Política nacional

Reformar el modelo y propósito electoral

Zósimo Nogueira

Uno de nuestros líderes partidarios; quien lleva la bandera nacional de nuestro Sector propone modificar los tiempos electorales. Busca de motivar en su justa medida a la ciudadanía y no saturarla con continuas campañas políticas restando tiempo a la cosa pública, administrar, legislar y procurar el bienestar de la población. La búsqueda de soluciones a las demandas ciudadanas. Subsanar problemas administrativos, cambios de autoridades simultáneos o próximos a relevos legislativos y ciclos presupuestales. Pedro Bordaberry elaboro su proyecto que ingreso a la Comisión de Constitución y Legislación en mayo de este año. Las elecciones internas de junio las pasaría para agosto, adelantaría las departamentales de mayo a marzo, y la asunción Presidencial sería el 10 de febrero en lugar del tradicional 1º de marzo. Estos cambios requieren de mayorías especiales y plebiscito.

Coincido totalmente con el desgaste físico, mental y económico que esto significa. Pérdida de tiempo en la elaboración de mamotretos programas de gobierno que no le interesan a la ciudadanía, nadie los lee.

Material de exclusivo uso para analistas, algún periodista y contendientes.

Las personas quieren soluciones tangibles, propuestas sencillas, eficientes y de rápida aplicación. Quieren ver acción y por supuesto resultados.

Este ciclo de tantas elecciones siempre termina con enfrentamientos, discordias, desaliento y abandono de quienes sienten falta de apoyos y mala votación.

Cuestan los reacomodos luego de los resultados electorales.

No solo hay movidas intrapartidarias, se ha hecho común la emigración extrapartidaria.

La búsqueda del poder tiene recovecos grises, las reglas se aplican según la moralidad de cada actor político.

Por eso debemos valorar debidamente la lealtad, el juego limpio que no significa estar siempre de acuerdo, sino manifestar las discrepancias y buscar entendimientos.

Los escenarios mutan permanentemente, surgen y se opacan liderazgos por aciertos y errores del día a día.

Consultado el presidente Yamandú Orsi al respeto dijo que una manera de abreviar tiempos era volver a hacer simultáneas las elecciones Nacionales y Departamentales. Lo veo positivo, y con la tecnología de estos tiempos es viable, es más simple.

Pero considero que es momento de pensar en cambios de mayor entidad.

Es una oportunidad de realizar mayores y trascendentales cambios que favorezcan a la unidad, al crecimiento partidario y a la democracia como sustento de gobernabilidad.

Debemos retrotraernos a la reforma Constitucional de 1996 que introdujo el sistema de balotaje con un nuevo calendario de elecciones nacionales y departamentales.

Últimos domingos; de junio elecciones internas, ultimo de octubre elecciones nacionales, de noviembre segunda vuelta o balotaje. De no haber ganador por mayoría absoluta o especial. Mitad más 1 o 40% y diferencia de 10% al siguiente.

El 2do domingo de mayo del año siguiente las elecciones Departamentales.

También es bueno puntualizar que esta reforma plebiscitaria fue aprobada por apenas el 50,5 % del cuerpo elector.

Una copia de los sistemas electorales del hemisferio norte.

Trajo cosas que han debilitado a la concepción de partidos arraigados como el nuestro partido colorado, por la búsqueda de votantes de otras tiendas políticas, reduciendo diferencias y limando antagonismos.

Dos grandes protagonistas en nuestro partido, ante la caída del bipartidismo.

La habilidad del Dr. Julio María Sanguinetti para evitar o retardar la llegada al poder del Frente Amplio y la perseverancia del Dr. Jorge Batlle eterno defensor de las elecciones internas en las que fue un gran ganador.

La caída igual se dio, y todo en base a una conjunción de equivocaciones.

En la salida de la dictadura se contuvo adecuadamente a los militares que aún querían mantenerse en el poder o tutelar al nuevo poder como se vio en su fracasada propuesta de reforma constitucional de 1980.

Pero a mi juicio no se fue prudente al amnistiar sin ninguna restricción a todos los presos políticos, sin diferenciar grados de responsabilidad. Lo criminal de lo ideológico.       

El falso relato caló hondo y pese a todas las publicaciones del Dr Sanguinetti y escritores independientes se posiciono en todos los ámbitos de sociedad uruguaya que recién en estos tiempos muestra un impulso de redescubrimiento.

La historia siempre aflora, pero nunca con la inmediatez necesaria.

Lo vemos en nuestros propios héroes. Artigas de héroe a malhechor, luego nuevamente héroe y ahora ser humano. Oriental, argentino, monárquico, federalista.

Aprovechando las actuales coordenadas políticas creo que deberíamos buscar cambios electorales que procuren robustecer la vida e ideario partidario.

Hoy tenemos un grave conflicto de representatividad en nuestro partido.

Por un lado, las autoridades surgidas de las elecciones internas, Convencionales y Secretariado Ejecutivo y por otro lado los legisladores. 

Una elección de votación voluntaria, no obligatoria; y la otra de voto obligatorio.

Para la primera elección deberíamos afirmar el conocimiento en la carta de principios que muchos de los convencionales nunca la leyeron, simple adhesión tacita. 

La otra es la que tiene mayor protagonismo en las relaciones interpartidarias.

Esto se puede subsanar con simultaneidad de elecciones internas y nacionales. Incluso con las mismas y únicas listas. Demorara algo más el conteo, o se harán en dos etapas. No importa, pero será un termómetro real de captación de adhesiones.

Ahorro de esfuerzos, ahorro de dineros, homogeneidad representativa y una forma de evitar migración de votantes de un partido a otro por la frustración de un resultado electoral adverso. Derrota del candidato de sus preferencias. Migran votantes y migran dirigentes.

Sin lugar a duda se lograría un fortalecimiento de las estructuras partidarias.

Más tiempo para luchar por los cambios, ideas y proyectos de cada colectividad política.

También como lo dijo el presidente Orsi podría incluirse en esta etapa electoral las elecciones departamentales, aunque como el mismo lo señalo en las elecciones nacionales se votan partidos y en las departamentales a personas. No es tan así, pero…

Considero que a nivel Departamental deberían hacerse modificaciones en cuanto a la representatividad en equivalencia con el número de votantes.

Si se va a tocar a la constitución que la reforma incluya este cambio y le agregue un sistema de balotaje a nivel Departamental en caso de no haber mayorías absolutas o especiales, en igual porcentaje del establecido para las nacionales. 

Aquí también debería realizarse en forma simultánea las elecciones internas del deliberativo Departamental.

O sea; unir las elecciones nacionales con las elecciones internas del deliberativo partidario nacional y las elecciones Departamentales con el deliberativo Departamental. Son solo ideas, a tomarlas o desecharlas.

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