Culturales

Copas manchadas

Muchos hemos cuestionado que la Copa del Mundo se desarrolle en Qatar, donde impera  un régimen autoritario que conculca los derechos de los trabajadores, discrimina contra la mujer y los homosexuales, y reprime las libertades de forma sistémica.

Pero la Copa del Mundo ya está manchada por estas cosas.

Basta recordar el Mundial del fascismo en 1934 que ganó el anfitrión Italia y lo dedicó al Duce Benito Mussolini; y el de 1978, que obtuvo el local Argentina, pero contribuyó a disimular la oprobiosa dictadura de Videla y los suyos.

Ojalá las próximas copas sirvan para mostrar al mundo sociedades donde impere la libertad, la igualdad ante la ley, además de la pasión auténtica, y no inventada, por este deporte universal.

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