Editorial

Crónicas del final del ciclo electoral

César García Acosta

En Montevideo reedita el Frente Amplio (FA) en el gobierno local. Mario Bergara con el 98,5% de los votos escrutados, obtuvo el 48,9% superando por casi 9 puntos a la Coalición Republicana (CR) que marcó 40,1%. Esta diferencia es menor a la que el FA logró en 2020 cuando registró 12 puntos de distancia. La participación ciudadana a los comicios fue de 87% de los habilitados a votar. La campaña electoral fue crítica para una gestión que tuvo como protagonista el manejo de las “basura”, en particular en el Centro, Ciudad Vieja y Parque Rodó de la ciudad capital del país, donde la incidencia de la indigencia fue negativa por más que es obligación del ministerio de Desarrollo Social (MIDES). A esto se suma, como agravante, que el candidato de la mayoría republicana había sido titular del MIDES. Sus prioridades que no lograron los resultados esperados no descongestionaron las calles ni los lugares públicos de personas en situación de calle. Los contenedores de basura, en este contexto, pasaron a ser baños a cielo abierto que distorsionaron la cohabitación ciudadana. Se puede entender que el énfasis no debe ser puesto de manifiesto por quien no pertenezca al partido político criticado, perola afectación alcanzó horizontalmente a toda la CR.

Bergara fue el frenteamplista más votado, con el 28,5% de los votos totales, seguido de Verónica Piñeiro, con el 11,4%, y Salvador Schelotto, con 7,4%. Entre los candidatos de la CR, quedó primero en votos el nacionalista Martín Lema, con el 33,9%. Lema tuvo 289.017 votos y superó al intendente electo, Bergara, que alcanzó 243.662. En cambio, los otros candidatos de la CR tuvieron votaciones bajas: Virginia Cáceres marcó 4,6% y Roque García 0,7%.

A nivel municipal de Montevideo, el FA ganó se superó respecto de 2020 cuando perdió el Municipio F a favor de la CR que logró liderar los municipios E y CH. En estas elecciones departamentales, el FA retomó por 600 votos el F (con 98% de los votos escrutados), y su alcaldesa será Matilde Palermo. También ganó en los municipios A, B, C, D y G, donde fueron electos los alcaldes Juan Carlos Plachot, Patricia Soria, Damián Salvetto, Gabriel Velazco y Leticia de Torres. Los municipios E y CH, las alcaldesas serán para la CR y recaerán, al ser las más votadas como concejales, las blancas Mercedes Ruiz y Matilde Antía.

En Canelones Francisco Legnani será el próximo intendente. Hace 25 años que en Canelones hay gobiernos frenteamplistas. Legnani es abogado y fue secretario general con el exintendente Yamandú Orsi, quien ocupó ese cargo durante la administración de Marcos Carámbula antes de gobernar Canelones durante diez años.

A nivel municipal, el FA ganó en los municipios de Ciudad de la Costa, Las Piedras, Pando, La Paz, Canelones, Santa Lucía y Montes. El FA perdió los gobiernos locales de Atlántida, Los Cerrillos y Sauce, donde se impuso la CR.

En Salto se impuso la CR conformada por dirigentes del PN y el PC quienes lograron el 54,8% de los votos, contra 40% del FA. El próximo intendente de Salto será el nacionalista Carlos Albisu.

En Río Negro sucedió el FA ganó con 43,9% de los votos desplazando de la intendencia al PN, que marcó 29,3%. El intendente será Guillermo Levratto, quien fue secretario general de la comuna durante la administración frenteamplista del período 2015-2020.

Si bien en Paysandú, Florida y Rocha el FA tenía esperanzas de acceder a la intendencia –por segunda vez en el caso de Paysandú, y Florida y por cuarta vez en Rocha–, todos estos gobiernos departamentales quedaron en dominio del PN. Sus intendentes serán Nicolás Olivera (Paysandú), Carlos Enciso (Florida) y Alejo Umpiérrez (Rocha).

En Rivera seguirá gobernado el PC de la mano de Richard Sander, y el PN lo hará en Colonia (Guillermo Rodríguez), Artigas (Emiliano Soravilla), Tacuarembó (Wilson Ezquerra), Durazno (Felipe Algorta), Treinta y Tres (Mario Silvera), Cerro Largo (Christian Morel), Maldonado (Miguel Abella), Flores (Diego Irazábal) y Soriano (Guillermo Besozzi).

En Colonia, Durazno y Flores había una disputa intensa dentro del PN, que terminó laudándose a favor del oficialismo en el primer caso, donde Rodríguez, delfín del exintendente Carlos Moreira, se impuso a María de Lima, y en sentido inverso en Durazno, donde Felipe Algorta (Espacio 40) le ganó a Domingo Rielli. En Flores ganó también un candidato del Espacio 40, Diego Irazábal, hasta ahora consejero Político en el Congreso de Intendentes, que se enfrentó al histórico Armando Castaingdebat que además de intendente fue diputado y exsubsecretario de Defensa Nacional.

En Soriano, Besozzi, el exintendente que resultó reelecto y que está formalizado en una causa judicial imputado por delitos de corrupción, no pudo votar porque debía hacerlo en un circuito ubicado en un local de la intendencia, cuando la Justicia le había impuesto como medida cautelar la restricción de acercarse a dependencias de la comuna. El presidente de la Corte Electoral, Wilfredo Penco, dijo que no haber votado fue una decisión de Besozzi, y que quien manda en el local de votación es la Corte Electoral que lo había habilitado. Sin embargo, agentes judiciales habían advertido al intendente hoy electo, lo contrario. Quizá Besozzi maneje criterios contradictorios a la práctica del mandato judicial, pero un caso de tanta resonancia la Justicia no debe seguir procediendo con la liviandad puesta de manifiesto hasta ahora, donde la imprudencia cargaron con un manto de dudas una causa de sencilla comprensión.

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