Política Internacional

Conflictos profanos para

 un mundo espiritual

Lorenzo Aguirre

La elección de un Papa, es – guste, o no – una decisión política por más que, el escenario, muestre a cardenales supuestamente iluminados eligiendo por inspiración divina. Una vez más, el cónclave presentó actores moviendo intereses particulares e ideológicos – igual al mundo profano -, y no faltaron negociaciones llevando a formar alianzas. A decir verdad, las calculadas charlas en pasillos sirvieron para, en tiempo récord, consolidar algunos puntos, pero también confirmar conflictos bajo el “techo celestial” de una Capilla Sixtina cuyo encierro y “silencio” no permitieron que, las “voces de ángeles” lograran trasmitir el “mensaje del Cielo”. Así, una vez más la “sordera” se adueñó del mundo espiritual al explicitar emociones en torreones terrenos, primando manipulaciones para un poder eclesiástico que evidenciaron las marcas en papeletas electorales, defendiendo el continuismo de Francisco I, o la alineación a una corriente diferente.

Bajo la bóveda de la Capilla Sixtina – también distante del Cielo – se buscó una especie de consenso eclesial a través de condiciones conservadoras, y de las otras, con afiliaciones que, otrora, serían impensables, con perfiles y conformaciones de partidos políticos gracias al nombramiento por parte de Francisco I de 108 cardenales elegibles, para poder sostener las reformas.

Tal es así, que, el Cardenal Raymond Burke – uno de los más críticos respecto a Francisco I -, figura central de la oposición, fue desalojado del Vaticano y removido a tareas administrativas menores en la Curia Romana.

Entre “cortinados olímpicos” y silencio sepulcral corrieron fatigados murmullos para definir si el tránsito de la Iglesia Católica debía desarrollarse por un “sendero reaccionario”, o “iluminación progresista”, aunque si miraran internamente, quizá, todo se encontrara alejado de la mano del Señor, pues, los pensamientos y ambiciones también transcurrieron dejando en segundo plano la línea pastoral, buscando una descentralización en cuanto a una Iglesia ítalo céntrica, y posteriormente, eurocéntrica.

Ahora, el flamante nuevo Papa, adelantó su intención de continuar el legado de Francisco I, y no faltó el toque ideológico por parte de un pseudo periodismo grosero y patético que no perdió tiempo en inundar los oídos, al destacar la necesidad de un Papa estadounidense combatiendo al presidente Donald Trump, y su “Orden Mundial”.

Hoy, León XIV, definido como “el menos estadounidense de los cardenales”, y “uno de los más humildes”, se encuentra en el plato de la balanza, nivelando hacia un diplomático con postura reformista progresista.

Sería oportuno señalar – respecto a “uno de los más humildes” – que, León XIV no se alojará en la modesta Santa Marta – utilizado como hospital para enfermos de cólera, y refugio para judíos durante el holocausto – donde vivió Francisco I, recinto de dos habitaciones, baño, y cocina, sino en el Palacio Apostólico Vaticano, “toldería” de estilos combinados – gótico tardío, renacimiento italiano, y barroco romano -, con 10 habitaciones, pisos de mármol, comedor para 20 personas, oficina de estudio, una privada, salas para equipo médico, cocina, etc. El palacio, fue sometido a renovación, a un costo de casi 35 millones de dólares… ¡quizá, un poco distante del establo donde naciera el Nazareno!

León XIV señaló la necesidad de una iglesia unida contra el odio, y los modelos económicos que margina a los pobres….

Francisco I fue responsable de llevar a Robert Prevost, a Roma, para encargarse respecto a la conducción del “Dicasterio” – el despacho más importante de la Curia, que, entre otros cometidos, propone las designaciones episcopales -, y más tarde lo nombró Cardenal, para finalmente, a comienzos del corriente año, promoverlo a Cardenal – Obispo, de Albano, sede de Roma en la cual figura el mayor poder en el Colegio Cardenalicio.

