Historia

Eterno cuestionamiento al batllismo por los sectores conservadores.

Miguel Lagrotta

“Como antes había acontecido en la coyuntura de 1916, nuevamente en los años previos a 1933 el modelo batllista en su conjunto volvió a ser puesto en el banquillo de los acusados. Se trató de un cuestionamiento radicalmente totalizador de la experiencia reformista, involucrándose en esa requisitoria aspectos tales como la cosmovisión y aun el modelo de racionalidad política que habían presidido el período de transformaciones. Esta índole radical y global de la condena anti reformista coincidía con el retorno a las posiciones hegemónicas (dentro de las organizaciones empresariales y aun dentro de los partidos políticos) de elementos afiliados a las tesis del “conservadurismo radical” aunque sin duda como fenómeno político respondía a un complejo más plural de razones (…)”  Caetano-Jacob en Nahum,144).

Apenas se inicia su mandato, Gabriel Terra se niega a concurrir a las reuniones de la Agrupación Colorada de Gobierno, que era el órgano donde los distintos sectores del Partido coordinaban la acción de gobierno. Argumentando las mismas razones que llevó adelante el Dr. Feliciano Viera, cuando su famoso “alto” a las reformas, en los nombramientos ministeriales desconoció el peso decisivo del batllismo postergándolo, comienzan las tensiones, entonces, con el diario “El Día” y los hijos de José Batlle y Ordóñez. El apoyo inicial de Luis Alberto de Herrera al golpe de Estado de Gabriel Terra en 1933 y su posterior distanciamiento frente al giro estatista y autoritario del terrismo es un tema clave en en nuestra historia política: En marzo de 1933, el presidente Gabriel Terra dio un “autogolpe”, disolviendo el Parlamento e instaurando un gobierno autoritario con apoyo de sectores conservadores, la oligarquía y parte del empresariado. Luis Alberto de Herrera, líder del sector herrerista del Partido Nacional, inicialmente apoyó el golpe, viéndolo como una oportunidad para frenar el dominio del Partido Colorado y el batllismo, al que criticaba por su reformismo social y su modelo estatista. Creía que Terra impulsaría un gobierno «fuerte» que reduciría el influjo del progresismo batllista y devolvería peso político a los blancos. La Constitución de 1934: Integró al herrerismo derivado de la composición establecida para la integración del senado, el cual tendría 15 bancas para el sector ganador y otras 15 para la oposición más votada. A partir de allí Terra consolidó un régimen con rasgos autoritarios y un mayor intervencionismo estatal, aunque menos progresista que el batllismo original. Esto generó descontento en Herrera, quien defendía el liberalismo económico y el federalismo. Entonces Herrera pasa a la oposición, aunque algunos nacionalistas siguieron colaborando con Terra (como el sector de, Herrera rompió con el régimen al ver que no cumplía sus expectativas de descentralización y libre mercado. Herrera criticó el centralismo terrista, argumentando que el gobierno había traicionado sus principios iniciales y acercándose a un modelo corporativista.

Medidas represivas del gobierno de Gabriel Terra (1933-1938): Libertad de expresión, prensa y opositores.  Su primer enfoque se refirió a las restricciones a la libertad de expresión con el Decreto de «Seguridad Interna» (1933):  que prohibió reuniones públicas sin autorización policial.  Además, persiguió la «propaganda subversiva» que incluía las críticas al gobierno.  Con referencia a la censura previa:  Los periódicos debían enviar ejemplares a la Dirección de Policía antes de su publicación.  Clausura de medios:  El Diario (colorado) y Justicia (comunista) fueron clausurados en 1933.  El Plata sufrió multas y censura.  Se obligó a medios a publicar comunicados oficiales.  Los Periodistas críticos fueron detenidos o exiliados (ej: Carlos Quijano).  En lo referente a la persecución a opositores políticos hubo detenciones arbitrarias:   Los miembros del Partido Comunista y anarquistas fueron encarcelados (ej: huelguistas de 1934).  Líderes batllistas como Luis Batlle Berres y Eduardo Blanco Acevedo partieron a Argentina.  La Universidad de la República fue intervenida y los profesores críticos fueron destituidos.  Se produjo la prohibición de partidos y sindicatos: El Partido Comunista declarado ilegal (1933). Los Sindicatos anarquistas (FORU) disueltos; la CSU (comunista) perseguida. Se estableció la Ley de Asociaciones Ilícitas (1934) con el objetivo de cerrar organizaciones «peligrosas».

«El terrismo combinó la represión legal con la violencia extrajudicial, siguiendo el modelo de los autoritarismos europeos de los años 30” (Caillaert, 2015, p. 89).

«Herrera fue un actor clave en la legitimación inicial del golpe de 1933, pero su discurso evolucionó hacia una crítica frontal al autoritarismo de Terra» (Zubillaga, 1985, p. 145). En un discurso en el Club Uruguay (abril de 1933): defendió la disolución del Colegiado, llamándolo «una máquina de ineptitud y despilfarro”. Argumentó que el presidencialismo fuerte era necesario para «poner orden en la República»

«No es una dictadura lo que surge, es la salvación de la patria frente a la anarquía batllista». En otro Artículo en El Debate (mayo de 1933): Criticó al Batllismo por su «estatismo agobiante» y su «demagogia obrerista”. Apoyó la Constitución de 1934, pero exigió «garantías para los departamentos» (federalismo). (El Debate (1933). Hemeroteca de la Biblioteca Nacional de Uruguay.) en un Discurso en Paysandú (1933): Herrera justificó su alianza con Terra como un «mal necesario» para acabar con el dominio

«Apoyamos al Dr. Terra, pero no permitiremos que Uruguay caiga en un personalismo sin límites».

