EditorialPolítica nacional

Plebiscitos de reforma constitucional

Estamos en contra de nosotros

César García Acosta

Enrique Tarigo -allá por 1988- criticaba duramente lo que definía como la “manía uruguaya del reformismo constitucional”. Parafraseando a Aréchaga sobre la reforma de la Carta de 1942, decía: “un sistema de instituciones tiene siempre un alma y un espíritu, y ningún sistema de instituciones funciona bien en cuanto los hombres llamados a ejercer el poder no comprendan con exactitud cuál es el alma de ese sistema. Todo sistema democrático a base de partidos requiere de los partidos de la oposición que no confundan el ejercicio del contralor bien intencionado sobre los actos de gobierno, con el escándalo sistemático que compromete el prestigio de las instituciones”. 35 años más tarde, en 2023 -los radicales del Uruguay- sean de derechas o de izquierdas, la emprender nuevamente contra la Constitución pretendiendo su modificación para regular la seguridad social y en endeudamiento familiar. Como decía Tarigo las dificultades del país, que sí las hay, no son de naturaleza constitucional sino política y no pasan por una reforma; hacerlo, sin dudarlo, afectara el crédito para aquél que no tiene más garantía que su sola palabra, tanto como al potencial jubilado a quien le otorgarán derechos, aunque ninguna certeza.

Con el empuje del PIT-CNT se van a recolectar firmas para impulsar un plebiscito de reforma constitucional para derogar las AFAP, y a mismo tiempo determinar que la edad de jubilación se mantenga en 60 años y que los montos de las jubilaciones y pensiones mínimas estén por encima del salario mínimo nacional.

También desde la derecha hay una versión reformista de la Carta Magna de autoría de Cabildo Abierto, quien pretende ir contra la usura y por una deuda justa. Su objetivo es establecer un interés máximo “por todo concepto en una Tasa Efectiva Anual del 30%”, así como que “todas las deudas contraídas antes del 18 de julio de 2023, ya sea en moneda nacional, en moneda extranjera o en unidades reajustables, podrán ser canceladas por el deudor mediante el pago del monto inicialmente convenido, convertido a UI al valor de la fecha de otorgamiento del contrato originario, en las siguientes condiciones: al monto resultante se le aplicará una Tasa Efectiva Anual del 4% (cuatro por ciento) por concepto de intereses, multas, moras, recargos y cualquier otro tipo de gastos, descontándose a dicho monto los pagos ya efectuados por el deudor por todo concepto, convertidos a UI”.

La visión del país entra en proceso de controversias, que por la acción de los sectores más radicalizados del país (desde la izquierda el PitCnt y de la derecha Cabildo Abierto), tendrá un proceso de desgaste y desacreditación que pone el CREDITO como sistema socialmente reconocido, en tela de juicio, ya la seguridad social ante un “jaque mate” que punto a atacar la certeza jurídica y económica del país.

LA DIARIA en el marco de un análisis del comportamiento políico del tema de la reforma, citó al politólogo Antonio Cardarello que opinó que en el PIT-CNT, a la hora de tomar esta postura, primó lo que fue la recolección de firmas para derogar los 135 artículos de la ley de urgente consideración (LUC), que fue un “éxito”, pese a no lograr el objetivo final por un escaso margen. Para el académico, en este plebiscito el movimiento sindical ve una posibilidad de actuar “contra el gobierno”. La postura que ganó, que era la que promovió desde un principio la Asociación de Trabajadores de la Seguridad Social (ATSS), es la “más radical”, según opinó, puesto que “va más allá” y propone derogar las AFAP, por ejemplo.

Otro politólogo, Mauro Casa, dijo que triunfó la opción “maximalista”. Opinó que si se aprueba el plebiscito a la Constitución se le imprimirá “una enorme rigidez a las políticas públicas, porque el día de mañana puede haber consideraciones por las cuales el país entendiera que sería mejor cambiar alguno de estos aspectos”. A modo de ejemplo, expresó que se está en un momento de “enorme cambio” en materia del empleo y las condiciones de trabajo: “Hay un enorme cambio en el mundo laboral por el avance de la tecnología, entonces podría ser perfectamente que de aquí a pocos años cambiase todo el paradigma de cómo entendemos el retiro del mundo del trabajo, y eso en Uruguay, con esta reforma, no se podría hacer porque queda escrito de manera rígida en la Constitución”, siempre y cuando se llegue a las firmas y, posteriormente, se apruebe en los comicios nacionales.

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