Según Amnistía Internacional, las cárceles están en situación crítica
HAY QUE MEJORAR
Zósimo Nogueira
La concepción de Seguridad Pública de la LUC, como dice el Dr. Zubia, se ha ido desvirtuando, ha habido un viraje acercándose a los conceptos del FA.
La organización policial fue objeto de cambios y transformaciones que van desde la organización interna a la interrelación entre las unidades policiales.
Todo alineado a los cambios programados en materia procesal penal.
Se prometieron reacomodos que no se concretan.
Sobre las cárceles la mayoría de las autoridades legislativas y personas en general opinan que los presos deben trabajar y/o estudiar.
Que las cárceles deben salir del Ministerio del Interior, como un servicio descentralizado y algunos plantean como parte de un Ministerio de Justicia
Todo un mundo de sueños mesclados con ambiciones personales. Es un gran coto de gastos del Estado y aunque no lo parezca también de poder.
Manejo de libertades y de mucho dinero.
Considero que no puede salir de la órbita del Ministerio del Interior.
Porque el crimen por lo general y en Uruguay en particular esta interrelacionado con la interna de los establecimientos carcelarios y para neutralizar o reducir delitos debe haber fluidez de comunicaciones.
Policía e Institutos penales o CNR son instituciones históricamente hermanadas y al depender jerárquicamente de la misma autoridad se facilitan intercambios de información.
Esto permite complementar acciones para neutralizar o reprimir delitos.
Trabajo y estudio, reducción de condenas, prepararse para reinserción en sociedad.
En la realidad actual y futuro cercano una utopía.
Un reciente informe de Amnistía Internacional advirtió que en Uruguay las condiciones penitenciarias son inhumanas causadas por cifras de encarcelamiento sin precedentes.
Hay prioridades al trabajo y estudio que imposibilitan cualquier proyecto.
Para cualquier acción educadora se deben poseer los medios y fortalezas en ambientes de seguridad y orden.
Planes e ideas hay, pero siempre se van emparchando ante carencias básicas. Los recursos humanos se agotan.
Faltan espacios, seguridad y recursos humanos y materiales.
Visualicemos la realidad.
Cada individuo es diferente de otro y ello condiciona.
Ocurre en libertad. Capacidades intelectuales, medios económicos, apoyos de familiares y afectos, aspectos sanitarios, fortalezas y debilidades, entorno, vínculos y voluntad
Con presos ocurre los mismo, sumado a que no puede escapar del sistema
Los hay jóvenes, maduros, ancianos. Gordos, flacos, robustos, escuálidos, desnutridos, enfermos.
Analfabetos, con primaria sin terminar, terminada, secundaria y también universitarios.
Con o sin familia, con o sin hijos. Con apoyos familiares, de amigos.
Con poder económico, con ingresos económicos o indigentes.
Con diferente tiempo a cumplir de prisión, con amigos, conocidos u enemigos adentro de la cárcel o en el exterior. Algunos exteriorizan sus problemas, otros los esconden.
Y por lo general deforman verdades buscando mejor trato o atención especial.
Por eso es tan importante el diagnóstico y seguimiento de los técnicos profesionales.
Como encasillar a cada uno. Por lo general piden trabajo para salir del hacinamiento y evitar ser involucrado en actividades ilegales.
Esas salidas laborales tienen costos y obligaciones con el poder paralelo de los capos y clanes criminales.
Se complementa con tráfico, mandados, hacerse de cortes y armas carcelarias, pasar y recibir mensajes, verse con cómplices u amigos.
Saber de ingresos y libertades, noticias del exterior.
La oferta de trabajo carcelario es por demás rudimentaria; alcanza para pocos en carpintería, panadería, construcción, herrería, pintura y alguna artesanía.
Son muy pocos quienes adquieren conocimientos y habilidades de aplicación en el exterior.
Como se busca rendimiento por lo general se seleccionan a quienes ya poseen conocimientos del oficio.
Otras tareas que no requieren ningún conocimiento como fajina, repartir el rancho, corte de pasto u acarrear abastecimientos, mobiliario las cubren los presos más antiguos que seleccionan sus ayudantes.
