Llegamos a la edición 700.
Nuestro compromiso con la equidad en el desarrollo nacional
Tabaré Viera
OPINAR, en su segunda etapa, llega hoy con el número 700, por lo que comienzo saludando y felicitando a todos los amigos que desde entonces han hecho fundamentales aportes en opiniones, a través de las diferentes columnas permanentes o periódicas, así como a los miles de lectores que en estos dieciséis años nos han acompañado también.
En especial hago mi reconocimiento y agradecimiento a Cesar García Acosta, nuestro editor y factótum que semana a semana es el que sostiene esta realidad más allá de su tarea como periodista y editor.
En aquel número 1, el 21 de mayo de 2007, con una realidad política e histórica muy diferente a la actual decíamos, “El gobierno nacional debe implementar políticas sectoriales como lo fueron la ley forestal o el establecimiento de comercios libre de impuestos en la frontera con
Brasil”. Éramos oposición y desde mi responsabilidad de Intendente de Rivera sufría los problemas de una sociedad de frontera con un vecino gigante y situada al otro extremo de la capital nacional, concentradora de todas las oportunidades; nada nuevo en la historia de nuestro país que a fin de cuentas, por su dimensión territorial, es todo frontera, pero a partir de la reforma constitucional de 1996, a la que se opuso el FA, habíamos logrado un cambio esperanzador, nuestra Carta Magna por primera vez estableció que “habrán políticas de descentralización” y se creó la Fondo de Desarrollo del Interior y la Comisión Sectorial, con participación de ministerios y del Congreso de Intendentes.
Por ello, una vez más, con la llegada del FA al poder y los cambios que estaban sucediendo, ponía yo en el centro de la responsabilidad del gobierno nacional la construcción de políticas públicas de desarrollo con equidad.
Vi extinguirse aquel impulso de un estado desarrollista como lo fue el gobierno encabezado por Julio Ma. Sanguinetti cuando se aprobaron leyes como la forestal, la de creación del INIA, la de zonas francas o la creación de los comercios libres de impuestos en frontera con Brasil precisamente.
Estas medidas reclamadas al gobierno de Tabaré Vázquez no llegaron, ni tampoco se concretaron en los quince años de gobierno frenteamplistas. Las diferencias sociales, económicas, laborales, educativas entre las diferentes regiones del país se mantuvieron y diría que se incrementaron.
Hoy formamos parte de un gobierno de coalición encabezado por el Partido Nacional que comenzó con una herencia muy pesada, desempleo en aumento; altísimo deficit fiscal, gran responsable de la deuda externa más alta de la historia; altísimo nivel de inseguridad; educación pública con indicadores en franco deterioro, todas realidades que comprometieron seriamente las posibilidades de desarrollo. Además debimos enfrentar las contingencias que representaron la pandemia por CÓVID, la consecuencias de una guerra que aún se mantiene y afecta directamente a la inflación de precios internacionales de diversos comodities, la crisis política y económica de Argentina y por último la gran sequía hídrica que hizo fracasar la última zafra de cultivos de verano y comprometió hasta el abastecimiento de agua potable de la zona metropolitana. Aun así todos los indicadores, más allá de relatos, muestran mejores resultados que los que teníamos. En nuestro sector, el turismo, tanto en cantidad de visitantes como en el gasto realizado por estos ya superamos los alcanzados en 2019, último año antes de la pandemia. La temporada de cruceros fue un récord de los últimos ocho años. El movimiento interno de los uruguayos ha crecido un treinta por ciento.
Es hora de construir nuevas políticas sectoriales, es hora de atender a nuestras fronteras, especialmente las con Argentina. Hay proyectos de inversión importantes presentados a estudio, zonas francas; proyectos logísticos; de hotelería y centros de investigaciones y desarrollo, entre otros.
El gobierno termina su periodo de gestión el 28 de febrero de 2025. Más allá de la campaña electoral, todo nuestro compromiso con el país, a pesar de las contingencias sufridas, deben estos concretarse y ser la nueva base para los impulsos que un renovado compromiso de gobierno nos permita lograr en otros cinco años al frente del país y consolidar así los necesarios cambios y alcanzar la reclamada equidad nacional.