Política nacional

Restos y archivos desnudan realidades

Marcelo Gioscia Civitate

El envío por parte de los Ministerios de Defensa Nacional y Educación y Cultura de un proyecto de Ley -de solo cuatro artículos- que dispone el libre acceso a cualquier interesado, a la información que se encuentre archivada en poder del Estado -incluso en el denominado “Archivo Berruti”- así como de los que se obtengan en el futuro, que tengan relación con el pasado reciente y con la violación de derechos humanos, ha desatado opiniones encontradas. El proyecto, enviado justamente el pasado 18 de Mayo, fecha en que se conmemora no sólo la Batalla de Las Piedras, sino también el Día del Ejercito Nacional, dispone mantener en reserva sólo lo relacionado con la vida privada de las personas implicadas y su entorno familiar, pero pretende hacer transparente toda la información que se posea en las correspondientes dependencias públicas. También el reciente hallazgo de nuevos restos óseos -en un predio militar- ha reavivado la cuestión que busca encontrar vestigios de quienes fueran detenidos desaparecidos, víctimas del ilegal proceder de quienes ejercieron el poder en tiempos donde estuvo ausente el Estado de Derecho. Llama la atención a cualquier lector atento, porqué razón en los quince años de gobiernos frentistas, cuyos grupos han pretendido monopolizar la defensa de los derechos humanos –cuando sabemos que esa defensa y lucha por la justicia, no ha sido exclusiva de los mismos- no llegó a plantearse un proyecto de ley como el que nos ocupa. Como tampoco llega a comprenderse cuál ha sido la razón, para no haber seguido excavando en el predio donde ahora se encuentran éstos despojos -a sólo cuarenta centímetros de la superficie, bajo una losa que cubrió el cadáver de una persona enterrada boca abajo según han señalado los peritos- que al parecer se ubica a pocos metros de otro enterramiento ilegal ya descubierto. Desde el INDDHH se han escuchado voces que indican la imposibilidad de poder recopilar toda la información que contienen los archivos de la historia reciente y los que tienen relación con la violación de derechos humanos y que llevaría mucho tiempo y recursos, poner en práctica la iniciativa que seguramente será aprobada, convirtiéndose en Ley. Es legítimo preguntarse porqué razón, no se disponen de más rubros para terminar de desentrañar la verdadera situación de los detenidos desaparecidos y el destino final de sus restos. Pues tanto los restos óseos  hallados, como el contenido informativo y documental de los archivos, (que se conservarán en un sector del Archivo General de la Nación) arrojarán luz a los estudiosos, e incluso a familiares que no han podido aún siquiera procesar sus duelos, y ello contribuirá a determinar cuánto hay de relato interesado y cuánto de comprobación histórica de los hechos vividos en ese período de la historia reciente de nuestra República. Nos reconforta saber -con Francis Bacon- que “la verdad es hija del Tiempo y no de la autoridad” y dado el tiempo transcurrido, desde que ocurrieron estos hechos, tal vez estemos más cerca de la verdad. Ello contribuirá -de una vez por todas- a sanar las heridas que aún perduran en nuestra sociedad. Ni más, ni menos.

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