La tragedia universitaria. (V)
El ingreso tardío a la educación superior
Claudio Rama
El acceso a la educación superior esta marcado dominantemente por un ingreso tardío, derivado de una desarticulación entre la media y la superior que determina la no continuidad automática. El ingreso desde la educación media a los diversos recorridos terciarios (Udelar, Formación terciaria Docente, Técnica, de Seguridad o Artística y universidades e instituciones privadas) muestra en el 2020, según datos del MEC, un enorme retraso del 60.2% de todos los ingresos correspondiente a los estudiantes que en año previo (2019) no cursaron la educación media. El ingreso tardío supera en todos los sectores el 50% de los ingresos, pero es mayor en la Escuela Nacional da Policía con el 80% del total de estudiantes, la DGETP (ex-Utu con el 76%) y el ingreso al Consejo de Formación en Educación con el 67%. Ello se produjo más allá de quienes al terminar el ciclo de la educación obligatoria, no continúan sus estudios y se desvinculan totalmente. En tal sentido además del ingreso tardío, hay un alto nivel de abandono de quienes concluyeron la media pero no ingresan en la superior. En el 2020 ingresaron solo el 70.9% a la educación superior de los que terminaron la media en el 2019, que se constituye en un indicador de la desvinculación educativa. La desvinculación es más intensa en los estudiantes de la educación media publica de UTU donde alcanza al 26.5% de los estudiantes. Esta alta tasa de desvinculación de los egresados de la formación media técnica ha sido la base del crecimiento de la formación terciaria del CETP (exUTU) y de la creación de la UTEC y ha mostrado las dificultades del sistema universitario de Udelar y las privadas para responder a estas demandas técnicas y a la vez sociales.
El ingreso tardío que caracteriza a la educación superior, se produce especialmente en el sector público. El ingreso tardío impone mayor edad a los estudiantes y por ende una mayor incidencia de estudiantes que están trabajando y por ello con mayores dificultades de permanencia y traslado. A los 23 años ya se alcanza al 51% de los estudiantes con trabajo formal, porcentaje que continuará creciendo a medida que aumenta la edad. También el retraso tardío incide en una mayor cantidad de estudiantes con hijos y por ende dificultades también de dedicación. Así, en los datos de inscripción de estudiantes para ingreso en el 2020, se aprecia ya que el 14% tiene hijos. Cuando se analiza, a partir de un informe del MEC la procedencia de los estudiantes de ingreso tardío que como referimos es el 60.2% de los ingresos a la educación superior, la dominancia es de estudiantes del sector público y de mujeres, y representa a personas que no estuvieron vinculadas a la educación media ni a la educación superior en los últimos dos años. Entre quienes cursaron educación media privada el 98% ingresaron con menos de 20 años a la educación superior, a diferencia el 81% de los que cursaron educación pública media ingresaron a la educación superior con menos de 21 años. En general el ingreso tardío es de estudiantes que trabajan (56.2%) y de mujeres (62.4%). El problema no es por ende sistémico y para todos los estudiantes, sino que tiene diferenciaciones como se aprecia en el cuadro junto a este artículo.
La baja diferenciación de la educación superior contribuye también a la desarticulación entre la media y el nivel terciario y al ingreso tardío. Igualmente desconexiones entre dos sistemas autónomos como ANEP y UDELAR. Ello en tanto el 92.8% ingresa al sector público y donde el 90.4% es a dos instituciones UDELAR y ANEP para el 2020. También el ingreso tardío se produce al interior de la ANEP, en el CFE de estudiantes que provienen de secundaria e incluso de la educación terciaria técnico-profesional que provienen del mismo pero en el nivel medio. Se ha realizado recientemente un Convenio entre ANEP y UDELAR para facilitar el acceso directo desde la UDELAR a la información del formulario 69 que es el documento que indica el egreso de secundaria y por ende tener el título de Bachiller que es el requisito para poder ingresar a la educación superior. Alguna universidad privada ha requerido el acceso a ese sistema y no lo ha obtenido. Más allá de existir problemas administrativos de articulación, el ingreso tardío coloca una necesaria reflexión sobre la diferenciación de políticas y sectores. Los datos muestran en la edad promedio los problemas de la desarticulación y mayor ruptura en las trayectorias escolares tomando las diversas instituciones o sectores