Puntazo para COFE
Zósimo Nogueira
En plena lucha por convenios de salarios y las asignaciones de la rendición de cuentas COFE, luego de afinar números, entre lo solicitado, lo ofrecido y lo posible; piso el freno y se plantó.
El acuerdo se firma, pero solo si se excluye de esta “Rendición de Cuentas” lo relativo a sistemas de calificación y ascensos.
Eso debe realizarse sin urgencias desmedidas y con un adecuado análisis de las posibles consecuencias. Costos, beneficios, estímulos, equidad.
COFE + los estatales no afiliados, es sinónimo de “Burocracia”, y lo que muchos tratan despectivamente como “la lentitud de las trabas al desarrollo” es el Estado en sí mismo, con todo su andamiaje regulador y controlador de las normas que encuadran el funcionamiento de la sociedad en conjunto.
Desde muchísimo tiempo se han desnaturalizado las leyes de Presupuesto, y de Rendición de Cuentas.
Se ha desvirtuado su finalidad y variado la definición de las palabras y los títulos de encabezado.
Presupuesto, recursos, dinero y rendición de cuentas, informe de gastos.
Muchas cosas buenas se han hecho bajo estas denominaciones, pero también mucho mal.
Las carreras del funcionario público en general, en muchas oportunidades ha sido bastardeada con creaciones de cargos, promociones, ascensos, impedimentos, variaciones de reglas y métodos de evaluación, asignaciones presupuestales, partidas especiales, compensaciones, viáticos, quitas, movilidad, amovilidad,
Modificaciones de consecuencias inmediatas o a futuro inmediato o mediato.
Todo puede ser orquestado según los propósitos que primen.
Por eso es muy importante estar atento y analizar toda innovación que afecte intereses y carreras de los destinatarios. Bien por COFE, una buena para el funcionariado estatal.
En mi carrera, teníamos un sistema de calificaciones y ascensos envidiable.
Permitía a los policías planificar un proyecto de vida de largo aliento y aspirar a alcanzar altas jerarquías; el personal subalterno podía llegar a Sub Oficial y bajo circunstancias especiales acceder a la jerarquía de oficial y estos, los oficiales podían llegar al máximo rango por mérito propio.
Un sistema de calificaciones y ascensos con indicadores estables, similar para todos.
Ha variado, no para bien, pero su estructura se mantiene.
La Policía desde 1970 cuenta con su ley orgánica, pero permanentemente se han ido incorporando potestades, restricciones, nuevos roles, cargos.
Se ha variado la denominación de los rangos, se han creado sub escalafones, Direcciones, reparticiones policiales, nuevas jurisdicciones y cometidos.
Compensaciones, programas presupuestales especiales.
Para favorecer determinados grupos y siempre con el argumento “valido” de mejorar la función se abrían o cerraban escalafones, o se conseguía un traslado a una unidad en donde hubieran vacantes.
Esta era una manera de incidir en las carreras policiales.
Se estaba a la habilidad para conseguir un traslado o a un vínculo político para promover un cambio. Fuera de esto poco más, era una carrera que permitía realizarse un proyecto de vida.
Los ascensos se obtenían por el sistema de antigüedad calificada. Consistía en la sumatoria de antigüedad, escolaridad, conducta y méritos.
No se ascendía por viejo como algunos periodistas han dicho.
Se puntuaba la antigüedad en el instituto, la antigüedad en el grado, a eso se sumaban puntos por méritos que eran determinados por juntas calificadoras, se restaban puntos por partes médicos y sanciones.
A eso se le sumaba la nota del curso de pasaje de grado aprobado, o del concurso determinado a tal fin.
Se dividía entre 2 y esto posicionaba a cada policía entre los de su rango en condiciones de ascenso, con orden de precedencia que variaba año a año al 30 de noviembre, fecha de cierre de las calificaciones.
Con buena calificación, buena conducta y actuaciones destacadas en procedimientos era posible mejorar la calificación año a año y superar a sus iguales en jerarquía con mayor antigüedad en el instituto, o sea de promociones anteriores.
Durante el gobierno del Dr. Sanguinetti se estableció el destino y tarea propia de cada grado o rango policial.
Eso valorizo los grados logrados en la carrera policial y estableció las obligaciones y potestades acorde al rango.
Jerarquía ordinaria, extraordinaria y de servicio entre iguales en rango. La jurisdicción.
Los gobiernos del Frente Amplio con su consigna de crear la “nueva policía” avasallaron y tiraron por tierra la organización de las diversas unidades y las aspiraciones profesionales de la oficialidad que mediante el esfuerzo y la sana competencia aspiraban legítimos ascensos.
El cambio vino impregnado de partidismo.
A la desaparición de unidades policiales clásicas, aparición de otras, variación de sistemas de patrullaje, ingreso de becarios en seccionales, se estimuló coactivamente el retiro de los oficiales superiores con supresión de devolución de montepíos, compensaciones por destino y vivienda.
A esto vinieron modificaciones a la ley orgánica policial, cuestionamiento a la obediencia debida, sindicalización de la policía y el retiro obligatorio a quienes no les dieran destino por 2 años.
Para quienes hablan del profesionalismo y las mejoras del FA hubo ascensos sin curso ni concurso, se implemento un sistema de ascensos por selección, lo que significa dedo.
Como manera de acelerar la partidización de los mandos se redujo la escala jerárquica suprimiendo grados y de esa manera lograr que personas afines alcancen las máximas jerarquías en menos tiempo. Por los cambios políticos el trabajo quedo a medio camino.
El valor de las preferencias de su superior y del partido político de turno.
Esto se prometió cambiar y aún no se ha hecho. Hay que desandar el camino.
En materia de calificaciones y ascensos hemos retrocedido.
Por ley el policía está impedido de participar de actividades políticas pero sus ascensos son digitados por el partido de gobierno.
La mayoría de los políticos son respetuosos de la función pública y se manejan en armonía con las estructuras administrativas.
Pero otros amparados por leyes especiales alteran la carrera del funcionario público incorporando a personas ajenas a la institución con rangos y potestades de mando que desvirtúan el normal funcionamiento y lesionan derechos.
Que todo esto, ocurrido en una institución jerarquizada como la policía sea una referencia a considerar por las autoridades y por la dirigencia de COFE si realmente quieren profesionalizar a la función pública.
La bien intencionada reforma que proyecta el servicio Civil con Conrado Ramos pretende terminar con el abuso de partes médicos y actitudes de malos funcionarios que no cumplen adecuadamente con la función para la que han sido contratados.
Cuando un funcionario público comunica faltas por problemas de salud se descuentan los primeros tres días.
Considero que está mal, que es un derecho adquirido.
Que no se le debe recortar el salario y que cuando traten las formas de calificaciones y ascensos los partes médicos únicamente deben restar puntaje para una posible promoción al rango superior.
Además de que es una situación contable engorrosa, en nada incide en el erario público que tiene su presupuesto con números fijos.
El empleo público es estable, pero igual tarea en el ámbito privado tiene mejor salario. Revaloricemos el compromiso de la función pública.