Moderados QEPD
Daniel Manduré
Mario Bergara acaba de anunciar que se baja de su precandidatura a la presidencia por el Frente Amplio. El espacio al que muchos señalan como el de la moderación. Si bien podemos llegar a tener ciertas dudas si verdaderamente el senador Bergara encarna ese espacio político, no hay dudas que así lo perciben los analistas y una muy buena parte de la ciudadanía. Esta decisión de Bergara nos confirma lo que desde hace mucho tiempo venimos diciendo, al Frente Amplio lo dominan las posturas radicales.
Si bien no llega a calzar el talle de Astori, por supuesto que menos aún el de Seregni, muchos estaban esperanzados en él para representar ese espacio moderado, con cierto equilibrio y sensatez del que carecen los extremos. Podría llegar a ser el punto de equilibrio al hoy desbalanceado Frente Amplio.
Decir estas cosas no es agitar cucos, avivar fantasmas o fomentar miedo entre los votantes, porque sería subestimar la inteligencia del electorado. Es simplemente saber leer la realidad.
¿Cuáles son las dos opciones que hoy el Frente Amplio le ofrece a la ciudadanía?
La de un Orsi, con el peso ampliamente mayoritario de los tupamaros y el de Cosse dominado en forma aplastante por el Partido Comunista y el hoy ortodoxo y devaluado Partido Socialista.
Nadie puede incomodarse por ello. Porque es así.
La opción moderada ha quedado absolutamente desmembrada, desdibujada, algunos sectores, más impacientes, resolvieron adelantarse, alejarse de Bergara e ir a apoyar a Orsi antes de la decisión de aquel. Otros, apoyarán a Cosse y varios, desilusionados al abandonar la lucha por la candidatura a la presidencia, decidieron bajarse de ese barco.
Poco queda en el Frente Amplio de esos espacios que representaban el justo equilibrio que podía llegar a atrapar al ciudadano independiente, más guiado por la razón que por las emociones y que son, en elecciones tan ajustadas, las que la definen.
Mucho hay hoy de radicalismo. Poco queda de esa sensatez que supo oponerse a los que en el 2002 gritaban default. Poco queda de ese tono moderado que supo poner freno a las desenfrenadas arremetidas populistas de Mujica y que hubiese descalabrado aún más la ya malograda situación económica en la que entregaron el país.
Esa ala moderada ha sucumbido frente a la trituradora radical que hoy domina desde adentro al Frente Amplio. Pero también desde afuera, con un aliado como el Pit Cnt, con Abdala a la cabeza, que ha llevado a las empujones a esa fuerza política. Que la llevó a ser derrotada con la LUC y que ahora la mantiene embretada y al borde del precipicio en un plebiscito que de aprobarse sería nefasto para la república. Donde entre otras aberraciones, se pretende confiscar el ahorro de toda una vida de cientos de miles de uruguayos y sin saber hacia donde va todo ese dinero.
El ciudadano deberá elegir entre la propuesta tan firme como un flan de Orsi, el que habla mucho y dice poco. El mismo que nos tiene acostumbrado a criticar las propuestas de sus adversarios para enseguida reconocer que no las ha leído ni estudiado. El que es marxista y al mismo tiempo capitalista, el de raíz nacionalista, pero también un poquito batllista. Tal vez por aquello de “como te digo una cosa te digo la otra”.
Por otro lado, la soberbia y el ego inflado de Cosse, la de la inundada y sucia Montevideo, la que oculta que va a votar en el plebiscito por la seguridad social y la que al decir de Mujica en el interior la mastican, pero no la tragan.
Esa es la realidad, esos mismos excesos que han llevado a que buena parte de esa fuerza política se niegue a declarar a Venezuela como dictadura o llegar a idolatrar a cuanto tirano hay por Latinoamérica.
El ciudadano pensante que no definió su voto y que pretende buscar el camino de la moderación va a comenzar a mirar hacia otro lado, donde el justo equilibrio esté asegurado. Nunca la solución va a estar en los extremos.
La repuesta siempre se va a encontrar en el camino del medio.