Luis Batlle Berres. El Uruguay del optimismo.
» Un país no es rico si sus hombres de trabajo son pobres» Luis Batlle Berres, 1952.
Miguel Lagrotta
«(…) Apresurarse a ser justo es asegurar la tranquilidad; es bridarle al ciudadano los elementos principales y básicos para que tenga la felicidad de vivir y hasta él lleguen los beneficios del progreso y la riqueza…»
Fragmento del discurso de don Luis Batlle Berres en el momento de su asunción a la presidencia de la República como consecuencia del fallecimiento de don Tomás Berreta. Para muchos, yo incluido, se iniciaba la etapa final del batllismo. Sin tratar de caer en apasionamientos a favor o en contra del período mal denominado neo batllismo trataremos de hacer un punteo de sus principales líneas ideológicas y de acción. Eso precisamente es este período: pensamiento y acción.
1) Defensa irrestricta y principista del sistema democrático liberal con respeto total y absoluto de la legalidad. En el marco de los movimientos populismo latinoamericanos y como diferencia sustancial del peronismo argentino con el cual solo tiene alguna similitud en aspectos económicos.
2) El sistema económico capitalista, el respeto total y absoluto a la propiedad privada de los medios de producción, pero siguiendo a Stuart Mill, con el Estado como garante de que no existan ni desigualdades ni excesos.
3) La industrialización del país como objetivo fundamental, si hay trabajo y buena distribución de la riqueza el comunismo no tendría lugar. El fundamento esencial, o sea el capital, se origina en el agro y será el soporte del modelo.
4) En la lógica del modelo hubo medidas proteccionistas con elevados aranceles, un sistema de cambios múltiples e incluso subsidios a la industria nacional.
5) Fortalecimiento de los sectores sociales medios derivado del trabajo generado por la sustitución de importaciones. La idea fundamental era que cualquier producto nacional enviado al exterior tenía que haber sido elaborado por obreros uruguayos. En el diario «Acción» escribía: «Sería más conveniente para los intereses del país vender la lana trabajada, elaborada por nuestros obreros, que es una forma de vender el trabajo de ellos, a estar vendiendo solo el trabajo de las ovejas. El fundamento de este modelo lo escribió el propio don Luis:» Al lado de la industria, que crea la clase media, viene el salario bien remunerado del obrero, al lado de la industria viene el capital, al lado de la industria viene toda la organización administrativa también bien paga, al lado de la industria se realiza y se hace toda una riqueza que se reparte entre los trabajadores, porque la industria lo que necesita son brazos, y es adonde se llega en reparto justo la ganancia que provoca esa industria. Y en ese sentido, tenemos que hablar con claridad al pueblo; no están haciendo, como pretenden algunos que falsean la verdad, capitalismo para capitalistas, no. Están haciendo riqueza para que llegue al pueblo, para que se reparta entre los hombres de trabajo»
6) La justicia social entendida como igualdad de posibilidades utilizando al Estado como factor clave. Como árbitro supremo entre conflictos sociales y en definitiva proteger a los más débiles siguiendo los principios de don Pepe. Se profundizó, entonces el reformismo de comienzos del siglo XX.
7) La educación vista como factor de ascenso social y elevando, a su vez, los niveles técnicos y de desarrollo cultural, sin los cuales no habrá posibilidades de desarrollo social ni industrial.
8) Una visión profundamente antiimperialista, que no apartó nuestro país de la órbita de los Estados Unidos, pero quitó esa imagen incondicional que predominaba desde gobiernos anteriores.
9) Generar un proceso industrial no dependiente, nacional, con proteccionismo estatal. Este concepto chocaba de frente con la visión política y económica llevada adelante por los Estados Unidos que sugería un liberalismo económico en todos sus aliados del sur. Pero con un gran proteccionismo en su economía lo que nos cerraba mercados importantes,
El último acto del batllismo: El respeto absoluto por las libertades individuales y el devenir democrático determinaron la definición de Suiza de América. La estabilidad política, la fuerte clase media y finalmente la aplicación del modelo Ejecutivo colegiado, según el modelo suizo y de los apuntes de don Pepe y con un sistema financiero sólido y protegido por el secreto bancario.
Don Luis necesitaba poyos parlamentarios. No los encontró con sus primos. Buscó, entonces un acuerdo con Luis Alberto de Herrera. Hubo dos visitas simbólicas una, la primera a la Quinta de Herrera, se discutieron bases para un acuerdo. Unos días más tarde Herrera devuelve la visita y se firman las bases que el propio herrera definió como » Coincidencia Patriótica» se definió allí:
1) Dividir la Caja de Jubilaciones em Industria y Comercio, Civil y Rural.
2) estatización de los transportes, creándose AMDET y convertir a la ANP en un ente autónomo.
Como contrapartida los herreristas tendrían participación en la gestión en los organismos, unos 23 cargos. Duró poco al tiempo ambos líderes dejaron de saludarse.
En tiempos complejos los principios básicos del batllismo los encontramos en el pensamiento y el accionar de don Luis. Es tiempo de recordar la génesis para aplicar en los tiempos que corren sus ideas, o sea ni más ni menos que volver al «Uruguay del optimismo»
Ver: Rompani, S. Luis Batlle. Pensamiento y acción. Alfa Montevideo. 1966.