Política Internacional

OTAN; fuegos de artificio

Lorenzo Aguirre

Con la firma del “Tratado de Washington”, en 1949, surge la “Organización del Tratado del Atlántico Norte” (“OTAN”), integrada por Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal, y Reino Unido – ahora son 32 los integrantes de la alianza -, además de 21 Estados no miembros que colaboran dentro del programa “Asociación para la Paz”, junto con otros 15 que forman parte en programas de diálogo, y 9 como socios globales. La “OTAN” ha anunciado con bombos y platillos el contrato de compra – ¡ni en promoción, “ni día del centro”! – del nuevo modelito “Patriots”, bajo una firma participada por capital estadounidense y europeo. El compromiso está valorado en 5.200 millones de euros – 6.000 millones de dólares -, estipulando además establecer en Alemania una “humilde toldería” a modo de planta de producción de la “juguetería” de referencia, a efectos de convertirse en un “sólido modelo ejemplo, en el refuerzo de la industria de defensa del viejo continente”.

La “celebración” – ¡estimulada con vol au vent de caviar, y champaña! – se llevó a cabo a través de la “Agencia de Adquisiciones y Apoyo” de la “Organización del Tratado del Atlántico Norte”, teniendo como “tercer paso” la transacción de los famosos “Patriots”, un sistema de protección aérea que, según quienes saben, “si fuera necesario se podría utilizar” contra ataques de aviones, helicópteros y misiles, interceptándolos a larga distancia.

La “Organización del Tratado del Atlántico Norte” se inclinó por la empresa “Comlog”, convertida en adjudicataria para la producción de los “Patriots”, quien a su vez tiene un convenio de 50% con “Raytheon”, y “MBDA” Alemania, la cual está compuesta por tres empresas europeas de desarrollo aeroespacial, como son, “Airbus”, “Bae Systems”, y “Leonardo”.

Entre los primeros compradores se encuentra obviamente Alemania, conjuntamente con Países Bajos, y Rumanía, para adquirir 1.000 misiles, y además España metida en “lista preferencial” para incrementar su arsenal de “fuegos de artificio” por el “módico” valor de 17 mil millones de euros, algo más de 19 mil millones en billetes verdes, “duros” más, “duros” menos.  Con dichas adquisiciones, la compra y venta de la chuchería en Europa salvaguardaría de posibles bloqueos comerciales, más teniendo presente la actual situación política en Estados Unidos, la incertidumbre en los próximos comicios, y en consecuencia, por supuesto el inquilino que, a partir del 20 de enero, descansará sus fatigadas nalgas en el sillón de la Casa Blanca.

La “Organización del Tratado del Atlántico Norte” está viviendo su septuagésimo quinto aniversario de historia, y lo festeja con una intensa “feria de fuegos artificiales” a modo de recuerdo de sus anales de “intercambios pirotécnicos”, como la “Guerra Fría”, enfrentamiento político, económico, ideológico militar y por supuesto propagandístico, que se iniciara después de la “II Guerra Mundial” entre un Occidente capitalista liderado por Estados Unidos, y el Bloque comunista del Este llevado adelante por la Unión Soviética. Más allá, la “Guerra Fría” terminó siendo diplomática –  a muchos, no gustará mis palabras, y provocará urticaria -, con una permanente amenaza militar, fronteras marcando límites entre la “Comunidad Económica Europea” (luego “Unión Europea”), el “Consejo de Ayuda Mutua Económica”, la “Organización del Tratado del Atlántico Norte,” y miembros del “Pacto de Varsovia”.

No, señores, no fue solo el bloqueo de Berlín, sino estimular la Guerra de Corea (1950 – 1953), los “misiles cubanos” de 1962, y la desesperada competencia por devorar América Latina, porque no se trataba de un sector de gente con hipercolesterolemia y acciones descafeinadas, sino todo lo contrario, un conjunto de mentes, manejando la alta política.

Más tarde, a partir de 1990, y hasta fines de siglo, el tema Bosnia – Kosovo, para poner la frutilla a la torta con Afganistán en 2002 – donde la “Organización del Tratado del Atlántico Norte” lideró una misión encargada por la “Organización de las Naciones Unidas” (“ONU”), llamada “Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad”-, e Irak, donde se limitó solamente a entrenar fuerzas de seguridad, debido a la negativa de varios países encabezados por Alemania, a involucrarse en una guerra iniciada por Estados Unidos y Reino Unido.

Pero el descanso no sería muy prolongado, pues, en 2014 llegaría la primera invasión a Ucrania llevada a cabo por el psicópata Vladímir Putin. Como si fuera poco, el “Califato” de Isis, iniciado en 2004 como “Al Qaeda” – antes de modificar su nombre a Isis -, siendo aliado de Osama bin Laden, conformando una fuerza radical antioccidental, fanatizada por establecer un estado islámico independiente en la región. Indudablemente, Isis, ha demostrado ser más brutal, integrada por enajenados salidos de manicomios, que controlaron los activos petróleos de Siria, y campos petrolíferos en Irak.

Tiempos después, en 2022, nuevamente la invasión a Ucrania por parte de Rusia – la guerra se ha llevado más de 350 mil soldados, 70 mil civiles, 2000 niños, y un gasto militar por encima de los 150 mil millones de dólares -, donde el asesino de Putin y los desequilibrados mentales en su gabinete, ponen de manifiesto la pérdida de todos los valores morales, al decir: “era necesario cuadrar las cuentas tras la crisis financiera de 2008”.

Sería oportuno recordar que, en 2012, el Ministro de Defensa de Lituania, señaló una revisión en el “Pentágono”, en la cual se puso sobre el tapete la posibilidad que, Rusia, entrara en conflicto bélico en 2019, y a pesar de dichas expresiones, solamente tres miembros – de 30 aliados – cumplían con el 2% del PIB en gasto de defensa, más teniendo presente que, Ucrania, no formaba parte de la “Organización del Tratado del Atlántico Norte”.

Mientras, por su parte, Rusia ampliaba su arsenal y se asociaba con Corea del Norte, e Irán, para potenciar la producción bélica.

Ahora, la “Organización del Tratado del Atlántico Norte” vuelve a ponerse ingenua, y considera que, la reciente visita a Moscú por parte del Primer Ministro de Hungría, Viktor Orbán, no tiene “influencia necesaria” para marcar alteraciones, o trastornos, y menos para estimular un rumbo.

Por otro lado, el exembajador de Estados Unidos ante la “Organización del Tratado del Atlántico Norte”, Ivo Daalden, afirmó: “hay que conseguir jóvenes de 18 años, 20, y 21, para los ejércitos”.

En África, hay 100 millones de niños con panzas hinchadas, y unos 500 millones de la población mayor viviendo en situación de pobreza extrema.

Es tan grande la grosería en las declaraciones, y la cantidad de “eruditos” constipados, que, la juventud, hace la guerra mutilando y matando, mientras la gerontocracia, bebe scotch, vodka… y por supuesto … ¡jamás, llega a dañarse!

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