Plantar y cosechar legumbres es habitual en pequeñas comunidades carcelarias, no en estos monstruos edilicios.
Salvo esporádicos emprendimientos.
Pero todas esas actividades requieren de traslados, por lo tanto de custodias. De ida, vuelta y permanencia. No hay personal.
En una cárcel como COMCAR con más de 4000 presos para cuantos se podrá dar trabajo. A 500, 600, mil. No mueve la aguja.
El tema de estudios es algo similar.
El mayor éxito o fracaso de la enseñanza a analfabetos depende y está condicionado a la voluntad de los reclusos, hay quienes no aceptan su ignorancia y la rechazan.
Es difícil uniformizar y desarrollar eficazmente proyectos educativos para grandes contingentes, requiere de acondicionar espacios para individuos o grupos y de un importante número de técnicos maestros y pedagogos.
Se apunta a oficios pero el interés y las preferencias son tan variados como lo es en la vida en sociedad.
El estudio es un acto individual que requiere de personal que controle, oriente, guie y gestione material de lectura y estudio.
Que expida certificados y/o realice coordinaciones para exámenes u evaluaciones.
Lo del estudio es una aspiración posible pero no en esta situación de hacinamiento.
La Udelar ha implementado un sistema de tutorías para unos pocos presos que cursan carreras universitarias, muy costoso.
Genera aplausos y críticas. Se merecen estos beneficios cuando hay tantos honestos necesitados de lo mismo.
¿Qué posibilidades existen de mejorar la vida carcelaria?
Es cuestión de voluntad de los poderes públicos, de dinero y de buena gestión.
A este gobierno le queda una rendición de cuentas, después la canilla de recursos se cierra. El hacinamiento y sus impedimentos. ¿Qué hacer?
Deben construirse más cárceles para poblaciones que no sobrepasen a las 500 personas; en lugares de fácil acceso pero lejos de los centros poblados. Se debe intentar evitar la contaminación de las cercanías con asentamientos de familiares y amigos.
Yo desde mucho tiempo propongo cárceles con celdas individuales, patios comunes de poca capacidad, centrales de monitoreo y control de cámaras de vigilancia. Menos tiempo de vínculo directo entre custodia y presos. Guardia en sistema de reten interno permanente.
Locutorios para la atención profesional, y todos los espacios propios de recepción de visita, entrega de paquetes. Salones de estudio común.
Y por supuesto un régimen progresivo de libertades, movilidad y desplazamiento interno. Ese fue el proyecto original del COMCAR.
No todas las cárceles deben poseer un régimen similar. Unas más cerradas, otras más abiertas. La diferencia contiene y estimula.
Hace a las oportunidades. Recuperar a todos imposible, intentarlo es la misión. Los traslados para mejorar o para retroceder hacen a la disciplina.
Toda cárcel debe reservarse celdas ociosas para brindar protección, aplicar sanciones, o incomunicaciones dispuestas por la autoridad competente.
Contratar un importante número de policías penitenciarios, que son quienes viven la presión interna de la cárcel y son moldeados para la diversidad de tareas que allí se realizan. Varios cientos, talvez más del millar.
No se requiere grandes conocimientos teóricos, sino sagacidad, valentía y capacidad de resolución y aplicar los diferentes protocolos.
Contratar un importante número de profesionales técnicos para todas y cada una de las tareas a desarrollar.
Profesionales de la educación, medicina, derecho, sicología, asistencia social etc, etc.
Estas mega cárceles actuales deben ser reducidas de ocupantes y adecuadas para otras finalidades. Tomando de ejemplo el COMCAR.
Crear un centro o área de internación hospitalaria de presos, no necesariamente un gran hospital, sino un centro de recuperación por ejemplo de quien haya sido objeto de una intervención quirúrgica.
Sin romper celdas, acondicionándolas. Ello libera un gran número de policías afectados a custodias.
Un módulo podría ser utilizado para concentrar áreas de estudio. Sería un gran estímulo para muchos presos.
Todo con muchas cámaras y mucha tecnología.
Si hay éxito en políticas carcelarias, baja la criminalidad y por ende mejora la calidad de vida de nuestra sociedad.
Menos violencia en las cárceles, menos violencia en las calles.