Entre la Plaza de Mayo y el Antel Arena
Daniel Manduré
Esos lugares de ambas orillas del plata que en algún punto parecerían cruzarse y hasta confundirse en una sola. Esa amalgama casi perfecta que desde lo ideológico hacen del Frente Amplio y de esa versión kirchnerista del peronismo un solo corazón. Con una política uruguaya que por historia no se parece a la argentina, pero donde algunos sectores políticos de ambas márgenes se asemejan bastante. Con afinidades visibles y concretas, más allá de las hostilidades y desaires demostrados una y otra vez por el gobierno kirchnerista hacia nuestro país. Donde la más recordada seguramente sea el corte de los puentes en Gualeguaychú. De todas formas, cualquier momento es bueno para que el Frente Amplio aproveche para aplaudir fervorosamente a los gobiernos de Néstor, Cristina y Alberto, aunque una y otra vez los hechos demuestren que le han errado fiero.
Un gobierno argentino absolutamente derrotado en las elecciones primarias de setiembre como en las legislativas de medio término que acaban de realizarse y por otro lado la hoy oposición frenteamplista a los que les cuesta convencerse de que perdieron y reconocer que la voluntad popular fue en otra dirección.
Un gobierno argentino que desde la otra orilla convoca conjuntamente con la central sindical CGT, en esa histórica y obscena connivencia, a un gran festejo. Se supone que festejan la fecha de regreso de Perón del exilio, aunque en realidad no se sabe bien que festejan, seguramente ni ellos lo sepan. En ese pintoresco afán de festejar derrotas, en vez de trabajar en silencio, con humildad, intentando reactivar un país casi en la ruina. Eligiendo siempre el camino de la confrontación y del discurso agresivo. Con una inflación que supera el 50% anual, con una pobreza que está por encima del 40%, con un dólar disparado y una desocupación que asusta.
Mientras tanto, en su espejo, pero de este lado del río, el Frente Amplio y su fiel aliado Pit Cnt, a través de algunos de sus sindicatos, en esa relación amorosa que ya no disimulan, decidieron convocar a lo que denominaron:” Un abrazo al Antel Arena”, los senadores frenteamplistas abandonaron sus responsabilidades parlamentarias (por la que le pagamos los contribuyentes) y se fueron a festejar al Antel Arena. Dicen que fue como una señal de protesta, porque en el parlamento se estaba llevando a cabo una convocatoria a sala, novedosa, inusual y original, es verdad, pero tan válida y reglamentaria como cualquiera, con amparo constitucional (art. 119) y en cumplimiento de una de las funciones básicas del legislador que además de elaborar leyes es la de fiscalización o contralor.
El Frente Amplio prefirió huir del parlamento en vez de defender en sala una gestión. Si es tan falso todo lo que se dice sobre las irregularidades del Antel Arena ¿porque no presentar toda la documentación y las pruebas que demuestren lo contrario? ¿Saben por qué? Porque no tienen documentación ni pruebas que respalden sus dichos. Cacarean en los medios, pero no dan la cara…huyen despavoridos. Esa es la verdad.
Si bien se puede discutir si su construción era lo prioritario, después de concretado nadie discute las bondades constructivas del Antel Arena, ni de un barrio que se vio favorecido al cambiar su fisonomía, aquí está en juego y en discusión la legalidad de una empresa pública dedicada a las telecomunicaciones que construya complejos deportivos, los turbios procedimientos seguidos, el secretismo y los gastos totalmente desmedidos.
¿Qué fueron a abrazar ayer Cosse, Bonomi y compañía? ¿El despilfarro de los dineros públicos, que triplicó lo proyectado? ¿su ilegalidad? ¿el secretismo de todo el proceso? ¿los informes nefastos de la auditoría y de la Jutep?
En los discursos de ayer frente al Antel Arena poco o nada se dijo sobre las acusaciones e irregularidades, se hablo de una defensa de las empresas públicas y de su privatización. Se miente, como se está mintiendo sobre la privatización de la escuela pública.
Cuando en realidad la mayor parte de las actividades llevadas adelante en el Antel Arena están en manos privadas, hasta su cocina está privatizada.
Sin dudas que el Frente Amplio y la versión kirchnerista del peronismo se asemejan. Hasta un sindicalista les mandaron los Kirchner para ayudarlos. Tan diferentes, pero tan parecidos.
Festejos aquí y allá. Los festejos y los abrazos de la derrota, de la soberbia, de la impotencia, de no saber que decir, del despilfarro, de la irresponsabilidad.