Salud atávica
Alvaro Vero
Según la RAE: “Tendencia a imitar o a mantener formas de vida, costumbres, arcaicas etc. “
Los veteranos que tenemos varias campañas electorales encima conocemos de memoria el estribillo trabajo-equidad-salud que no faltan en ninguna propuesta política.- Al otro día parecería que la salud busca responsables, de tal forma que en América Latina los ministros no duran más de 1 año promedialmente en el cargo.
Los gobiernos son vulnerables a las presiones de grupos de intereses especiales, tanto dentro como fuera del sistema de salud contribuyendo a crear los intereses , más que aplicar las políticas adecuadas, especialmente cuando se necesita reaccionar con rapidez ante el cambio de circunstancias sociales ,económicas ,epidemiológicas y demográficas.-
Las tres razones que justifican la intervención de los gobiernos en el sector salud –suministro de bienes públicos, reducción de la pobreza y deficiencias del mercado- determinan que en primer lugar están los servicios clasificados como bienes públicos como el medio ambiente o las inmunizaciones, después aquellos servicios clínicos que requieren fondos públicos y son parte de la lucha contra la pobreza considerados esenciales y se justifica porque la salud constituye un derecho fundamental y la tercera es la intervención del estado en regular los servicios de los seguros sociales y privados.- Estos son variables dependiendo de las posibilidades de cada país donde los más pobres tendrán servicios más restringidos.
La pregunta que surge es si la inversión en la salud de los pobres ¿es realmente una estrategia económicamente eficiente y socialmente aceptable para reducir la pobreza y aliviar sus consecuencia? Si miramos el % del PBI no es poco lo que invierte el país pero ¿es suficiente?
¿Es posible que debamos esperar todos los recursos estatales, de los seguros sociales, e individuales? Recuerdo la respuesta por los años 70 de un ministro de Salud inglés en cuanto al presupuesto que quería: “Estoy en condiciones de gastar el presupuesto del país “….y más específicamente el Dr. Ec. Victor Fuchs -ya en 1974 advertía -en su libro “Quien debería vivir” que existen límites aún en la atención de la salud, que las asignaciones deben priorizarse en un proceso continuo y circular.
Parecería que sólo con el esfuerzo de los estados no sería posible entregar servicios dignos y modernos con calidad. La mirada va entonces hacia la efectividad y las innovaciones del modelo empleado.
Ha transcurrido medio período legislativo y sobre un modelo de salud, que es el más frecuente, basado en la seguridad social, con un marco legal preciso y abundante, con marcos éticos y estamentos suficientes para sus controles, con un financiamiento que admite correctivos, un modelo que no se cumple en cuanto a la Atención Primaria de Salud y donde la gestión de la complementación ha sido casi que imposible.
La Ley de Urgente Consideración, y ya antes de su aplicación, aportó posibilidades de mejoras en cuanto a la Agencia de la Tecnología, la Fiscalización y la Telemedicina.- Nada de esto se ha estructurado de acuerdo a las leyes específicas aprobadas.
El Poder Ejecutivo y Legislativo están sumergidos en la reforma de la seguridad social, la educación y además un fenómeno electorialista temprano.- No esperemos reconversiones en Salud.-
Las auditorías anunciadas y necesarias han sido soslayadas.
Es necesario el análisis de la asistencia del primer nivel, de la demanda, de la geografía, de la demografía, de la epidemiología y ordenar los recursos de tal forma que el 80% de la morbilidad sea asistida y resuelta rápidamente o derivada al segundo nivel.- El sistema debe adaptarse a la nueva forma de necesidades, con infraestructuras sanitarias cercanas a la vivienda, con centros de salud ,con estructuras de “llave en mano” a través de la inversión privada edilicia, que admite la ley de participación público-privada (18786 ) que se pagaría con recursos estatales en 30 años más la contratación de servicios generales no asistenciales a proveer como concesión, que deberá convertirse en una sociedad comercial e incluir funcionarios estatales primordialmente. Esto permite compartir el riesgo entre lo público y lo privado, complementando servicios y pudiendo incluso llegar a conformar consorcios regionales. Es recomendable explorar la experiencia europea (“Libro Verde”) y las posibilidades que brinda nuestra ley.