Política nacional

Es hora de legislar a la inteligencia artificial

Gustavo Gómez Rial

Suena concluyente, como una advertencia. No obstante, quiere atemperarlo la pregunta retórica que acompañará al título del futuro libro   ̶ inspirando al proyecto de Código para la Inteligencia Artificial y las Tecnologías Convergentes, que entregamos a un legislador del Partido Colorado y que llegó (como primer borrador) a la “Comisión de Innovación” del Parlamento ̶ : ¿Brújula o Ancla?

Como autor, no desearía atar anclas a una tecnología disruptiva que, ora callada o estrepitosamente, caótica u ordenadamente, permea todos los planos de la sociedad y de manera transversal cualquier rincón del Derecho y de la Economía.

Con esa omnipresencia y debido a la transformación de paradigmas a que nos enfrentó la redacción sobre materia tan compleja y nueva (ameritando el registro de un segundo borrador, a disposición), siguió creciendo y conformando un cuerpo normativo de dimensiones físicas sólo afrontadas por juristas como Eduardo Acevedo y Tristán Narvaja.

diferencias “sutiles”: los diez meses de tarea continua de escritura fueron asistidos por modelos avanzados de razonamiento de Inteligencia Artificial.

Nuestro aporte, si apenas de ideas y orquestación, de búsqueda de nuevas fuentes, está lejos de la calidad y elegancia doctrinaria con la que legislaron nuestros maestros en Derecho. Ahora, esa tarea ímproba sería de todos los legisladores.

Sé que se sentirán abrumados.

Cuando menos, los curules de antaño, nutridos del Derecho Romano, legislaban sobre hipótesis y términos familiares del derecho comparado.

Casi sin aviso, nos patearon ese decimonónico tablero de ajedrez, con la imposición de reordenarlo muy rápido; aunque, por qué no, confesemos que hoy tenemos a disposición un maestro muchísimo más capaz y potente que Deep Blue.

Parte de la población sigue ajena al potencial de la IA. Solo hallan una forma divertida de crear memes. Países serios, como se reconoce al nuestro, desde sus gobiernos e instituciones y con la participación de los actores que impulsan sus economías (incluyendo a la clase trabajadora), han puesto barbas en remojo y, si no con la premura adecuada para encarar decisiones dolorosas y necesarias, ya se han arremangado con el objetivo de abrir caminos aptos para una tecnología que, de momento, nos lleva pasos de ventaja. 

Y es ahora, cuando se insinúa como fuerza transformadora (ojalá que en bien de todos), en aspectos tan variopintos como cruciales que influirán radicalmente tanto sobre las vidas de nuestros hijos y nietos como en las nuestras (mientras sobrevivamos un lustro). Más temprano que tarde, tenemos la obligación de prepararnos para ese cambio en ciernes, dejando de lado miedos y diferencias, para unirnos, créanme que ésta vez sí, en torno a la manida política de Estado.

Debemos enfrentar el riesgo de una cirugía que cuanto más pospongamos nos expondrá a mayor peligro. Sin chiquitas: con toda nuestra madurez política. Demostrándola, el país saldrá fortalecido de la transición, mejor preparado que otros y con la ventaja para afrontar cualquier desafío.

Incluso, sirviendo de guía y de ejemplo (tantas veces, gracias al Batllismo histórico), creando empleos nuevos de calidad y oportunidades, haciendo de la eficiencia no sólo un factor virtuoso de la producción, sino que además motor del bienestar común. Sí, late un nuevo Batllismo en estas líneas (esbozo de las novísimas propuestas): en donde la eficiencia representa la capacidad de un sistema para multiplicar la productividad y, simultáneamente, expandir la inclusión y el bienestar social. Un Arquitecto de Ideas en la frontera del conocimiento compartido.

El germen ha madurado. No hay miedo a innovar ni a ser vanguardia.

Tildarían de loco a ese personaje de sobretodo que honra a nuestra casa por haber soñado derechos ciudadanos y libertades que cien años después aún silencian muchos regímenes.

Don Clemente Estable realizó quimeras con la neurociencia, quizá provocándonos para que intentemos ser pioneros protegiendo los Neuroderechos o para un Ceibal Cuántico.

Tengo la convicción de que estas ideas guardan la esencia para catapultarnos hacia venturosos mañanas. (no lo digan muy alto aún: Batllistas).  

(Esta redacción NO fue generada con IA, pero habrá constancia si es utilizada)

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