No al turismo canábbico
El 9 de noviembre la Comisión de Turismo de la Cámara de Representantes se reunió con el ministro Tabaré Viera para conocer su opinión sobre el proyecto de ley de turismo cannábico. En su opinión, compartido por los equipos de trabajo del Gobierno, “no compartimos la idea de que haya un turismo cannábico como producto turístico, asimilable a lo que puede ser el turismo enológico, astronómico o costero, es decir, como un producto turístico. Y no porque asuste, sino porque no es conveniente por ahora; los tiempos siempre pueden ir cambiando.” La siguiente es la argumentación del secretario de Estado ante el Parlamento.
MINISTRO DE TURISMO, TABARÉ VIERA. Es un gusto estar en esta Casa y en esta Comisión. Trabajamos con el mismo objetivo: el desarrollo turístico. Luego solicitaré que haga uso de la palabra el señor subsecretario para que informe sobre algunas reuniones que se han venido haciendo de una comisión que se formó a nivel del Poder Ejecutivo, en la que hay representantes de varios ministerios; hay varios subsecretarios de unas cuantas carteras porque se trata de un tema que corta transversalmente varias responsabilidades de gobierno. Apenas ingresé como ministro y tomé esta nueva responsabilidad hace un año y poco, obviamente estuve informándome de todos los temas que estaban en marcha y planteados en el Ministerio. Uno de ellos fue sobre este, a fin de aunar criterios y tomar posición para seguir adelante con ese trabajo. Allí acordamos lo que hoy es la opinión nuestra -además de ser mi opinión personal-, que creemos es la mejor. No compartimos la idea de que haya un turismo cannábico como producto turístico, asimilable a lo que puede ser el turismo enológico, astronómico o costero, es decir, un producto turístico. Y no porque me asuste, sino porque creo que no es conveniente, por ahora; los tiempos siempre pueden ir cambiando. Por un lado, promoverlo como un sector cuando hacemos publicidades -como en los ejemplos que puse- no creo que sea buena cosa hoy. Inclusive, en la región puede traernos algunos problemas. Promover que vengan a hacer turismo especialmente para consumir algún tipo de sustancia no creo que sea muy edificante e, incluso, nos puede traer algunos inconvenientes con los países vecinos que tienen políticas distintas a las de Uruguay. Lo que sí comparto -por eso digo que comparto parcialmente el proyecto- es el artículo 1°. Si Uruguay ya ha legislado regulando el consumo de cannabis para los uruguayos -este es otro tema- y dispuso una reglamentación con relación a cómo se comercializa, cómo se produce y cuánto se consume, no parece lógico que los visitantes, que los turistas, no tengan el mismo marco jurídico; no tiene mucha lógica; es más: está de alguna manera obligando a que aquellos turistas que son consumidores vengan y vayan a comprar a lugares donde no es conveniente que lo hagan, con todos los riesgos que eso conlleva. Nos parece adecuado lo que dispone el artículo 1° de este proyecto. Lo compartimos, en cuanto a que los no residentes que se encuentren legalmente dentro del territorio nacional puedan acceder y consumir en el marco de la ley vigente para los uruguayos. Pero de ahí a armarlo y promoverlo como un producto o un subproducto turístico, nos parece que no es lo más adecuado, por lo menos por el momento. Quisiera que el señor subsecretario haga uso de la palabra para que informe sobre los avances en los que venimos trabajando desde que asumí como ministro.
