Editorial

Europeos retoman la vida más normal

Y Montevideanos la incertidumbre social

César García Acosta

Estalla la fiesta en toda España al levantarse el toque de queda. En Montevideo, en los festejos del “Día la Madre” varios restaurantes, como en Carrasco, se observaron repletos. Mientras tanto en el centro del debate circula la versión de una nueva cepa de Covid distinta y agresiva que pone al país en el ojo de la tormenta mediática y médica. La libertad responsable como “caballo de batalla” que tanto efecto produjo al principio de la pandemia, hoy por cuestiones culturales más allá del propio Uruguay, están pesando en la actitudes sociales que se están adoptando. Al tiempo que le Gobierno subvenciona al transporte público para lograr más unidades de transporte con menos personas circulando en cada una, el dilema se centra en la acción policial de disuasión por los fogones municipales en una plaza de Carrasco en la que se aglomeran jóvenes en las tardes y noches, y en la aglomeración de comensales, también en Carrasco, por los festejos del día de la madre e un restaurante de la calle Arocena.

Sobre la base de los reportes de AFP Y EFE MADRID Y BRUSELAS

Miles de jóvenes salieron a las calles y plazas de las grandes ciudades de España para celebrar, sin medidas de seguridad contra la pandemia, lo que obligó a actuar a la policía en muchas

 Europa avanza desde ayer domingo hacia el desconfinamiento -después de un largo periodo con severas limitaciones a la circulación-, con el levantamiento del estado de alarma en España o la relajación de restricciones en Alemania y Bélgica.

España celebró en la calle la medida, que supuso también la caída en muchas regiones del toque de queda imperante durante meses, en un país conocido por su agitada vida nocturna y sus horarios tardíos.

Bélgica: 7 meses después

En Bélgica, después de casi siete meses, volvieron a abrir las terrazas de cafés y bares aunque la policía tuvo que intervenir en Bruselas de madrugada para dispersar a centenares de personas que lo celebraban en la calle.

Y en Alemania, más de siete millones de personas vacunadas empezaron a beneficiarse el domingo de la relajación de las restricciones y ahora ya pueden ir a la peluquería sin un test negativo o reunirse en privado, entre otras cosas.

En Reino Unido, el primer ministro, Boris Johnson, confirmará hoy lunes la flexibilización de las restricciones relacionadas con la pandemia de COVID-19, lo que podría permitir a los británicos reunirse en espacios interiores.

El coronavirus mató casi a 3,3 millones de personas en el mundo desde finales de 2019 y contaminó a más de 157,5 millones, según un balance realizado por AFP ayer domingo.

Las reacciones de regocijo y alivio de los ciudadanos al levantarse las restricciones a la circularon quedaron expuestas con elocuencia en España, donde cesaron el estado de alarma, lo que significa que se podrá viajar entre regiones -salvo en áreas concretas de alta incidencia que sean susceptibles de poder cerrarse- y el toque de queda.

Miles de jóvenes salieron en la madrugada de ayer domingo a las calles y plazas de las grandes ciudades de ese país para celebrar, sin medidas de seguridad contra la pandemia, lo que obligó a actuar a la policía en muchas ocasiones.

Tras seis meses de limitaciones a la movilidad, con cierres perimetrales en las regiones y toque de queda nocturno, España estrena un nuevo periodo, con restricciones más laxas y avisos de precaución, para que no repunte la pandemia de coronavirus.

Alarma en Madrid

En Madrid, la primera noche sin estado de alarma ni toque de queda fue una multitudinaria celebración de miles de jóvenes bebiendo, y bailando en las calles y plazas más céntricas de la capital, que parecían festejar el Año Nuevo.

De hecho, en la Puerta del Sol, donde cada 31 de diciembre se celebra el fin de año, la Policía Local tuvo que desalojar la zona ante la concentración de gente que esperaba a que el icónico reloj de la plaza marcara las doce de la noche y decayese el estado de alarma.

Lo mismo ocurrió en Barcelona, donde la medianoche se recibió con petardos y gritos de alegría, y a partir de entonces por las calles de la ciudad empezaron a circular barceloneses y turistas dispuestos a reencontrarse con la noche, después de meses de toque de queda, que dejaba las calles vacías antes de medianoche.

Otros muchos barceloneses optaron por fiestas en pisos particulares, pues por primera vez en meses no había que mirar el reloj para volver a casa cumpliendo con la normativa.

La situación se repitió en otras ciudades españolas como Sevilla, Salamanca, Bilbao o San Sebastián.

Pero si la noche fue de fiesta para los jóvenes, para la policía fue un tiempo de trabajo, ya que tuvieron que actuar para disolver muchas de esas concentraciones. En Madrid, hubo más de 450 intervenciones de la Policía Municipal, informó el alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida, quien tildó de “lamentables” las escenas.

Algo similar ocurrió en Barcelona, donde los agentes desalojaron a unas 6.500 personas en 31 puntos de la ciudad por formar aglomeraciones y no cumplir con las medidas para evitar contagios.

Las imágenes vividas de aglomeraciones sin ninguna prevención, han causado preocupación entre las autoridades.

En Bélgica

La Policía de Bruselas dispersó en la madrugada dominical a centenares de personas que celebraban el fin del toque de queda y la reapertura de las terrazas en una plaza de la capital de Bélgica sin respetar las normas de seguridad frente al coronavirus.

Miles de ciudadanos se reunieron durante la tarde del sábado en la plaza Flagey después de que el colectivo Le Cri convocara por Facebook la concentración para celebrar la reapertura de las terrazas tras casi siete meses cerradas y el fin del toque de queda, que se aplicaba entre las 22:00 y las 6:00 horas en Bruselas hasta el viernes.

Pese a que ya no está prohibido salir de casa durante esas horas, las reuniones en la calle entre la medianoche y las 5:00 horas no pueden superar las tres personas.

La Policía ya estaba presente durante la tarde en el lugar de la concentración, pero no comenzó a dispersar a la multitud hasta la madrugada. En ese momento, aún permanecían en la plaza unas 500 personas, según indicó la agencia de noticias Belga, que precisó que la mayoría de los asistentes no mantenía la distancia de seguridad ni llevaba puesto el tapabocas.

Biden cambia estrategia

y ahora vacunan

en iglesias y farmacias

Un cambio de estrategia para vacunar contra el COVID-19 a los más escépticos fue dispuesto por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. En vez de estadios para inmunizar a la mayor cantidad de gente posible, el mandatario ahora apuesta por la intimidad de las iglesias, las farmacias y la consulta del médico de familia.

El objetivo es llegar a quienes se resisten a vacunarse a través de alguien de su confianza, como un familiar, un cura o un farmacéutico, explicó el principal epidemiólogo del país, Anthony Fauci, en entrevista con ABC News.

Además, Biden quiere que la vacunación sea lo más fácil posible: en vez de tener que pedir cita por internet, ahora los estadounidenses pueden recibir su pinchazo en 40.000 farmacias sin necesidad de cita previa, indicó Fauci.

El Gobierno también ha decidido otorgar 250 millones de dólares a organizaciones comunitarias que puedan proporcionar transporte a aquellos que quieran vacunarse, además de ayudarles a agendar citas o responder las dudas que puedan tener. Asimismo, Biden planea invertir millones de dólares en campañas dedicadas a promover la vacunación entre los jóvenes, las comunidades rurales y las minorías hispana y afroamericana. El cambio de estrategia se produce ante un descenso del ritmo de vacunación en Estados Unidos, donde la media de vacunas administradas al día descendió el sábado por debajo de los dos millones por primera vez desde mar

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