Editorial

“Dos bloques”

para ganar y liderar

César García Acosta

Por estos días se volvió a instalar en la opinión pública la posibilidad del retorno de Pedro Bordaberry a la política partidaria. Las negociaciones con Tabaré Viera y Gabriel Gurméndez, para ir juntos bajo un mismo sublema al Senado en octubre, según informó El País y confirmó LA DIARIA, ya es una realidad: esta semana se buscará hacer posible esta idea consolidando el liderazgo de los republicanos en el Partido Colorado. La novedad quizá provenga de que se optaría por una estructura política sólida, sin fisuras, ideologizada y única.

Fuentes implicadas en el diálogo indicaron que una vez que el exsenador confirme su participación “se empezarán a ajustar tantos”, si bien se aclaró que “no hay nada cerrado” sobre la participación de Bordaberry y, por lo tanto, que lo que se puede decir en cuanto a “condiciones” de un acuerdo son sólo “especulaciones”.

Según detalló El País, “la idea” sería ir bajo el sublema Vamos Uruguay y con tres listas: la 10 de Bordaberry, la 29 de Gurméndez y la 2000 de Viera. En ese sentido, y pensando en la incorporación del exsenador con ese número, la exprecandidata Carolina Ache –titular de la lista en Montevideo, entre otros departamentos– dijo a LA DIARIA que, si bien Bordaberry “no ha hablado” con ella todavía sobre el tema, si le pide la lista, “es de él”. “Él tiene Vamos Uruguay, su agrupación, con el número registrado en varios departamentos”, explicó Ache, y subrayó que su sublema –Vamos con la Justa– lo registró en Montevideo y en algunos otros departamentos donde estaba libre, “para que no se pierda”.

Mientras para unos el coloradismo sigue languideciendo, para otros –la existencia de dos bloques macropolíticos- es la causa que atenta contra los intereses sectoriales en las internas partidarias integrantes de la coalición republicana.

Está claro que no sólo a los colorados les llegó la hora de aceptar los cambios: el propio Frente Amplio lo ha asumido para superar haber sido “una colcha de retazos”, lo que le significó dejar morir a sus sectores dominantes (como el PGP, Asamblea Uruguay o el Seregnisno), para transformarse en algo más potente. Ese desafío le permite a la izquierda que desde el inicio del tiempo electoral, pueda contar con un programa y un candidato.

Para el resto del espectro político que carece de esta institucionalidad coalicionista, estos años de gobierno le sirvieron para proyectar que es posible lograrlo por el buen nivel de tolerancia y temple de todos quienes integraron el Gobierno presidido por Luis Lacalle. No obstante, es imposible no ver que la exagerada multiplicidad de precandidatutas en las internas, ha oficiado de cornisa e impide, al menos hasta fines de octubre, acceder a tener un sólo programa común y monolítico. Hasta ahora competir entre sí sigue siendo la regla.

Quizá sea por eso que Yamandí Orsi esgrimió su derecho a no debatir con quienes dicen estar juntos, representar a una misma familia ideológica, pero se presentan separados al nacer transfiriendo a la ciudadanía los dolores del sospechado.

Y para peor, día tras días surgen desafíos que agravan su contexto no sólo a partir de la posible renovación de sus cuadros políticos, como lo ha sido el caso de Andrés Ojeda, sino que desde esta semana cuando se concreten los anuncios de que Pedro Bordaberry liderará un sector fuertemente consustanciado con el coloradismo, la vorágine electoral reactivará el enfrentamiento entre los potenciales socios de la coalición al quedar en dudas quien llegará realmente al balotage. Con Bordaberru en la cancha los posibles coaligados ven que se les mueve el piso, y hasta el oficialista Alvaro Delgado, quien desatinadamente en su afán “nacionalista” se trajo como vice a una sindicalista como Valeria Ripoll, que no sólo profesó la ideología comunista, sino que, sin ambages despotricó contra este gobierno cuando atacó a la LUC hace apenas 2 años.

Las crónicas de estos días dan cuenta, por un lado, que Ciudadanos ( LA DIARIA) recibió un “ofrecimiento” del sector liderado por el candidato a la presidencia Andrés Ojeda, y que actualmente se encuentran “analizando” la situación de incorporarse bajo el mismo sublema hacia octubre. La conformación de ese nuevo espacio electoral –que también incorporaría al exdiputado Gustavo Zubía, según lo confirmó él mismo a LA DIARIA– se encuentra en “conversaciones” ya “hace días”. Según destacaron fuentes implicadas, todo esto se da sin la participación directa de la fórmula partidaria, para que “no haya interferencia” en el funcionamiento de campaña.

Si bien el acuerdo aún “no está cerrado”, “se está avanzando todos los días”. En este sentido, y teniendo en cuenta la posible alianza de Bordaberry, Viera y Gurméndez, actores del entorno de Ciudadanos entienden que los movimientos suscitados en los últimos días evidencian la conformación de “dos bloques” marcados en la interna partidaria.

Es por eso que el viernes se concretó la incorporación de la lista 15 –liderada por el senador Raúl Batlle– al sector Unir para Ganar, de Ojeda.

Respecto de Tabaré Viera y Gabriel Gurméndez, y la posible conformación de tres listas al Senado bajo un mismo sublema –quizá Vamos Uruguay (EL PAÏS), con el fin de que oficie como paraguas electoral, quizá en las próximas horas se conozcan los verdaderos cambios de un acuerdo que será más profundo, y que permitiría concentrarse en las “ideas” más que en los intereses de las dirigencias tradicionales. Quizá se logre un acuerdo que haga posible que todo termine en una sola y poderosa lista, que pueda apostar a liderar un futuro Gobierno, pero bajo una matriz colorada y batllista que fortalezca a la coalición republicana con perfil de liderazgo.

De ahí que el dilema sea la estrategia del liderazgo más que la del triunfo ocasional.

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