SUBSECRETARIO DE TURISMO, REMO MONZEGLIO Desde la llegada del ministro Tabaré Viera conversamos sobre distintos puntos y él fue enfático en esa opinión. No solo quiero destacarlo porque fue claro y enfático, sino porque también lo comparto. En el marco de las reuniones con la Junta Nacional de Drogas, donde participamos varios subsecretarios, se ha venido manejando este tema desde un primer momento. Quisiera dar un enfoque de lo que realmente pasa en la sociedad, sobre todo receptiva al turismo, ya que de eso trata este tema. Los uruguayos tenemos acceso a esto bajo determinada normativa. Durante las reuniones empecé a citar ejemplos. He sido hotelero toda mi vida; hace diez años que no manejo hoteles, pero mi esposa está gerenciando uno. En ese lapso se aprobó el consumo para los uruguayos. Y les puedo garantizar que día a día la persona que llegaba del exterior con la idea de que acá se podía consumir, terminaba consumiendo. Difícilmente pueda decir que algún turista que llegaba a Uruguay no lo hacía. La gran mayoría, en los primeros años, llegaba convencida de que acá se podía consumir. En consecuencia ¿qué pasaba? Se daban las coordenadas a esos turistas de dónde podían encontrar el producto, sin ningún tipo de garantía, de calidad, de seguridad ni de precio. Y estábamos dando el mercado de poder adquisitivo más alto, precisamente a aquellas personas que hacen dinero y que queremos combatir porque lo hacen ilegalmente. Particularmente, se hablaba de cómo canalizar esta realidad, que hay que llevar a la práctica en algún momento. Bien lo dijo el señor ministro: no tiene lógica que haya diferencias si estamos todos pisando la misma tierra y bajo la misma Constitución. Vi con particular entusiasmo el proyecto de ley del señor diputado Antonini porque siempre sostuve en esas reuniones que había que generar una instancia de debate. A la gente le cuesta entender en primera instancia esto, que es tan simple, que es tan lógico. Estamos dando insumos exactamente a la gente que queremos combatir. Así que más allá de los aspectos técnicos del proyecto de ley y demás -obviamente, les competerá a ustedes seguir adelante-, me uno al señor ministro en la sensación de que el Ministerio de Turismo no tiene que hacer mención de ningún tipo en cuanto a que aquí hacemos turismo cannábico, porque sería como que mañana saliéramos a propiciar que vengan a tomar whisky, por decir algo; no tiene sentido. Pero la lógica nos indica que realmente no hay por qué sostener esta desigualdad. Hay una palabra que algunos adoptaron y otros no, que me sirvió hoy y creo que puede ayudar: nosotros tenemos que lograr, a través de esto, universalizar el consumo dentro de la República Oriental del Uruguay. Cada uno que esté acá dentro, bajo normas legales, puede tener la posibilidad de consumir algo que los uruguayos consumimos sin mayores problemas. La Junta tiene dos posiciones encontradas en cuanto a cómo es el camino. Yo siempre sostuve lo que el señor ministro acaba de señalar. Por eso digo que saludé la iniciativa del proyecto de ley. La población tiene que ir asimilando esto de a poco. Si no, no lo va a digerir de un solo trago.
MINISTRO DE TURISMO, TABARÉ VIERA Creo que hay cosas que tenemos claras y en las que tenemos un consenso. Quizás, este sea el proceso natural de las cosas que van cambiando y que seguirán cambiando en el futuro, porque se van asumiendo algunas cosas que ya están. En ese sentido, ratificamos lo que habíamos dicho. Al turista que llega no le decimos que no consuma colesterol; queremos que se cuide y que esté dentro de las normas. Y la idea es que no tenga prohibiciones que no tienen los uruguayos; no parece lógico. Con respecto a los otros artículos, comprendo el análisis del diputado Antonini; fue muy ilustrativo. Creo que eso podría estar en la reglamentación, pero hay temas delicados en cuanto a la igualdad de situaciones del turista con el uruguayo. Es claro que todos los que pernoctan una noche son turistas, pero tienen distintos objetos quienes van a un hotel, inclusive, dependiendo del lugar del país del que se trate. Ahí hay otros temas de convivencia que pueden verse afectados y que creo habría que analizar con más cuidado. Por eso, en esta instancia, avanzaría en la igualdad ante la ley de residentes y no residentes.