Crónica Policial

Recrudece violencia criminal

Marcelo Gioscia

A ningún habitante de este suelo puede resultarle indiferente el incremento de homicidios en los últimos días, así como la aparición de restos humanos calcinados o desmembrados, con evidentes signos de violencia. Sin respetar absolutamente nada, ni edades, ni situaciones, ni momentos, quienes los llevan a cabo, ejecutan su tarea con saña y virulencia, por motivos que aún no se han esclarecido. Las autoridades públicas responsables de la seguridad, relacionan algunos de ellos, con actividades vinculadas al narco menudeo, ejecución de quienes no cumplen su palabra en estos turbios negocios vinculados a la droga, como también a disputas por el dominio de territorios donde ejercer su hegemonía delictiva. Lo cierto es que, el cierre de “bocas” desde donde se colocan desde pasta base a cocaína, así como el decomiso de ocho toneladas de sustancias psicoactivas -que han sido incineradas- más la incautación de vehículos de alta gama, como de inmuebles, ha debido afectar –en un mercado de pequeñas dimensiones como el nuestro- los equilibrios de poder dentro de las organizaciones de criminales, que hacen de la compra venta y distribución de estupefacientes prohibidos sus “pingues” negocios. Ningún lector medianamente informado, puede dejar de recordar que se impulsó la liberación del consumo de marihuana, justificando la decisión en tratar de quitarle a los narco traficantes este segmento de “su negocio” e impulsando la venta en farmacias de esta planta a “consumidores registrados”, así como la producción de cáñamo para distintas industrias medicinales. A nuestro leal entender, y atento a lo que han sido los procedimientos policiales del actual gobierno, esta errónea decisión –sugerida por un magnate extranjero que utilizó a nuestro país como una suerte de laboratorio experimental- lo que introdujo, fue una gran confusión, muchos entendieron que se liberaba el consumo de drogas en general, y el negocio del narco tráfico lejos de disminuir, creció. Y con este crecimiento, algunos barrios fueron prácticamente “tomados” por estas organizaciones delictivas que se infiltran de tal modo en el entramado barrial, que hasta son protegidos luego, por sus propios vecinos, que ven a estos “capos” como una especie de benefactores/protectores que les resuelven sus apremios cotidianos. Hasta que sea blanco de otro narco y traficante de mayor poder y pierda su vida a manos de un “sicario”, personaje que prácticamente no existía en nuestro país, hasta la aparición de este flagelo. Las autoridades del Ministerio del Interior, se han comprometido a “redoblar esfuerzos”, incrementar los patrullajes, cubrir o generar vacantes en la fuerza del orden y realizar visitas a los barrios afectados, para estar más cerca de la gente. Tendrán que utilizarse todos los recursos disponibles, a fin de esclarecer estos actos criminales y poder combatir eficazmente la inseguridad. Disponer de una nueva Fiscalía de Estupefacientes, serviría para atender estos asuntos con mayor celeridad, y por sobre todo, apuntar a la educación temprana en valores y a los empleos genuinos, para recomponer el entramado social hoy afectado y que otrora, nos distinguiera entre los países de América Latina.

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