Política nacional

Las venas abiertas de América Latina

Argentina y Perú, crisis interminable

Daniel Manduré

“No sería capaz de leer el libro de nuevo, porque cuando lo escribí no sabía nada de economía y política”, esto afirmaba Eduardo Galeano en la Bienal del libro en Brasilia en el 2014 sobre ese controvertido clásico de la literatura en la región, “Las venas abiertas de América Latina”.

“No tenía la formación necesaria ni los conocimientos suficientes, fue una etapa de mi vida ya superada”, “esa prosa de la izquierda tradicional es extremadamente pesada y mi mente ya no la tolera”, continuaba diciendo para sorpresa de muchos y la gran decepción para buena parte de la izquierda que adoptaban ese texto como libro de cabecera y que tenía el valor de la propia Biblia.

Una mirada, parcial, distorsionada, hemipléjica y flechada de la realidad. Con algunas verdades, otras a medias y varias mentiras, sobre las que seguramente y de acuerdo a sus propias palabras con el pasar del tiempo hicieron reflexionar al propio Galeano.

Hay que reconocer, aún tarde, su sinceridad, que también veía como su declaración era en buena medida, coherente con la metamorfosis del propio Frente Amplio, que llegó al poder con el discurso de: No pagar la deuda externa, no al F.M.I., nacionalizar la banca, reforma agraria ya,  para luego, en el poder, hacer todo lo contrario, abrazado al capitalismo y saboreando sus mieles.

Esa misma transformación han tenido varios intelectuales y personalidades de la cultura con respecto a su visión de la revolución y de la izquierda. Escritores como Carlos Liscano, músicos como Sabina o el recientemente fallecido Pablo Milanés, que en parte abdicaron de su pensamiento inicial, mostrándose profundamente decepcionados y arrepentidos.

El tiempo, los hechos y la realidad pudieron más y demostraron para quienes lo quieran ver, los males de la dictadura marxista y de cómo han afectado los populismos a los países de la región.

Por supuesto que, para los fanáticos de siempre, para quienes hacen del dogma una forma de vida, siguen pregonando ese perimido y vetusto discurso, basado en una ideología anacrónica.

Hoy América Latina está en grave problemas, en un gran aprieto.

Con posturas populistas en varios países, donde han basado sus economías casi que exclusivamente en subsidios del estado que solo fomentan dependencia clientelìsiticas, con continuas protestas sociales, libertades suprimidas, violaciones a los derechos humanos, partidos políticos débiles y de muy baja credibilidad y de una gran crisis institucional, donde la corrupción es moneda corriente.

De endiosar y ubicar en un pedestal a un Fidel Castro, Maduro, Ortega, los Kirchner, al propio Pedro Castillo a hoy en muchos casos mirar para el costado y hacerse los distraídos.

Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y entre otros, los recientes casos de Argentina y Perú.

En Argentina, el kirchnerismo, esa versión aggiornada del peronismo, hizo estragos, terminó por derrumbar en lo económico y en lo social a una rica nación. Hoy, las enormes presiones de la Cámpora, del camaleónico Alberto Fernández y de la propia Cristina sobre la justicia no alcanzaron y los jueces de las numerosas causan que pesan sobre la vicepresidenta se expidieron sobre una de ellas, solicitando el procesamiento por 6 años de cárcel y con la inhabilitación de por vida de ejercer cargos públicos, por administración fraudulenta.

Los jueces a los que ella acusa de persecución fueron nombrados por ella. Es de locos.

Como pasa siempre en estos casos la defensa es hablar de persecución, victimizarse y hasta de pelotones de fusilamiento. Su apoyo se debilita, cada vez es menos creíble. Seguramente, por los vericuetos jurídicos no termine presa, pero esperamos de una vez por todas la más grande sanción social.

La exmandataria es en esta causa, de las muchas que tiene pendientes, acusada de direccionar obras públicas en la provincia de Santa Cruz. Crearon una empresa constructora fantasma a la que le adjudicaban todas las obras viales, con Lázaro Báez a la cabeza, procesado también por lavado de dinero y por la que fueron también procesados unas 10 personas más. Todas las licitaciones eran una gran farsa.

La primera vez en la historia que una vicepresidenta en ejercicio de su función es procesada en Argentina, porque el ex vicepresidente de la propia Cristina, Amado Boudou también procesado en su momento, no ejercía el cargo al momento de su procesamiento.

La grave situación en Perú no le va en zaga, aquí la crisis institucional es grave. No de ahora, sino desde hace mucho tiempo.

Lo decíamos en el momento de las últimas elecciones en Perú, no queríamos estar en los zapatos de sus ciudadanos al tener que elegir entre Keiko Fujimori y Pedro Castillo, ambos extremos del espectro ideológico.

Los dos peligrosos para la democracia. Lamentablemente así fue. Ganó Pedro Castillo y pasó lo que se sabía iba a pasar. La incapacidad para gobernar, su poco apego a los valores democráticos y la corrupción lo sobrepasaron. No sabía que hacer, cambió más de 100 ministros, hecho que demostraba la inestabilidad permanente. La “película” terminó como debía terminar, Pedro Castillo es destituido y apresado.

Su intento de golpe de estado, disolviendo el Congreso habló por el y a pesar de la ridícula defensa del abogado defensor que habla que el discurso leído por Castillo fue bajo los efectos de una droga que sus “enemigos” habrían puesto en un vaso de agua que tomo antes de leerlo. Parece chiste, pero no lo es.

Pedro Castillo pasó de ser ese hombre humilde de la izquierda radical que venía a salvar a la nación a un simple dictador. Uno más, en la deteriorada región.

Los populismos se sienten los salvadores, los refundadores, ellos son la resurrección, llegan para quedarse, con apoyo popular o sin él, les da lo mismo.

Su individualismo, exacerbado y autoritarismo los ciega. La demagogia los inspira.

Perú está fracturado, con posiciones totalmente polarizadas y extremistas que dejan lamentablemente pocas esperanzas para un cambio a corto plazo.

Un país en una gran encrucijada, otro pueblo en aprietos.

Cuesta creer, aunque tal vez no tanto, el apoyo del Frente Amplio a esos gobiernos, a Cuba, Venezuela, Nicaragua, también a Cristina Fernández y a Pedro Castillo.  Mujica defendió a Cristina, la dice perseguida y a la que comparó con Evita. En ese mismo sentido una declaración de esa fuerza política sobre la situación peruana que culpa al golpe de estado de su “pollo” Castillo a la oposición Fujimorista.

Aunque Fujimori y Castillo, parados en ambos extremos, sean tan parecidos.

América Latina està en un verdadero aprieto.

Las venas de América Latina están abiertas.

Compartir

Deja una respuesta