“Declaración de Nueva Delhi”
Lorenzo Aguirre
Tuvo lugar en Nueva Delhi, India, la “Cumbre del G20”, foro internacional cuyo principal cometido son las políticas relacionadas a la estabilidad financiera, y es considerado el más importante centro de deliberación política y económica del mundo, donde se mueve el 85% del producto bruto. El documento final, denominado “Declaración de Nueva Delhi” – consta de ochenta y tres puntos -, señala el impacto de la guerra en la cadena alimenticia y en la seguridad energética, entre otros aspectos que pautan una nueva agenda para la próxima “Cumbre”, la cual se llevará a cabo en Brasi
Creado en el año mil novecientos noventa y nueve, el “G20” está integrado por veinte países industrializados y “emergentes” – antes llamados despectivamente “subdesarrollados”, más tarde, para edulcorar el término, denominados “en vías de desarrollo” – de todo el mundo, siendo ellos: Alemania, Argentina, Arabia Saudita, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica, y Turquía, además de la Unión Europea, y España como invitado permanente.
Asimismo, el “G20” cuenta con varias organizaciones internacionales como, “Naciones Unidas” (“ONU”), “Fondo Monetario Internacional” (“FMI”), Banco Mundial, y “Organización Mundial de la Salud” (“OMS”), entre otras.
La “Cumbre G20 de Nueva Delhi” presentó una declaración en la cual condena la guerra, pero se “olvidó” de mencionar a Rusia, país que compone dicha corporación.
El Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov – cuando Vladímir Putin cuestionó el incumplimiento de la “Organización del Tratado el Atlántico Norte” (“OTAN”) respecto a la promesa de no extender posiciones en cuanto al antiguo bloque comunista (Polonia, Hungría, y República Checa, como asimismo Bulgaria, Rumanía, Eslovenia, Letonia, Estonia, y Lituania), complementó diciendo que, Moscú, tenía derecho a elegir la manera de defender su seguridad, pero, al parecer, el diplomático no recordó que, Rusia, no puede controlar a sus vecinos, marcar un área de influencia, y que, Ucrania, es independiente, soberana, y con fronteras reconocidas –, volvió con su prepotencia, al expresar: “en gran medida, gracias a la posición consolidada del “Sur Global”, que defiende los intereses legítimos, fue posible impedir el intento de Occidente de “ucranizar” toda la agenda en detrimento de la discusión de los problemas urgentes en los países en desarrollo”.
Es oportuno destacar que, “Sur Global”, es un término utilizado sobre países en “vías de desarrollo”, por el escritor Carl Oglesby, activista ultraizquierdista, antiimperialista –¡a menos que sea imperio ruso! -, y enardecido anticapitalista, aunque por supuesto poseedor de un “humilde ahorrito” en moneda yanqui, que, les aseguro, uds, no lo tienen.
El camarada Oglesby – delator de quienes eran anticomunistas -, más tarde fue expulsado de la “SDS” (“Sociedad Democrática”) por tratarse de “un burgués que se escapó de la perspectiva marxista – leninista”.
arendra Mori, Primer Ministro de India, y Presidente de la “Cumbre G20 de Nueva Delhi”, en su responsable “Declaración” no menciona la intervención de Rusia a Ucrania, aunque las potencias occidentales consideraron que, el documento de referencia, es una “fuerte posición contra la guerra”.
¡Me reiré hasta fin de año!
Mientras tanto, el mandatario francés Emmanuel Macron manifestó que, el “G20” fue fundado para resolver aspectos económicos, y no es el lugar adecuado del que se puede esperar un progreso diplomático respecto al conflicto, aunque la Unión Europea – de la cual Francia es miembro – consideró una “Declaración” que adelanta un paso en la problemática porque expresa evitar amenazas, o el uso de la fuerza para tomar territorios.
Asimismo, también se señaló el respeto que se debe tener, abstenerse en cuanto a decisiones políticas de cualquier Estado, o en la búsqueda de su independencia, y seguir la ruta señalada por la “Carta de la Organización de las Naciones Unidas”.
En cuanto a Alemania y Japón, alinearon sus pensamientos al observar enfáticamente que, “la agresión de Rusia contra Ucrania podría hacer temblar los cimientos del “G20”.
Sin lugar a dudas las expresiones y términos empleados dificultaron lograr un consenso, pero finalmente India – en un “lapsus mental”, respecto a que Ucrania no fue invitada, pero se habló sobre ella (por tanto no pudo expresar su posición y defensa), y más allá que la redacción del documento tenía expresiones no adecuadas, como por ejemplo, “la guerra en Ucrania”, en lugar de referirse a la guerra contra Ucrania – aseguró el apoyo del “Sur Global” – remarcado por el Ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov – para sacar adelante el acuerdo, hecho que fuera respaldado por Indonesia – el año pasado anfitrión de la “Cumbre” -, Brasil – próximo país huésped -, y Sudáfrica.
El documento final, denominado “Declaración de Nueva Delhi”, expone el impacto de la guerra, y también de manera destacada la crisis climática, tema en el cual los miembros del encuentro acordaron triplicar la capacidad de generar energías renovables antes de 2030, fecha donde “todo el mundo espera con ansiedad y esperanza, la agenda que llevará a un mundo mejor”.
¿Todo el mundo? …. Yo… ¡no!
¿Mundo mejor? …. ¿Están seguros?
La famosa “Agenda 2030” se trata de un documento estratégico que supuestamente tiene como finalidad identificar y comprender los grandes retos que enfrenta la humanidad, y a partir de allí, los “actores públicos y privados trazarán pautas definitivas para llevar adelante un mundo más justo, e inclusivo, dejando atrás las estructuras de confluencias viejas, que son disfunciones de un modelo internacional”.
El lenguaje… ¿le suena conocido?
Los “avatares” para el “Nuevo Orden Mundial” – ¡aunque son ortodoxamente ateos! – pretenden incorporar de forma inmediata un modelo político y económico donde por supuesto “esté presente la participación ciudadana – otra vez el lenguaje… ¿le sigue sonando conocido? – en la política fiscal y en la igualdad, para llevar a una alineación de planes y acciones que transforme la visión, y cada uno de nosotros, todos, ser actores comunitarios dentro de un marco global”.
Según “reza la muchachada brillante”, la “encíclica” supone contar con “agentes de desarrollo sostenible, a través de líderes cercanos a la ciudadanía”. Se trata de “gente conocida, vecinos con buenas referencias, familiares, llevando adelante políticas compartidas”.
Traducido al español: ¡personal controlador!
La “Agenda 2030” es un verdadero panfleto, porque, acaso, ¿da seguridad a la propiedad privada, al derecho de oposición, a la libertad ideológica y religiosa?
¿Y elecciones democráticas?
Estaba recordando una frase del escritor y político irlandés Edmund Burke: “Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos, no hagan nada”