Editorial

La dicotomía campo/ciudad y el Frente Amplio

De relatos ya estamos todos cansados

César García Acosta

Federico Graña, intendente interino de Montevideo por el Frente Amplio, dijo en la Rural del Prado hace apenas unas horas: “No es tiempo de campo versus ciudad (…) tenemos que comprender que el diálogo del agro con Montevideo implica entender a Montevideo”.

El intendente interino de Montevideo, en su discurso inaugural de la Expo Prado 2022, hizo una fuerte argumentación en favor de la capital del país, resaltando la tarea desarrollada en su área rural, aunque resaltando el crecimiento de la operativa y facturación en la Unidad Agroalimentaria Metropolitana (UAM) y de la cantidad de empresas operativas en el nuevo mercado, en oposición al discurso del “campo” respecto de las metrópolis.

Graña, sobre esta nueva instancia en la Rural reflexionó diciendo que “nuevamente la capital brinda un espacio para que una parte importante del sector agropecuario muestre su trabajo”, con lo cual, dijo, “honramos un acuerdo que a lo largo de todos estos años han mantenido los distintos gobiernos departamentales”.

Repasando los hechos que dan cuenta del momento particular en la historia sobre esta dicotomía “campo/ciudad”, Graña la representó en tres dimensiones: luego de una pandemia que “puso en escena a la incertidumbre como una variable insoslayable y cotidiana; en el marco de “un proceso de revolución tecnológica que está cambiando a la calidad mundial”; y dentro de una realidad internacional con una serie de conflictos bélicos que “están cambiando la economía global, pero sobre todo comprometen la paz y el desarrollo de la humanidad”.

Yendo a la historia, el intendente expresó que, los “uruguayos debemos apelar a nuestras mejores tradiciones: la solidaridad, el trabajo, el respeto a la diversidad y el diálogo. Esas tradiciones que tan bien se sintetizaron desde los inicios de nuestro proceso de independencia, cuando el jefe de los orientales, al proclamar el Reglamento de Tierras de 1815, sentenciara que los más infelices sean los más privilegiados”.

Para Graña, “hoy no es tiempo de falsas contradicciones, hoy no es tiempo de campo versus ciudad” y por lo tanto “tenemos que comprender que el diálogo del agro con Montevideo implica entender a la propia Montevideo”.

De inmediato, enumeró registros para destacar el valor del aporte de la capital. Dijo que el área rural de Montevideo abarca más del 60% del territorio del departamento, donde desarrollan su actividad 1.360 productores, 5.000 personas trabajan y más de 60 mil viven. Entender a Montevideo, sostuvo, “también implica reconocer que con menos de una milésima parte de la superficie productiva del país Montevideo aporta más del 3% del producto bruto agropecuario nacional”.

“Es esa área rural de Montevideo la que provee más de la mitad del consumo nacional de hortalizas de hoja, más de la cuarta parte de las manzanas, duraznos, peras y ciruelas, así como importantes porcentajes de producción de limones, uvas y tomates”, afirmó. Estos fueron algunos de los motivos, concluyó, que motivaron a la intendencia capitalina a darle prioridad al emprendimiento denominado Unidad Agroalimentaria Metropolitana (UAM): “Fue un largo proceso, de casi 30 años, que se construyó con la participación de los directamente involucrados”.

Pero lo que Graña eludió decir es el alto costo país que la Intendencia de Montevideo le provocó al interior profundo: porque mientras en los 15 años de gobiernos frenteamplistas la dedicación estuvo centrada en el área metropolitana, con la asignación de fondos mediante fideicomisos de dudosa legalidad para infraestructuras de destino incierto, el interior tuvo que costear con el impuesto pagadero también por la gente que vive más allá de Montevideo y Canelones, hasta la subvención del precio del boleto del transporte capitalino que se imputó al precio de gasoil. Hoy hay un millón de dólares más a través de los fondos que el Mtop afecta al interior, procedentes de un fideicomiso para el área metropolitana que artificialmente dejó afuera de sus ingresos a la Intendencia de San José, en clara evidencia de que esa asignación era para las intendencias “compañeras” y no para el área metropolitana, al igual que se privilegió a la Intendencia de Salto con fondos que a otros se les negó, habiendo ahora contratado su Intendente frenteamplistas a los funcionarios hasta el año 2050.

Estos también son hechos que deben ser informados, porque de relatos ya estamos todos cansados.

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