Sendic, a quien el Plenario frenteamplista defendió con desvaríos tales como que todas las irregularidades detectadas eran «una conspiración de los medios de comunicación de la derecha».
Este gobierno no repite esos yerros. Los cargos ministeriales son fusibles y cada vez que se produce una posible disonancia, no es justo amplificarla hasta que se convierta en un desafine del país. Ya habrá tiempo, en la próxima comisión investigadora parlamentaria, para que Cardoso demuestre la probidad de su proceder; no tiene porqué atornillarse al cargo para eludir esa responsable actitud.
Pero allí salieron los oportunistas de siempre, a cantar a coro que el Partido Colorado estaba en crisis. Lo más triste es que también hubo algún integrante del Partido Nacional que lo dijo.
Fue digna de aplauso una reacción espontánea del diputado Ope Pasquet a un debate televisivo, donde blancos y frentistas coincidían en menoscabar a la colectividad de Batlle y Ordóñez: «En @TodasLasVoces4, distinguidos ciudadanos opinan de ‘la crisis del Partido Colorado’ y ‘los graves problemas del Partido Colorado’, pero ninguno es colorado. Con todo respeto: así no vale».
Somos un partido que ha obrado con lealtad y espíritu constructivo en el gobierno de coalición, y lo sigue haciendo. Cuando discrepamos con ideas del Presidente, resolvemos nuestras diferencias e incidimos en los cambios, sin alharaca ni demagogia. Nuestras discrepancias con los blancos no las saldamos ante los micrófonos de la prensa, como hacen otros.
Las procesamos con lealtad institucional, sabedores de que el progreso del país depende del éxito de la coalición republicana, porque lo que está del otro lado del espectro político, la actual oposición, es populismo de arcaica inspiración colectivista.
El cambio ministerial, muy lejos de ser un traspié, es un paso adelante.
Porque la conducción del turismo queda en manos de un batllista de todas las horas, cuyo liderazgo absoluto e indiscutido en el departamento de Rivera, donde lo han votado ciudadanos que militan en todos los partidos, da cuenta de una extraordinaria capacidad de gestión.
Quienes conocemos a Tabaré Viera sabemos que, a esas cualidades políticas, suma una bonhomía y una calidez humana que lo hacen una persona cercana, afable y comprensiva. Eficiencia de gestión y ética a toda prueba: dos virtudes que lo distinguen y que auguran una conducción ministerial con mano segura e ideas claras.
Con su aporte en el Poder Ejecutivo, vaya si seguirá gozando el Partido Colorado de la mejor salud…