Herrera no era terrrista, pero vio en Terra un aliado circunstancial contra el batllismo. Por lo tanto, su apoyo fue pragmático, no ideológico. Herrera y el fascismo: ¿Simpatías o rechazo? Se presenta una Postura ambivalente. Tuvo Elogios al orden corporativista italiano (1934): En privado, Herrera admiraba la estabilidad de Mussolini, pero rechazaba su totalitarismo. En un discurso en Melo (1935): sostuvo:

«El fascismo tiene cosas buenas, pero Uruguay no debe copiar modelos extranjeros».

En un Artículo en El País (1938): Criticó la influencia estadounidense en la región, pero también el nazismo alemán:

«Entre Roosevelt y Hitler, Uruguay debe ser neutral». (Archivo Luis Alberto de Herrera (Museo Histórico Nacional) Podemos inferir que Herrera apoyó a Terra por conveniencia, pero no fue un fascista. Sus discursos muestran un nacionalismo conservador, con rechazo al centralismo estatal y al comunismo, pero también al autoritarismo sin límites.

Las obras concretas del Terrismo en política económica: Moneda, ANCAP y energía hidroeléctrica.

El gobierno de Gabriel Terra (1931-1938) implementó un modelo económico estatista y nacionalista, enfrentándose a intereses extranjeros y promoviendo la industrialización.

La Política monetaria y financiera: Se manifestó en el manejo de la Devaluación y control cambiario. Si bien es anterior está determinado el proceso por la crisis de 1931 y la Ley de Vigilancia Económica.   La Gran Depresión (1929) generó fuga de capitales, caída de reservas y desconfianza en el modelo del peso oro.  La Ley de Vigilancia Económica (1931), estableció un régimen de control de cambios.  El Banco de la República (hoy BROU) monopolizó las transacciones en divisas.   Se produce una devaluación del peso: se abandonó el patrón oro, depreciándose la moneda en un 40% para favorecer exportaciones.   Las consecuencias fueron la reducción del déficit fiscal.  Y una mayor intervención estatal en el comercio exterior.  Realiza una Reforma bancaria (1936) Aunque no se concretó hasta 1967, Terra sentó las bases con la supervisión estatal de la banca privada.  Regulación del crédito:  Prioridad a sectores industriales y agroexportadores.  (Finch, H. (1981). La economía uruguaya (1914-1933). Ediciones de la Banda Oriental.)

La creación de ANCAP (1931) y la lucha contra las «Siete Hermanas»   (Exxon, Shell, BP, etc.) dominaban el mercado global. Uruguay dependía de **importaciones de carbón y petróleo, con precios manipulados por trusts extranjeros.  Esto acelera el proceso de fundación de ANCAP (15 de octubre de 1931) con la Ley 8.764:  Se Crea la Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland (ANCAP).   Que determinó el monopolio estatal de importación, refinación y distribución de hidrocarburos con los objetivos de reducir costos para la industria y el transporte y romper el oligopolio de las petroleras extranjeras.  Por supuesto hubo resistencia de las petroleras a las medias del Terrismo, en primer lugar, un boicot internacional:    Las compañías redujeron suministros y presionaron diplomáticamente a través de las  embajadas británica y norteamericana.

La respuesta de Terra:   fue realizar compras directas a la URSS y Venezuela como ruta alternativa a las «Siete Hermanas».   La construcción de la Refinería de La Teja (inaugurada en 1937), primera en América Latina bajo control estatal.  (ANCAP (1951). 20 años de ANCAP: Memoria y balance.  ,Rilla, J. (1998). Historia reciente de Uruguay (1930-1998). Fin de Siglo.)

Energía hidroeléctrica: Las represas y la industrialización. Uruguay dependía de carbón importado y pequeñas centrales térmicas.  Terra impulsó un plan energético nacional, inspirado en el New Deal de EE. UU. y el modelo italiano de Mussolini.  La principal obra fue la Represa de Rincón del Bonete (iniciada en 1937) Ubicada en el Río Negro, fue la primera gran obra hidroeléctrica del país.  Construida por la alemana AEG y la estadounidense “Uruguayan Electric Co., pero bajo control estatal.  Se logró la electrificación del interior y reducción de costos para industrias.   En Montevideo se construye la Central Batlle en 1937 como alternativa termoeléctrica para complementar la hidroelectricidad. Las críticas fueron mayoritariamente de los sectores rurales que rechazaban el gasto público.  Sin embargo, el Uruguay pasó de importar energía a generar el 60% de su demanda en 1940.  (UTE (1945). Memoria de la Usina Hidroeléctrica Rincón del Bonete).

A modo de conclusión podemos afirmar que el Terrismo aplicó un nacionalismo económico pragmático:   con una devaluación controlada y banca regulada.  En relación con el Petróleo se posicionó a ANCAP como símbolo de soberanía frente a las multinacionales.  En relación con la energía se utilizó recursos de energía limpia como la hidroeléctricas para reducir dependencia externa.  «La creación de ANCAP y Rincón del Bonete reflejaron un proyecto desarrollista, aunque condicionado por la falta de capitales y la presión internacional»(Rilla, 1998, p. 112).

Ver: Decretos de 1933-1934 (Archivo General de la Nación). Hemeroteca de la Biblioteca Nacional (ejemplares de El Día y El País). Informes de la Dirección de Policía (1933-1938), en Museo de la Policía.

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