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Ni Keynes ni Friedman, sino Shumpeter

Claudio Rama

La historia económica de las primeras décadas del siglo XX estuvo marcada por los debates y las diferentes concepciones que expresaron los enfoques de John Maynard Keynes (1883-1946) y de Friedrich August von Hayek (1899-1992). Ellos definieron no sólo los ejes de la discusión teórica sobre el rol de los gobiernos y de la política pública para salir de la Gran  Recesión derivada de la crisis de 1929, sino dos paradigmas diferenciados para posicionarse ante la función del Estado y el desarrollo.  A partir de allí, cada debate de políticas públicas, y especialmente en el contexto de la existencia de crisis económica, se polarizó entre enfoques asociados a algunos de ambos autores, y más recientemente en lugar de Hayes a Friedman y a las escuelas monetaristas, que se expandieron desde los años setenta del siglo pasado.

Mientras Keynes impulsaba un enfoque centrado en el gasto público y la creación de la demanda agregada para recuperar los procesos de inversión y de consumo, Hayek y Friedman se concentraron en los equilibrios macroeconómicos y la necesaria articulación entre los aspectos monetarias y productivos, buscando limitar los desequilibrios fiscales por su incidencia en la tributación y en los impulsores reales de la inversión, y el funcionamiento de mercados con los menores niveles de imperfección para facilitar la movilidad de los factores. El incremento del gasto público o el saneamiento de la rentabilidad de las empresas; el crecimiento del Estado o la reducción de la presión fiscal; el aumento de la regulación o el funcionamiento de mercados con el menor nivel de distorsiones; el déficit fiscal o los equilibrios macroeconómicos, se conformaron como ejes diferenciadores de política económica que lentamente incluso fueron asignándose a concepciones ideológicas, y por ende deformándose y tergiversándose aún más.

Son enfoques sin embargo que se han transformado en la caricatura de una discusión política durante años, y que reaparecen en los contextos de las crisis económicas, más allá de los diferenciados tiempos históricos y las características de las sociedades y de sus estructuras de producción. En Uruguay, ello también se está planeando, y la simpleza de la dicotomía se asocia a una visión que se estructura sobre la base de un aún mayor aumento del gasto público, y se focaliza en la creación de una renta básica para trescientos mil personas, o un impulso a las pequeñas y medianas empresas, en tanto componentes altamente impactados por la pandemia. Son nuevas formas del populismo y no serias miradas de la economía que hoy tiende a articular el gasto social y el necesario equilibrio macroeconómico tanto de corto como de largo plazo y por ende limitando endeudamientos y creación de ineficiencias.

Sin embargo, este debate se acabó hace tiempo, y los ejes de la discusión en relación a los procesos de crisis han incorporado un nuevo enfoque. En tal sentido, cabe referir que la dinámica económica posteriormente a la crisis del 30 o al New Deal ha cambiado significativamente, así como la comprensión de los determinantes de las crisis. Desde los años 40 en adelante, el marco de la política económica más consistente, especialmente en las orientaciones de la macroeconomía se ha apoyado crecientemente en los paradigmas planteados por Joseph Shumpeter (1883-1950) y una escuela posterior de neo-shumpetereanos que se centran en el rol de la tecnologías y la innovación en la explicación de los ciclos económicos y de las crisis asociadas a la transformación de la base productiva y el agotamiento de los mercados. Bajo estos nuevos enfoques, el crecimiento económico se desarrolla a través de una curva de sustitución tecnológica apoyada en procesos de  innovación estructural o incremental que impulsan procesos de creación destructiva. En este contexto, el impulso a la innovación, el emprendedurismo, el aumento de la densidad tecnológica y la creación de capacidades nacionales se han vuelto el centro de las visiones de largo plazo.

Cuando en la década de los 70 la dinámica económica se estructuró a partir del inicio de un nuevo ciclo tecnológico y productivo, fuertemente apoyado en la microelectrónica, la programación informática y la internacionalización de las cadenas de producción, incluso el enfoque shumpetereano tuvo un aceleramiento en su mirada donde se tornó aún más determinante el factor de la innovación tecnológica digital, el rol del Estado en el apalancamiento de esos procesos de innovación en las empresas y el incremento del capital humano especializado como factores determinantes del impulso del desarrollo

Sin duda que los paradigmas de Keynes y Friedman, no son excluyentes entre ellos, sino que siempre se han estructurado en un delicado equilibrio. Pero además de ello, ya son viejos como elementos centrales de la política pública, la cual se ha ido focalizando a escala global ya no sólo en qué tipo de incentivo debe generarse desde el Estado o de sus límites, sino en un nuevo escenario de comprensión de los fenómenos de la crisis.  En el contexto de la caída de los retornos, del empleo, del consumo y de la competitividad, el enfoque shumpetereano se constituye en el paradigma de complementación o incluso de sustitución de los tradicionales enfoques referidos, al focalizar su análisis en los ciclos tecnológicos, en los niveles de productividad, en el empresario innovador, en la articulación entre inversión física y capital humano y en el impulso a las transformaciones tecnológicas.

Hoy el tema se focaliza en inserción internacional en las cadenas de valor, en el impulso a la mejor formación de capital humanos, en el incentivo del Estado a la innovación. Por eso resulta un poco sorprendente las primeras informaciones sobre la política en ciencia y tecnología en la ANII, más allá de la inefable fiesta de gasto y de compromisos entre los amigos en el último año del gobierno anterior, cuando notoriamente la “ciencia” (en mayúscula) no estuvo en la mirada de la gestión sino el derroche. Es imprescindible una mirada de mayor vuelo y de largo plazo más allá de la tijera necesaria.

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