Casi dos meses antes que Prevost fuera elegido Papa, un grupo activista denominado “Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes”, elevó al secretario de Estado Vaticano – Cardenal Pietro Parolin -, una protesta contra el hoy León XIV, por “daño a los vulnerables, y causar escándalos”, debido a manejar inapropiadamente un acontecimiento en el año 2000, en la ciudad de Chicago, y posteriormente en Perú, en 2023, que involucrara a sacerdotes acusados de abuso sexual.

La asociación de referencia señaló que, Prevost, dejo que un clérigo denunciado de aprovecharse de 13 adolescentes continuara viviendo en el convento, más teniendo presente que, desde 1991, tenía prohibido realizar trabajos parroquiales y estar a solas con menores, según expresara la Arquidiócesis de Chicago.

“RERUM NOVARUM” (“DE LAS COSAS NUEVAS”) – (“DE CAMBIOS POLÍTICOS”) Se trata de la 38º encíclica del Papa León XIII, y 1ra, de la Iglesia Católica, que habla sobre clases trabajadoras y deja claro el apoyo a sindicatos. Además, expresa las relaciones entre gobierno, empresas, trabajadores, e iglesia, proporcionando una “corporación” socio económica que luego se denominaría “distributismo”, destacando que, la propiedad privada sobre los medios de producción, deben estar repartidos entre la población.

León XIII, Papa entre 1878 y 1903, demostró poca simpatía por instituciones de democracia liberal, y consideraba al servicio diplomático papal como principal coconductor del Estado.

En abril de 1884, León XIII publicó además la encíclica “Humanun genus”, condenando a la masonería, y a la ideología en la cual se sostiene.

Ahora, Gherard Müller – ex prefecto de la “Congregación para la Doctrina de la Fe” (antiguo “Santo Oficio”) -, uno de los cardenales más radicales, junto a los conservadores que rechazaran las reformas de Francisco I, pidió a León XIV, que las revierta, y manifiesta apartar el acuerdo con China comunista para el nombramiento de Obispos, la bendición de parejas homosexuales, y mantener la excomunión a masones, por ser herejes, y mentirosos enemigos de la Iglesia.

Francisco I no aceptó la designación del diplomático libanés Johnny Ibrahim como embajador ante el Vaticano – ¡en realidad, debió no aceptar a la persona, no la designación, puesto que la misma corresponde a las autoridades del Líbano! -, por ser masón – ¡actitud más próxima a la Edad Media, que a nuestros tiempos! -, a quienes definiera de “satanistas, bestias negras que hacen ritos demoníacos”, y reafirmó mantenerlos excomulgados.

Sería oportuno recordar a la “Congregación del Santo Oficio”, creada para perseguir y desmantelar a corrientes de pensamiento y posturas religiosas contrarias a la fe católica, y proscribir libros que fueran ofensivos para la ortodoxia.

En 1600, la “Inquisición”, juzgó, condenó y ejecutó a Giordano Bruno, cosmólogo, filósofo, teólogo y matemático que proponía en el campo teológico una reforma del panteísmo – concepción del mundo según la cual, el universo, la naturaleza, y la deidad llamada Dios, son idénticos -, con una visión cosmológica diferente.

Dichos pensamientos fueron causa de su condena, declarado culpable de herejía por la “Inquisición Romana”, y quemado vivo en la hoguera.

A modo de complemento, en 1633, fue procesado y condenado Galileo Galilei.

Estaba pensando en un tal Bernardo Gui, nombrado “Gran Inquisidor”, que tuviera el satanismo de escribir “Práctica de la Inquisición en la depravación herética”, manual en el cual enseña “la tortura eficaz”, y que, durante casi 20 años, cerca de 650 personas, arrastrando sus despojos, fueron atormentadas, y luego llevadas a la hoguera.

¿De cuál satanismo hablamos?

Según las últimas declaraciones de Prevost respecto a la masonería – en cuanto a continuar excomulgados -, como así también en lo referente a las comunidades “LGBTQ”, daría a entender que, el hoy Papa León XIV, estaría adhiriendo aún más, a la doctrina católica tradicional.

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